136 REVISTA EVANGELICA Marzo ha hecho mucho bien, espiritual-mente hablando, a Suecia. —¿Y los grupos de Oxford? —Y los grupos de Oxford han obrado maravillas. Lástima que no hay tiempo para extenderse sobre el particular. —¿Qué más puede decirnos del movimiento religioso? —En el verano, los pastores se ven obligados a salir de sus Iglesias, y predicar al pueolo donde éste se encuentra; es decir, en los campos y paseos. En todas las Iglesias se forman obras de Scou-tismo, círculos de estudios, etc. —¿Y la juventud? —La juventud tiene sus organizaciones, como la A. C. de Jóvenes; además hay un movimiento muy interesante entre los estudiantes cristianos que también tiene sus asociaciones. —¿Nos decía usted al principio que no había mendigos ? —La Iglesia cuida a los pobres. En cada Iglesia al lado del pastor hay una diaconisa, cuya misión es velar por los pobres del lugar. Hay muchísimos hogares para ancianos, donde se provee a sus necesidades. Luego agregó: hemos hablado de tantas cosas y faltaría tanto para decir, y no hemos hablado del Ejército de Salvación, y sonriendo amablemente dijo: y en eso es lo que tengo mayor inte rés —¿Qué puede decirnos del E-jército de Salvación en Suecia? —¡Oh, muchísimo ! —Evidentemente tend remos que dejar para otra oportunidac en que usted nos hable más extensamente de esta obra que ocupa un lugar tan grande en su vida, pero no queremos cerrar esta entrevista sin que nos diga algo por lo menos —Tendrá que ser muy fragmentario por cierto No hace mucho el Ejército de Salvación cumplió 50 años de acción en Suecia, donde actualmente tiene unos 1.700 oficiales y más de 100 instituciones de obra social, como Hogares para ancianos, etc. Entre estos les interesará saber que el Ejército, tiene una Isla para los alcoholistas de todas las clases sociales, donde se les hace trabajar la tierra y se trata de regenerarlos. La obra entre la juventud es amplísima Tendría mucho más que decir pero sería muy largo —Volveremos otra vez, Capitana Jonson; muchísimas gracias por su amable atención y perdónenos el tiempo que le hemos robado —¡Oh! con mucho gusto; no sé — dijo modestamente — si les servirá para algo esto deshilvanado que les he dicho. Yo creo que el odio personal es mucho más repugnante que la misma ingratitud. Se debe odiar a las malas ideas; nunca a los hombres—A. A. P.