----------- | Vasconcelos, el Extravagante Por el Lie. Jesús PLORES AGUIRRE Especial para REVISTA DE CO^MUILA En los últimos años hemos visto a lois es píritus consagrados, a los hombres tocados por una aureola de santidad o de gloria sujetos al análisis riguroso de la crítica histórica- En México particularmente se ha. despertado un afán crítico que se está I ra duciendo ya en el conocimiento más exacto de nuestros hombres de letras. Luis Chavez Orozco ha intentado una crítica de altura sobre la posición de Carlos Pereyra comí' historiador v con visión certera nos dá una impresión nueva, que nosotrcfe no habíamos captado por falta de observación. Sin tratar de medir mis fuerzas en un ensayo semejante al de Chávez Orozco, con absoluta buena fé he estado pensando en que semejante labor es noble y estimulante, porque señala virtudes y defectos quq nos acercan a U verdad de un hombre, de una vida, de una obra que tienen influencia o irradiación sobre la sociedad. Samuel Ramos, uno de los más notables “ensayistas” (me refiero a éste género sólo en el campo filosófico1 litrarior hace algir nos años también discutía con verdadera maestría de polemista la personalidad del maestro don Antonio Caso, loí que le. valió una. réplica de éste absolutamente falta de cordura a través de un folleto, “Ramos v Yo”. Pero no divap-uemos del punto' al cual que remos llegar. En los últimos dos lustros, ¿auién no ha oído hablar de José Vascon celos? Figura recia de pensador y de poli I ico es la de este hombre. Pero no por eso menos extravagante. Esta es la- tésis que pretendo fundar con acopio de datos y argumentos en un boceto del autor de “Estudios Indostánicos”. Pero ahora no quiero sino apuntar esta tesis a través de una de las mas genuinas extravagancias de Vaconce-los reducida a las palabras de una leyenda que ostenta el escudo de la Universidad N*a cional de México: “Por mi Raza Hablará mi Espíritu”, palabras que para la juventud para la adolescencia son trascendentales.' agoreras, inflamadas de un soplo divino. Precisamente he querido comenzar por analizar aunque sea someramente el tal lema viasconceliano) porque ya en otra ocasión lo he calificado de oscuro- Y lo sigo lia mando no solamente oscuro, sino lema de sentido impenetrable. Por una sencilla, razón : no adivinamos a cuál Raza se refiera en el lema aludido el ex Secretario de Tns-trucc’ón Pública. Posiblemente se refiera n su “Raza Cósmica” o quizá a la Raza autóctona o aborigen—que más que una raza fué un mosaico de razas en el Anáhuac—o n la, Española, exclusivamente o' a la fusión de ambas. El vocablo “espíritu” no es menos oscuro., y aun en el campo de la psicología se sigue debatiendo esta vieía cuestión. Para que se vna la confusión del lema tan llevado y traído y aprendido de memoria, por los jóvenes que se postran anté el mpp-netismo de las palabras, como ante un fetiche—transcribo el concepto que eT mismo Vasconcelos da de Raza: “La tésis (Sigue en la página 8). E I Ing. José Martínez y Martínez Construyo edificios con toda economía, ccnfort y belleza. (Visítelos) XICOTENCATL NORTE 207. 00 AH. 3 ion. 1 w 3«»a ’1 ° KiívísTA DE dOAimiLA 7 i I