La Sombra de Fuente


principales de la degradación del hom- i ra satisfacer una pasión, un vicio, un acto bre y por qpq por si sola constituye un critpinal.	.	_	. .
gran delito. J
Nada mas Mitf por hjm^mo, que ya < que v.» puedm extinguli^e ese vicio tan < funesto, se giayeíctm fuertes impuestos, .
lo mismo que el tabaco que es otro vicio, que desarrollado y en exceso, produce los , efectos de uu enveneuamiento lento, pues veneno y no otra cosa es la nicotina.
Ahora bien: “la Abeja" levanta una a-larma y una grita espantosa porque se han gravado los licores con una cuota de dos reules más el barril sobre la contribución que pagaba el año anterior.
¡El parto de los montes!
x con una oratoria tribunicia, ^l!) dice que se va á matar la industria, * vinícola, que se atacan las garantías individuales, que se perjudica al productor y quien sabo cuantas cosas mas.
Venga Vd. acá. Señora Abeja. ¿Sabe V. lo que se cobra al galón [cinco botellas] en Inglaterra?
No. Pites paga 17 chelines ó sean 34 reales, y esta renta produce á la nación 531 millones de libras esterlinas [$260.000,000.]
Bu EE. UU. paga el ^alon de bebidas alcohólicas dos pesos, o sean $34 00 el barril de tres arrobas, y después de las aduanas de importación es el impuesto que mas produce; no bajando este y el del tabaco de 180 millones.
T ea Alemania son incftlonlables los" Eroductos de impuestos sobre bebidas, egando á las cifras mas elevadas de la aritmétic» las ventas del licor, 10 qué dé* muestra evidentemente que en lugar dé matarse 1» industríase desarrolla, se aumenta, se perfécchata.
T el productor, k> mismo que el co-laeruMmte no pierden ni se perjudican sino ántes bien, ganan mas y en menos tiempo qne es otra de fas reglas fonda-rnentales dé la et^nomía; porque el gra-»l licor no pero sobre el comerciante, ni sobre el pródtictor sino sobre el coronmidor, que es á quien se recarga ew grorvámen y que jaramente el sólo
Dónde la ruina, dónde el perjui- | ció,; dónde el mal? En 1» iu aginacion calenturienta del escritor qUc uu pudo | concebir, que si el barril de aguardieute | con eí gravamen que tenía antes, le de- f jaba una ganancia líquida de seis ú q»| cho pesos y vendiendo á nú ¡octavo de real la copa; con la contribución actual y vendieudo á medio la copa le resuliá ta una ganancia quince ó Veinte veces ¿ mayor lo quees una mejora. _ ...ríl í lo mismo sucede con el capitalista que con el comerciante en pequeño,, ppeeg tanto ganan el uno como el otro y pagaSg en la misma proporción. <r .
Nosotros estamos acostumbrados a todos los absurdos económicos, y siempre gravamos la carne, leche y demas tenimientos, con contribuciones tan pesadas que si las contáramos pgr,eLtan||| al millar, darían una la que paga el vicio y no queremos q«u^ éste, que es el origen de nuestros mayo-res males, pague ebpirera^a^^bBi^^ mente á lo justo.	•	•	i*7'-'"-
Que ya á dar cien mil pesos, se d^ce, no es cierto, pero si los diera, dría el Congreso para p|^ari2»U-;.;p%|# puesto, para implantar ni^oras^ate^ia®. les y para abolir todas las demas conin-ciobunes, que sería el actomasgrandiosóg y el ejemplo tins- di^tibípíé NilIiéra;pxq|| sentar Coahuila de ; su ■ ^méjpraínieirff'^g su adelanto; y si el-Gobiéi^c^ no lo ciera, nosotros como iniemferos del blo y como ciudades Bferes lo riamos.	■
• Esíó didio^ ¿es mato ^se?d^re^y|á^|p Otra vez üárétórbs W’-.’ ést,^l)>íW^;deg| tenido de esta cuestión taÁ importexiteex
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En buena hora que parárdefenáteti^l secta se empleen láByafmasjqufr-pr^swfi ta la ciencia; en buena hora que se combata á los contrarios con stte mismos W