DE LA RELIGION. 427 • /trecho de elegir entre dos males, eligió:’ei'^rimero; y he aquí la última, representación de nuestro trágico drama. Ratificada, la paz y establecido el gobienro^ entablan los sofistas una nueva guerra á la religion de Jesucristo: toman ébtnanto qué todo lo cubre, y dan principio exhortando á la nación á .qlA6|]Kga juicio;- que la esperincia en tantas desgracias^ nós debe hacer prudeiitCs; que vamos á ser felices, con tal que tomempsísus 'consejos. ¡Qué dé^Sf^ueñza! ■ Los consejos fueron: que se quitara al. clero la educación de la"-j8Vetitud; que se estinguicran los ¡fueros; que rio hubiera ejército; que se establéciera la ; tolerancia,ttodo; como, ecsigencia de la época; y ¡ últimamente, .qá^Sédla-. maran á todos Jos sectarios del mundo, para que. en los desiertos' y terre-nos.incultos que aun nos quedan, establecieran colonias; en lugar dé que, como lian deseado los buenos, se protegieran los presidios para contener las, incursiones: de los bárbaros, y renacieran las misiones que suavizaran- ■ sus costumbres y dieran muchos hijos cristianos á su patria. Gluiénesi sean estos consejeros, cuántos figuren en ese bando, y cuáles sean sus intentos encontra de lo mas florido y numeroso de la naciori, se lo hemos -patentizado, á-V.