CARGOS SOBRE LA PERSECUCION «RIJQIOSA 13 cía, después de larga prisión, por la sospecha de que aspiraba al trono inglés. 3. El celo de María se ejercitó en favor de la religión de sus antepasados, y de la fe establecida en Inglaterra por cerca de 1,000 años. Isabel empleó su celo en extender el nuevo credo introducido por su padre en un momento de pasión, y modificado por ella misma. No hay duda que es más odiosa la fuerza empleada para establecer un nuevo credo, que el rigor ejercido para conservar la antigua fe de una nación. María trabajó, pues, por perpetuar el orden de cosas establecido; Isabel, por subvertirlo. 4. La hermana mayor fué la propagadora de lo que ella creía era la invariable e infalible doctrina de Jesucristo; la menpr propagó las novedades suyas propias y las de su padre, opiniones más o menos inciertas. 5. Mientras que a María la llevaban motivos privados o personales para oprimir a los protestantes; la hostilidad de Isabel para con la Iglesia Católica se hacía más fuerte porque era instigada, por su odio al Papa, quien la había declarado ilegítima. Su legitimidad ante el mundo fué obra del éxito de la nueva religión, que había legalizado el divorcio de su padre y de Catalina. 6. Así, como dice Macaulay, María era sincera en su religión, e Isabel no lo era. “Sin tener escrúpulo para conformarse con la Iglesia Romana cuando esta confor-inidad la reclamaban sus intereses, y conservando hasta el último momento de su vida amor por gran parte de la doctrina y de las ceremonias de aquella Iglesia, la sometió, no obstante, a una persecución más odiosa que la llevada a cabo por su hermana contra los protestantes. Nada hizo María por su religión que no hubiese estado dispuesta a sufrirlo por ello; dígalo sino la firmeza que mantuvo bajo la persecución. Ella creía sinceramente que así necesitaba proceder en bien de su salvación. Isabel en opinión era poco más que media protestante. Profesaba cuando le convenía, ser exteriormente católica. ¿Qué podrá decirse en defensa de un gobernante que es a un mismo tiempo indiferente e intolerante?” (1). Un inteligente caballero de la Carolina del Norte me decía en cierta ocasión en tono de mofa: ¿Qué piensa Ud. de la sanguinaria María? ¿Ha oído Ud. hablar, le - (1) Pwnen de las Memorias de Nares, de Lord Burghley Ma-owlsy. 1 •