ESTUDIEMOS MAYORDOMIA La fe evangélica está intimamente unida con el estudio de la mayordomia; y al estudiarla los cristianos, reconocen que el propósito de su fe y del hecho de ser miembros de la iglesia es el extendimiento del reino de Dios. Cuando pensamos en una iglesia nueva y pequeña —que hace poco está haciendo frente a su amplio programa de actividades como lo tienen las otras iglesias bautistas, y que también tiene problemas por causa de los esfuerzos que está realizando para desempeñar su obra— nos damos cuenta de que urgentemente necesita algún consejo, alguna explicación, alguna luz que le den ánimo para continuar en su ardua labor. No se puede ponderar demasiado lo benéfico que es para las iglesias el estudio de la mayordomia, cuando en ellas se hace el estudio citado. La relación única en que la Biblia y la experiencia ponen a la mayordomia con la consagración y el crecimiento espiritual, da una importancia tremenda a la doctrina de que estamos tratando: la mayordomia cristiana. En los cristianos de Macedonia encontramos un excelente ejemplo de lo que venimos considerando, pues dice el apóstol que los ma-cedonios no procedieron como él y sus acompañantes esperaban, ya que a si mismos se dieron primeramente al Señor, y agrega el mismo apóstol: y a nosotros por la voluntad de Dios. Parece que lo natural era esperar que los macedonlos se entregaran primeramente a Pablo y a quienes iban con él; pero no fue asi, porque el entregamiento de aquellos cristianos macedonios fue primeramente al Señor. Además, el apóstol testificaba que esos cristianos habían dado de su propia voluntad, conforme a sus fuerzas, y aun sobre sus fuerzas, para la comunicación del servicio de los santos (2 Cort. 8:5, 3, 4). 8 2 Corintios 8:1-7. Francisco Meléndez h. Aun más, es importante que las iglesias estudien mayordomia porque tal estudio les concede muchas ventajas: ventajas individuales, ventajas para el hogar y para la colectividad y hasta para la iglesia misma que esté haciendo ese estudio. Teniendo en cuenta lo susodicho consideremos detenidamente tan importante asunto, ocupándonos sólo de cinco de las ventajas aludidas. I Se formará el hábito. Hemos oido a miembros, oficiales y pastores de iglesias decir: “Nunca hemos tenido estudios, semanas, o cursillos acerca de la mayordomia." Esta es una razón por la cual la iglesia ha descuidado su privilegio de hacer obra misionera. Rompamos ese "No podemos" que con frecuencia se usa cuando alguien quiere que hagamos planes para sostener y extender la obra misionera: Dios quiere que los realicemos y también quiere probarnos. "Pues tratándose de dinero es muy penoso hablar o hacer estudios", se oye decir con frecuencia como para justificarnos de nuestra falta de interés en la mayordomia. Que no nos interese lo que algunos de la iglesia piensan acerca de esto, si Dios en su Palabra nos ordena que lo hagamos: pues sólo nos queda una cosa por hacer: Obedecer y hacer. En esto estamos atrasados. Se nos ha puesto y se nos ha dado el grado necesario de valor para obedecer y practicar la doctrina de la mayordomia. Tenemos que instruirnos y tenemos que reclamar el cumplimiento de esta doctrina aunque corramos el riesgo de perder nuestros propios honorarios .... Recordemos que nuestro Maestro nos dio la orden de que enseñemos todas las cosas que él nos mandó (Mat. 28:19, 20). “Más bienaventurada cosa es dar que recibir." Si son pocos los jóvenes y los adultos que no quieren hacer algo, será bueno valernos de algunos medios que despierten su interés; démosles testimonios, libros buenos que ahora abundan sobre el particular, el periódico denominacional, etc. Es necesario hacer algo para interesar a todos los cristianos en la mayordomia; y es necesario comenzar ahora, aunque sea poco a poco y aunque no se tenga todo el éxito que deseamos. Puede ser que hasta después de dos o tres años comience a formarse la conciencia de la responsabilidad, y empiece a formarse la costumbre, el hábito y el carácter de un mayordomo cristiano, el cual no ve en su diezmo el dinero que da sino una ofrenda como parte del culto que rinde a su Dios. Debemos darnos cuenta de que no habrá prosperidad en la obra de la iglesia ni en sus finanzas si no hay una alta comprensión de la mayordomia. II Se fortalece el concepto doctrinal. La obra del Señor no se hace "por" dinero; pero si se hace "con" dinero. Los "espirituales" creen que es muy necesario que cada cristiano sepa probar con la Biblia que ella enseña y manda tales cosas. Esto del dinero en las iglesias es asunto que algunas veces produce algunas dificultades: éstas comienzan con los propios miembros de la iglesia, después pueden seguir con los que todavia no son miembros de la iglesia, y suelen continuar con los que son nuestros enemigos: éstos pueden usar nuestras dificultades para resfriar y dividir a nuestras congregaciones si las descuidamos. Conozco a un viejecito que, para recomendación de su denominación dijo a mi iglesia: "Nosotros no vamos a los lugares donde nos piden dinero, sino a donde nos lo dan." Este viejecito habia perdido siete pesos ... y aquellos EL PROMOTOR DE caritativos hermanos le dieron diez. Nosotros no tenemos mucho tiempo para dedicarlo a otros programas, a otras campañas, o a semanas para muchos estudios especiales. Además, en una clase de la escuela dominical o en un departamento de la unión de preparación no se puede hacer un amplio estudio que dé a los cristianos mucho fundamento bíblico acerca de la doctrina de la mayordomia; sin embargo, urge que tengamos la capacidad suficiente para dar razón de lo que creemos sobre este particular. Uno de nuestros lemas es: "Cada cristiano, cada miembro: un misionero." Tenemos otro que dice: "Estudiamos para ser útiles." Esto es lo que deseamos para cada uno de los hermanos que estudia: que enriquezca su fe y su conocimiento bíblico para que pueda ayudar a los que necesiten la luz que él ha adquirido. Asi pues, es importante estudiar mayordomia. III La cooperación de los miembros es una parte de su adoración en el culto. Sinceramente creemos que muchos hermanos no dan porque no tienen una idea clara, una profunda convicción, de que sus ofrendas o diezmos son una parte de su adoración al Señor. Se pide para hacer los gastos de la obra del Señor: pero no se sabe si los miembros de la iglesia están preparados para que den espontanea y fácilmente. Sepan los miembros de las iglesias que el ser dlezmadores no les hace sino el mínimo honor en su calidad de hijos de Dios; y que el Señor que los salvó clama por la ofrenda de ellos como parte de la adoración que le tributan, ya sea tal ofrenda semanal o quincenal o mensual, según le hagan el pago de su trabajo. A este propósito ha escrito C. E. Dillard: "La adoración es la respuesta del alma al conocimiento que tiene de la presencia y de la bondad de Dios. La adoración es la experiencia más creativa, y constituye la realización más alta del alma redimida. El suscitar y cultivar este espíritu de adoración vital es una función de la religión. EDUCACION CRISTIANA Por esto tenemos la Biblia, iglesias, cultos, ordenanzas y ofertorios. Dios es espiritu, y quiere que los que le adoran lo adoren en espiritu y en verdad. El mensaje final del libro es: * Adorad a Dios, adorad a Cristo.’" Quien es el fiel mayordomo, nos ilumina la senda, nos muestra que la ofrenda es un acto de culto, es una parte de la adoración. C. E. Dillard también dice: "Nuestra ofrenda es un acto de culto, no debemos ofrendar con un motivo mercenario o egoísta." "Tributad a Jehová la gloria debida a su nombre: traed ofrenda y venid delante de él; postraos delante de Jehová en la hermosura de su santidad" il Crón. 16:29). "Dejarás" (las primicias) "delante de Jehová tu Dios, e inclinarte has delante de Jehová tu Dios" (Deut. 26: 10). "Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, ... y no tengo caridad, de nada me sirve" (1 Cort. 13:3). "La ofrenda de la viuda pobre fue elogiada por el Señor. Según él, ella dio más que todos los otros, no solamente porque su ofrenda significaba sacrificio, sino también porque fue dada con espiritu de adoración y expresando amor y devoción." "Lo importante en el ofertorio no es cuánto damos sino por qué damos y el espiritu con que fiamos. Nuestros cultos deben tenerse en tal forma, y nuestras peticiones de dinero deben ser hechas de tal modo, que nuestro pueblo se regocije al disfrutar del privilegio de dar y lo haga como parte del culto para la gloria de Dios y para el extendimiento de su reino." "A un señor rico no le gustaba que se levantara la ofrenda el domingo en la mañana, y dijo a su pastor que si quitaba la costumbre de hacerlo, él pondria la cantidad que mensualmente se reunía. Entonces el pastor contestó: ‘No; porque el ofertorio es una parte de nuestro culto de adoración, y no voy a negar este privilegio a esa pobre viuda que se sienta en la segunda banca y que cada domingo deposita sus cinco centavos con una oración.’ ’’ Debemos enseñar a nuestro pueblo a dar su ofrenda como narte de su adora ción. y a adorar con sus ofrendas. IV Se pugnará por el sostenimiento propio. Conviene que recordemos el dicho: "Ahora, o nunca." E invirtiendo el orden de las ideas que este dicho sugiere podemos decir que si hoy no comenzamos, mañana no lo haremos; que si ahora nos da miedo, mañana tendremos terror. Asi pues, hermanos, para que comencemos con el estudio de la mayordomia digamos: "¡Ahora!" Y ante los tiempos dificiles, ya que parece que son los últimos; y contra el entorpecimiento que por una o por otra causa sufre la marcha de la obra; antes que vengan los malos dias: ¡adelantémonos a los fatales desenlaces que pudieran venir y estudiemos y practiquemos la mayordomia oportunamente: no como por obligación, sino por consagración! Cuanto las epístolas del Nuevo Testamento dijeron sobre este particular a las iglesias de ese tiempo, es posible adaptarlo a cualquier iglesia del mundo en los tiempos presentes para el sostenimiento de la obra de Cristo; pues él ha dado poder a los miembros de las iglesias para que decidan lo que deben hacer a favor del reino de Dios. El asunto de la mayordomia, porque trata del sostenimiento de la obra del Señor, es algo que siempre deberíamos ver y enseñar con claridad; pues de otra manera siempre estaremos pordioseando el sostén y siempre tendremos pobrezas. Los pasos a dar podrían ser los siguientes: 1) Formar conciencia clara de este deber; 2> Hacer un presupuesto proporcional e inspirador; 3) Infundir obediencia a Dios y a su Palabra; 4) Procurar adquirir capacidad y eficiencia en el servicio como resultado del proceso educativo. Además, podemos tener en cuenta que si hoy no obtenemos los resultados que deseamos, los tendremos en un futuro cercano y serán para las generaciones que nos sigan, a las cuales quizás nunca veremos. V Se promoverá una grande obra misionera. Pueden estar seguros (Pasa a la página 23) 9