Caricatura del cabecilla villista Rodolfo Fierro Esta es una de las mejores de Santiago R. de la Vega. El sombrero de de la Vega tuvo las alas recogidas y en el tiempo que emplearon en caer planas, ha cambiado su color pasando del negro al verde indefinible. Y ha crecido, ha crecido un poco y no precisamente por el agua que ha llovido sobre él" en varias primaveras, sino por el tiempo, por el odioso tiempo que todo lo destruye y afea---— En calzón blanco, con su faja desfajada y con un sombrero de petate, seria un tipo popular, el del clásico “pelado" del interior de México. -.De la Vega no fuma ni bebe una ni muchas copas. No tiene amorios, es misántropo; se resbalaría en un salón del gran mundo—— Su vida la ha dedicado a la política, del lado de la oposición, a la que parece haberse dedicado en cuerpo y alma. Comprendiendo esto los Gobiernos, Jo han perseguido sin descanso. Conoció Belém desde los tiempos del “Hijo del Ahuizote”; perseguido por el reyismo, tuvo que expatriarse; Jo mandaron matar a batazos y sólo le hirieron; un sacristán lo iba a matar; habia estado en el complot de Tacu-baya y cuando Madero llegó al Poder lo atacó; no lo persiguió M adero, pero pudo haberlo perseguido; durante el Gobierno del General, Huerta desempeñó el más peligroso de los pa peles: conspirador de ciudad: triunfante la revolución estuvo a punto de ser fusilado por los mismos revolucionarios que desconfiaban de él por sus ataques a Madero: lo sometieron al juicio de un Tribunal de Safud Publica. Y en el momento en que parecía que se iba a hacer gobiernista, en la secretaria particular del Gobierno de Villarreal, se lanzó a la opo- sición, descontento de Carranza----- ¿Tiene o np tiene madera de mártir el caricaturista de la Vega? Es socialista. Considera malos a todos los Gobiernos. Al socialismo llegó después de pasar por el jacobinismo más agudo. Ha leído los clásicos españoles y los ama. bus lecturas sobre legislación agraria abarcan cuanto se ha escrito de la materia, Conoce h organización de los sindicatos y en religión es fuerte como un jesuíta. Cuando discute de estas materias, ha bla con la pasión de un apóstol: encendido el rostro, agitadas las manos, procurando que lo crean, y convencer a sus oyentes. Queda triste cuando su oyente no ha quedado convencido. Sus lecturas le han-permitido llegar a comprender la bondad de mu-