■ X ti 1 I a o 1 B I i S ó? 211wrt?d. 46 ,mp5?!íte 00 Ment **>!••• W •! reepeto á le tide privada é la. more) y * )e peí pdbHca.-Art 7°de li ConetttudónT^ Periódico Independiente de combate Director: RICARDO FLORES MAGON. Jefe de Redacción AÑO I.—3» BPOCA. SECRETARIO DE REDACCION: ANTONIO I. VILLARREAL. OFICINAS: 1762 S. 18th. St. — SAINT JUNTA ORGANIZADORA DEL PARTIDO LIBERAL. 'PROYECTO DE PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL, QUE SE SOMETE A LA CONSIDERACION DE LOS CORRELIGIONARIOS. EXPOSICION» —o— Todo Partido político que lucha por alcanxar influenciM efectiva eu la dirección de los negocios públicos de su pal*, está obligado á declarar ante el pueblo, en forma c«ara y precisa, cuáles son loa iceales por que lucha y cual el programa que se propone llevar á la práctica, en caso de ser favorecido por la victoria. Este deber puede oon-siderarse hasta como conveniencia para loa parudoa honradoe, pues alendo en* propósito* justo* y benéficos, se atraerá indudablemente las simpatías de muono* ciudadanos que, para sostenerlos, ae zaherirán al Partido que en tale* propósitos ee inspira. El Partido Liberal, dispersado por las persecuciones de la Dictadura, débil, casi agonizante por mucho tiempo, ha logrado rehacerse, y noy rápidamente se reorganiza. El Partido Liberal lucha contra el despotiemo reinante noy en nuestra Patria, y seguro como está de triunfar al fin sobre la Dictadura, considera que ya ee tiempo de declarar solemnemente ante el pueblo mexicano vuele* sos, concretamente, los anhelos que se propone realizar cuando logre obtener la influencia que pretende en la orientación de los destinos nacionales. En consecuencia, el Partido Liberal declara que sus aspiraciones son las que oouaian en el preaente Programa, cuya realización es eetrictamente obligatoria para el Gobierno que se eata-oiezca á ia caída de la Dictadura, alendo tamulén estricta obligación de loe miembro* del Partido Liberal, velar porel cumplimiento de eate Programa. En ios puntoe del Programa, no consta sino aquello que para ponerae en práctica amerita reformae en nuee-tra Legislación ó medidas efectivas del Gobierno. Lo que no es má* que un principio, lo que no puede decretares, tino que debe estar siempre en la conciencia de loa hombrea liberales, no tigura en el Programa, far definitivamente sobre la Dictada- Los pantos del Programa que se refieren á reforma* oou*titucionaif* no contienen ninguna novedad y casi sed contraen únicamente á restablecer sr Rriinltivo espíritu de nuestra Carta íagna Encierran principios de la más rudimentaria democracia, y sería ocioso demostrar su conveniencia, que salta á la vista. res. Teniendo todos loe ciudadanos estos conocimientos, podrán defender á la Patria cuando sea preciso y harán Imposible el predominio de los soldados de profesión, es decir, del milita* ritmo. La preferencia que se debe prestar á la instrucción cívica, no necesita demostrarse. «■£^*«$2° pfononc*e! *u *■ •*•*•*. ••" fence .cr.,.„. V LOUIS MO., E. U. A.—Abril 13 de 1906. todo lucro ó negocio, los cobre tam-b éu sobre é re, que no es por cierto de loe más húnradoo. E* público y notorio que el Clero, para burlar la* Leyee de Reforma, ha puesto «as bienes á nombre de alguno* testaferros. De hecho, el Clero sigue poseyendo lo* bienes que la ley prohíbe poseer. Es pues, preciso, poner tin á esta baria y nacionalizar eso* bienes. Administrador TOMO IV. —No 6. tigura en el Programa, porque no hay objeto para ello. Por ejemplo, aleado p ruuimentaños principios del libera- jh Hewn mi* — ___ La instrucción de la nlfiez debe re clamar muy eapecialmente Jos cuidados de un Gobierno que verdaderamente anhele el engrandecimiento de la Patria. En Ja escuela primarla esté la profunda base de la grandeza de ios pueblos, y puede decirse que las mejore* instituciones pooo valen y están en peligro de perderse, si al lado de ellas no existen múltiple* y bien a-tendidas escuela* en que se formen lo* ciudadano* que en el futuro deban velar por esa* jnetituoione*. 81 queremos q-ie nuestro* hijos guarden incólumes las conquistas que hoy para ellos bagamos, procuremos Postre ríos, y educarlos en el civismo y el amor á todas la* libertades. Al suprimirse la* escuela* del Clero, ee impone imprescindiblemente para el Gobierno, la obligación de suplir-a* sin tardaría, para que la proporción de escuelas existentes no disminuya y los clericales no puedan hacer cargos de que se ha perjudicado la instrucción. La necesidsd de crear nuevas escuelas, basta dotar al país oon toda* la* que reclame su población escolar, la reconocerá á primera vista todo el que no sea un enemigo del progreso. No basta, sin embargo, establecer muchas escuelas si no se facilita á la n fiez el medio práctico de aprovecharlas Sabido •* que el principal obstáculo para que gran parte de nuestra nlfiez concurra á las aulas es la miseria. El reducido jornal de muchos padres de familia, no basta para sostener á ésta, y se hace necesario «ra vivir que basta lo* niño* traba- E#i inútil declarar en el Programa que debe darse preferencia ai mexicano sobre el extranjero, en Igualdad de circunstancias, pues esto está ya consignado en nuestra Constitución. Como medida eticas para evitar la preponderancia extranjera y garantizar la integridad de nuestro territorio, nada parece tan conveniente como declarar ciudadanos mexicano* á loe extranjeros que adquieran bienes raíces. U prohibición de la inmigración obina, es, ante todo, una medida de protección á los trabajadores de otras nacionalidades, principalmente á los mexicanos. El chino, dispuesto por lo general á trabajar con el má* bajo salario, sumiso, mezquino en aspira-rlnre*, ee nn gran obstáculo para la prosperidad de otros trabajadores. 8n competencia es funesta, y hay que evitarla en México. En general. Ja inmigración china no produce á México el menor beneficio. movible á obrar con menos avaricia y con mayor equidad. Una labor máxima de ocho horas y un salario mínimo de 81.00, es Jo me non que puede pretenderse para que el trabajador esté siquiera á salvo de la miseria, para que la fatiga no lo a-gote, y para que le quede tiempo y humor de procurarse instrucción y distracción después de su trabajo. Se. guraniHDte que el ideal de un hombre no debe *er ganar un peso por día, ma señalan para bu* infractoree, son leves, y no inspiran temor a] Clero. Los sacerdotes pueden pegar tranquilamente una pequeña multa, por darse el gueto d* Infringir esa* Leyee. Por tanto, ee hace necesario para prevenir las infracciones, señalar pena* que impongan respeto A los eclesiásticos atrevidos. La supresión de las eecuela* del Clero, e* una andida que producirá al paí* incalculables beneficios. Suprimir la escuela c érica! ee acabar oon el foco de la* divielonee y ios odios entre loe hijos de México; ee cimen tar sobre la más sólida bare, psra un futuro pnéximo,(la completa fraternidad de la gran familia mexicana. La eecuela clerical, que educa á la niñez I en el má* intolerante fanatismo, que la atiborra de perjuicios y de dogma* caprichoso*, que lo incaica el aborrecimiento á nuestra* más preclara* glorias nacionales y la hace ver como enemigo* á lodos loe que no son siervos de la Iglesia, e* el gran obstáculo para que ia democracia impere serenamente en nuestra Patria y para que entre todo* ios mexicanos reine esa armonía, esa comunidad de sentimiento* y aspiraólonee, que es el alma de las nacionalidades robusta* y adelantadas. L(t eecuela laica, que carece de todo* estos vicios, que se inspira en un e.erado patriotismo, s-jenoá mezquindades religiosas, que «fifí! ,*mele verdad, es la * jornales son más altoe. pero á pesar de eso el trabajador sufre así tanta miseria como la que sufren con más bajos salario* íoh trabajadores en los puntos donde es más barata la existencia. Pepo ,A condición —: en todas parten no gana, de hecho, sino lo preciso para no morir de hambre. Un jornal má* de 81.00 en Mérida como de 50 cer h vo- en Ban Luís Potosí, mantiene ai trabajador en el mismo estado -------------------T ••'-vvoiunucfi UOr* Km’ hUnDí palabra' el H“ trabajo ir*H HR 0161) * niniliAFn **,..«1--._______ T ventad emancipada y patriota, eiean á. i °l ee “n. t>*Deflcio para la to arrojando laa eaeoelae clericale* otra ne«ímln*.lr.?a^adorT?J aPhoab,e juventud qus, deformada Intelectual-mente por torpes enseñanzas, venga á mantener encendida* viejas discordia* enmedio del engrandecimiento ”ao*°***- L* eapreelón de le* eecae-as det Clero, acaba de un golpe con Jo que ha sido siempre el germen de amarga* divisiones entre loe mexicanos y asegura definitivamente el imperio de la democracia en nuestro ps i, oon su* naturales consecuencias de progreso, paz y fraternidad. Un Gobierno que ee preocupe por el bien efectivo de todo el pueblo, no varían ne> I uede permanecer indiferente ante la del obrero.es Ja miema.-importantísima cuestión del trabajo. --------- • Gracias á la Dictadura de Porfirio i p» Díaz, que pone el poder al servicio de de todos los explotadores del pueblo, el oei :l-,: .-sxí? s :: a» -,r i ■>»» s*Mo‘ —► ..... r*«d» •»tentay olnco centavo.,tenien- vl.o, prevenir ia do que tolerar que los patronos le des- mular*» que oon cualquier pretexto se le imponen. En má* deplorable situación que el rebajador indust|ial, ee encuentra el jornalero de campo, verdadero siervo de los modernos señores feudales. Por lo general, estos trabajadores tienen asignado un Jornal de veinticinco cen-’>» vos ó menos, pero ni siquiera este menguado salarlo perciben en efectivo. Como loe amos han tenido el cuidado de echar sobre sus peones una deuda más ó menos nebulosa, recogen lo que ganan esos desdichados á título de abono, y eólo para que no ee mueran de hambre les proporcionan algo de maíz y frijol y alguna otra cosa que le* sirva de alimento. De hecho, y por lo general, el trabajador mexicano nada gana; desempeñando ruda* y prolongada* laboree a-penas obtiene lo muy eetrictamente preciso para no morir de hambre. Ee-io no *óio es injusto; ee Inhumano, y reclama un eficaz correctivo. El tra-HjaJor no ee ni debe ser en la* socle-dadee una bestia macilenta, condena- < da A trabajar hasta el agotamiento ein recompensa alguna; el trabajador fa- i brica con ene mano* cuahto existe para beneficio de todos, ee el productor de todas lae riquesaa y debe tener los medios para disfrutar de todo aquello de que loe demás disfrutan. Abura le faltan loe doe eiementoe necesarios: lempo y dinero, y ee justo proporcio-nárselos, aunque sea en pequeñaesoa-a. Ya one ni i a piedad ni la justicia tocan el corazón encallecido de loe que explotan ai pueblo, condenándolo _____ ri„t. d» mulr,|t en< el. fcPbr>aj°» *alir La aplicación práctica di M » m h iberia, sin tener ana distrae- la eitrnient d esta pío m*. obn,Mdo i cpfui ,bablamo* el más in-«tv woueGuiu. le, pues, pre* • cieo, prevenir tai injusticia, y al for-. —i.— ---lamente le ley del tra. ^?°^?J>aJ*aJa •Phoacióo del salario m.n.eaax, «t, 51.00, escarneciendo para aquella* regiones en que la vida e* máR cara, y en que ahora ya ae gana hrh jornal, un salario mayor de 81.00. ¡ xrJn* hoy'eatán privados, y harán necesaria una gran producción de oso* artfeulbs. Cuando los millo-ncR de paria* que hoy vegetan en el < ' re y ia desnudez, coman menos mal, usen ropa y calzado y dejen de tenor un petate por todo ajuar, la d-y p“r otlra la obllgacón del trata-,M“r prodürtivo» todo. Debe procurara» qoe todo* lo. traba- .»Tmn» prodü®tivoe todo. .ray ujgiene raoricHe, talleres, alojamiento* y otro* lugares en que dependientes y obrero* deban estar por largo tiempo; la prohibición del tra-bajo infantil: el descanso dominical: la iiidemnixaoión por accidentes y Ja pensión á obreros que han agotado sus energías en el trabajo; la prohibición de multas y descuentos; la o Dligación de pagar con omero efectivo; la anulación de la deuda de lo* j'-rnnier->«; las medidas para evitar abusos en el trabajo á destato, y las de protección á ios mediaros; todo esto lo reclaman de tal manera la* triste* condiciona* del trabajo en mientra Patna, que su conveniencia no necesita demostrarse con ninguna consideración. La obligación que se impone á loe propietarios urbanos de indemnizar a loe arrendatario* quo dejen mejoras en su* casas ó campos es de erran utilidad pública. De este modofíos propietarios sórdidos que Jamás hacen re- Iae P°cll«M qu* rentan, serán obllgadon á mejorar sus posesione* oon vebtala para el público, hn general, no es Josto que un pobre meiore la propiedad de an rioo. sin recibir ninguna compensación, y sólo para beneficio del rioo. >n practica de ésta y de arte del Programa libelen á mejorar la situación andona sus tierra* ó parte de ella* para que el Estado las adjudique á o-L ° hqa*a “ bagan Prodocr y se aprovechen de sus producto*. De todo* mo-■nit.rtrx obtlenen loe doe grandes resultado* que se pretenden: primero, el de proporcionar trabajo; con I» compensación respectiva, á numero-"a" Pe”°n.M' 7 «egundo, el de estimular la producción agrícola. Esto último, no sólo aumenta el volumen de la rlquexa general, sino que influye en el abaratamiento de loe producto* de ¡ h r 1 p r r >i. Esta medida no causará el empobrecimiento de ninguno y *f evitará el de mucho*. A lo* actuales posee* dore* de tierras les queda el derecho