168 REVISTA EVANGELICA Marzo fección: Dios ve perfectamente toda la tierra. II. El que encubre su pecado con el jin de seguir rebelándose contra Dios, no prosperará. El castigo justo que merecen sus maldades le sobrevendrá indudablemente. porque "el hombre que reprendido endurece la cerviz, de repente será quebrantado: ni habrá para él medicina" (Prov. 29:1Para el hombre malo "su calamidad vendrá de repente, súbitamente será quebrantado. y no habrá remedio" (Prov. 6:15>. Dios da prosperidad al hombre. Hace que la lluvia descienda "sobre justos e injustos" 'Mat. 5: 45*. “Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Sant. 1: 17). Dios da el crecimiento: pero también disipa y esparce la riqueza del hombre según le place. El pecador puede gozar de prosperidad por algún tiempo, y aun hasta la muerte: pero es una prosperidad perecedera. Las riquezas de este mundo no son para siempre (Prov. 27:24*. El Apóstol dice: "Nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar" *1 Tim. 6:7*. "Apresúrase a ser rico el hombre de mal ojo: y no conoce que le ha de venir pobreza" «Prov. 28: 22). III. El que confiesa sus pecados y se aparta de ellos alcanzará misericordia, o sea la riqueza verdadera. 1 El Arrepentimiento (a) La confesión, (b) El apar tamiento del pecado. No puede haber mejor definición del arrepentimiento. Esta confesión se hace a Dios y no a oídos de ningún hombre. Dice el Salmista: “Mi pecado te declaré y no encubrí mi iniquidad. Confesaré, dije, contra mí mis rebeliones a Jehová: y tú perdonaste la maldad de mi pecado" (Sal. 32:5). Verdad es que, “si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad" (1 Juan 1:9). El pecado es contra Dios, y por lo tanto la confesión -debe ser a Dios. El Apóstol predicaba el "arrepentimiento para con Dios" *Act. 20:21), es a saber, la confesión a Dios de los pecados reconocidos y lamentados, y el apartamiento de ellos para llevar una vida nueva para la gloria de Dios. "Arrepentios y convertios, para que sean borrados vuestros pecados" (Act. 3:19). Dios es el que perdona los pecados, y ningún otro lo puede hacer. El que pretende haberse arrepentido de sus pecados, y al mismo tiempo sigue en eHos. se engaña; porque el verdadero arrepentimiento incluye el alejamiento del pecado. 2. La Misericordia. (a) El hombre arrepentido alcanza el perdón. A los creyentes les perdona Dios “todos sus pecados" «Col. 2:13). Reciben “perdón de pecados por su nombre” (Act. 10:43), es decir, por el nombre de Cristo Jesús, el Redentor. La misión de Cristo ha sido para dar “arrepentimiento y remisión de pecados" (Act. 5:31).