690 LA voz bárbara esclavitud? ¡ Ah. nobles hijos de Sobieski y de Ponía-towski! vosotros que no encontráis hoy simpatías mas que en los católicos papistas, es seguro que en vez de preguntar ¿para qué queremos Papa ? deseáis que la autoridad de este vicario de Jesucristo sea reconocida en toda la tierra, como debe serlo para bien de la humanidad. Si los infelices que pueblan las rícás provincias del Ganjes y del Indo, pudieran, significando en Roma sus agravios, hacer que: la voz del Padre ccñnun tuviese en los ingleses el peso y fuerza- que deljia, ¿seria su suerte tan desgraciada como es? No por cierto : ni la Europa hábria tampoco, derramado tantas lágrimas, si Napoleoir hubiera reconocido en los Papas al vicario de Jesucristo. Debemos pues querer Papa, y es el interés de todo el globo, no el que lo haya, pues estamos seguros de que lo habrá siempre, sino el que su autoridad sea reconocida/y acatada en todo el universo. Los sabios lo confiesan así; solo los ignorantes son los que piensan de diverso modo. ■' Pero en todas las respuestas indicadas, no se ha hecho mas que mostrar la necesidad que del Papa tienen las sociedades en el orden temporal; hay otras necesidades de un orden mas elevado y que nuestros reformadores no conocerán quizás; pero nosotros como seres espirituales que somos, necesitamos de la verdad, y de una verdad firmemente conocida é inalterable, y esta sin el Papa, es imposible. Lá curiosidad del espíritu humano, su petulante ignorancia, nada deja que no quiera investigar, nada investiga que no ofusque, que no oscurezca. Los dogmas irías claros han sido negados por algunos, y hasta Jas verdades mas'triviales serian hoy-desconocidas sin una autoridad conservadora, que al par que vela sobre la incorruptibilidad de los principios sociales, es la depositaría fiel de las verdades morales y religiosas. Esta es la del Papa. Sin él, el mundo entero seria un caos, la disputa seria la ocupación única del entendimiento humano, las opiniones mas absurdas serian su único producto, y las mas chocantes contradicciones serian .... el principio del mas completo desorden social, y el sosten de la perpetua desesperación del hombre. Hoy que es imposible Inquieta indiferencia del paganismo ¿quién enseña la doctrina única que puede satisfacer al hombre respecto á sus relaciones con el cielo ? El Papa. Tírese una línea de demarcación en el globo, que separe los pueblos en quienes la autoridad del supremo Pontí . fice ha tenido ó tiene influencia directa ó indirecta, porque aun las naciones hereges le deben lo que son, aunque no quieran confesai- -lo.... fuera de esta línea no se halla mas que la barbarie de los bos-ques ó la desesperación del materialismo.... ¿Quién sostiene, des-