EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA 29 •consideramos a Irlanda, según el registro de divisiones, la proporción dé ilegitimidad en los nacimientos varía de 6.2 a 1.3, La división muestra que la cifra más baja corres-ponde a la parte occidental, ocupada por la provincia de Clonnanght, donde las diecinueve veinteavas, partes de la población son célticos y católicos. La división muestra la proporción más alta de la ilegitimidad en la parte nordeste que comprende la provincia de Ulster, en donde la población está casi igualmente dividida entre protestantes y católicos y la mayoría de aquellos son de sangre escocesa y pertenecen a la secta presbiteriana. El total muestra que los protestantes escoceses son tres veces más inmorales que los católicos irlandeses. Es digno de notarse ,que en el cuadro arriba presentado, el tanto por ciento de la ilegitimidad en Holanda y en Suiza, donde’las minorías católicas son relativamente mayores que en los otros países protestantes, es menor que en cualquiera de estos. Tengo a la mano pruebas suministradas por escrito-■ res protestantes de la inmoralidad escandalosa de ciertos países europeos más protestantes que la Inglaterra misma. ■Mr. Laing, por ejemplo, escribe: “De los 2,714 niños que nacen en Estockolmo, 1,577 son legítimos y 1,137 ilegítimos; lo que da por término medio, 440 madres castas, entre 2,714; y como proporción de la ilegitimidad a la legitimidad de los niños, no de uno a dos y tres por ciento sino de uno a uno y medio.” (Una vuelta por Suecia en 1838). Los católicos no nos complacemos en estos vicios; aludo a ellos más bien con vergüenza que con placer, y sólo por contestar cargos injustos presentados por nuestros adversarios. No deseo excusar ni paliar las faltas de los católicos, quienes con todas las bendiciones y los auxilios que su religión les ofrece debieran ser mucho mejores de lo que son. Citaré, sin embargo, para terminar, las palabras del M-umdo Católico: “Si no somos mucho mejores que nuestros otros hermanos, no somos peores; y ellos no deben ensordecer la atmósfera con los gritos de vicio y de inmoralidad, a la manera de los fariseos que pregonaban constantemente su superioridad, y dejarse de -dar gracias a Dios por ser mejores que nosotros los pobres católicos."