LA SUPREMACIA DEL PAPA 5 S311 Cipriano, Obispo de Cartago, fué martirizado en 258. Por lo que escribió al Papa San Cornelio y al Papa San Esteban, sobre la materia del Sacramento del Bautismo, por sus escritos y correspondencia, asi como por el método con que llevó su ministerio, demuestra claramente que tanto él como el Episcopado Africano, defendieron la Supremacía del Obispo de Roma. Habiendo sabido S. Dionisio, Obispo de Roma a mediados del siglo III, que el Patriarca de Alejandría se desviaba en algunos puntos de Fe, pidió algunas explicaciones al Prelado sospechoso, quien en obediencia a su Superior vindicó inmediatamente su ortodoxia. San Atanasio, el gran Patriarca de Alejandría, apeló, en el siglo IV al Papa Julio Io contra una decisión injusta pronunciada contra él por los Obispos Orientales y el Papa anuló la sentencia del Concilio de Oriente.* En el mismo siglo, San Basilio Obispo de Cesárea, recurrió en sus aflicciones a la protección del Papa S. Dámaso. San Juan Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla, apeló en el siglo V al Papa Inocencio I, para remediar los agravios que le infligieron algunos Prelados del Oriente y la Emperatriz Eudocia de Constantinopla. San Cirilo acudió al Papa San Celestino contra Nestorio; y este apeló también al mismo Pontífice, quien dió la razón a San Cirilo. En un Sínodo efectuado el 444, San Hilario, Arzobispo de Arlés, en Francia, destituyó en un Sínodo a Celedonio, Obispo de Besansón, basándose en un pretendido impedimento canónico cuando se consagró. El Obispo apeló a la Santa Sede, y ambos fueron en persona a Roma, para someter su causa al juicio del Papa León Magno. Después de una cuidadosa investigación, el Pontífice declaró inválido el fallo del Sínodo, revocó la censura, y restableció a su Sede al Obispo Celedonio. No paró aquí sino que el mismo Pontífice reprochó a San Hilario por haber procedido irregularmente. La autoridad judicial del Papa fué acatada plenamente por San Hilario que no era un clérigo arrogante y rebelde, sino un Prelado edificante y celoso. Es venerado en toda la Iglesia como un santo canonizado, y después de su muerte el mismo Papa León se refería a él, diciendo: Hilario de feliz memoria. Teodorato el ilustre historiador y Obispo de Cirro, • Bbtoria Eclesiiatica de Sócrates, L. 11, c. XV.