410 LA VOZ altas sus prerogativas, y si no las tuviera, el poder ejecutivo sería enteramente nulo., .Mosotros, pues, y toda la nación mexicana no se quejarían sino de V. E., si tal procedimiento llegara á realizarse, y á V. E. atribuirían todos sus males y desgracias. Empero, repetimos, que no tememos nada de esto, y que en nuestra representación solo nos hemos propuesto dos objetoS: el primero, no guardar silencio en materias de tanta consecuencia; y el segundo, demandar, como hemos dicho, justicia contra los que abusan de la libertad de imprenta en asuntos de religion, ó se atreven á proponer medidas que la ofendan' ó menoscaben. Si no es para protegerla 6 remediar abusos trascendentales, creemos que nadie está autorizado para hablar de las cosas que le pertenecen. : Si ley es del estado de independencia, también lo es, y de superior ge-rarquia; la religion católica.. ¿Quién hablaría impunemente contra la primera? ¿Quién se atrevería á sócabarla directa ni indirectamente? Mas en tratándose de religion, todos los escritores, y filósofos se creen con plena libertad para burlarse de ella, satirizarla, y hacerla odiosa con. los nombres de superstición, preocupaciones, fanatismo, y otros mil que la maldita filosofía ha inventado con tam infames fines. En efecto, para todo están autorizados, porque solo se les prohíbe escribir directamente contra el dogma. Bien pueden, pues, atacarla y destrozarla muy á su sabor, con tal que lo hagan indirectamente. Infinitos son los medios de este género que pueden dar el mismo resultado. ¿Por qué no se habrán permitido iguales franquicias con respecto á la independencia y forma de gobierno? Tiempo es ya, Exmo. Sr., de que cesen estos escándalos y se respeten los derechos nacionales. Tiempo es de que sean una realidad los principios políticos altamente proclamados, y en los cuales se afianzan aquellos derechos de una manera incontrastable. .Si la nación es soberana, preciso es querer lo que ella quiere, y del modo que lo quiere. Ella pro-profesa la Religión católica, y por consiguiente quiere que se conserve en toda su pureza, que se da respete y sean respetados sus ministros, que se guarden á la Iglesia sus fueros y preeminencias, que ninguno tenga la osadía de-vulnerarla en lo mas mínimo, traspasando los límites de la. libertad de imprenta, que como emanada de la autoridad temporal y de institución puramente política, á ninguno ha dado derecho'para usar de ella en estas materias. Y por último, quiere que se castigue severamente á todo aquel que de cualquiera manera atentare contra la religion nacional, que están obligados á guardar y venerar todos los que quieran pertenecer á la gran familia; y que la primera cualidad de los que manejen sus negocios en lo temporal, sea la de una verdadera y sólida piedad, acreditada con sus costumbres irreprimibles. Esto es lo que quiere la nación, y lo que nosotros pedimos que se cumpla por V. E. en la parte que le toca, y que no dudamos tendrá su verificativo, porque sabemos que V. E., ademas de católico, es verdaderamente republicano, es decir,