Publicación Mensual Religiosa i Director, C. C. Acevedo < Box 934, Kingsville, Texas =s—'.T-.-LTrjiT.1.1., .4'": -. ■ , ',■■■■1—. TXXJ,-rr ■■:-■: j: 1 ---- ,,..5, -y -/ttst-.títss-:11 — -===■ -Xr Epoca II, Kingsville, Tex. Noviembre 1 de 1934 Núm, Profc, 35 *Xr ^eoNDCLEneiAS. ► Dedicada con simpatía y afecto sinceros a la familia García, de Gulf, Texas, con motivo de la muerte de la Srita. Dora S- García. Si nacer es morir ¿por qué nacemos? Si morir es nacer ¿por qué morimos? Dios quiere que vivamos, lo sabemos, Dios quiere que muramos, ya lo vimos. El nacer es mirar hacia la tumba donde el cadáver se reduce a escoria, y la muerte no es más que la penumbra detrás de la cual está la gloria. Y ¿por qué si alguien nace no lloramos? Y ¿por qué si alguien muere no reímos? Lo que es triste jamás lo lamentamos, y si alguien se muere sí gemimos. Si la vida es un huerto de ilusiones y la muerte de esperanzas paraíso, tengamos esperanzas e ilusiones sujetándonos siempre Al que nos hizo. Vosotros que lloráis por la que un día fue la hija y la hermana cariñosa, revestid vuestras almas de alegría porque ella en el cielo está dichosa. S. %. SMÍo. Ya pasó por el huerto de ilusiones, al jardín de esperanzas arribó; a heredar fue de Cristo las mansiones, mansiones que con sangre le compró. Ya cumplió su deber como viviente, y su cuerpo descansa allá en la fosa; llevó su alma las marcas del creyente y por ende su vida es más gloriosa. Llorar es natural, somos humanos; y por eso el dolor y la tristeza los sentimos amigos, como hermanos, con fe, resignación, con entereza. Con vosotros estoy en la amargura, y mi alma os acompaña en en el dolor, mas el dolo en nosotros no perdura cuando hay en nuestras almas el valor. En alas de la fe y de la esperanza por valor ascendamos hasta el cielo; de allá viene la bienaventuranza, de allá viene a los tristes el consuelo. Austin, Texas, a 15 de Octubre de 1934. ■m* RECOMENDACIONES QUE EL COMITE DE MISIONES EXTRANJERAS hace a la Asamblea General, al Sínodo y a los Presbiterios, La Asamblea General cree que s^ría muy oportuno y conveniente que el Presbiterio se entere de las recomendaciones siguientes adoptadas por la Asamblea General de 1934 con respecto a las Misio nes Extranjeras: 1. Que la Asamblea haga patente su rebosante gratitud a Dios por la tan grande cosecha de almas que se ha tenido du- (Pasa a la página 2)