v 7 tie Diciembre, 1921. REVISTA CATOLICA 809 ____________ SECCION AMENA EL HUELGUISTA Al levantarse el trapo está Juan reclinado a un poyo, cerca del- proscenio. Por el fondo, derecha (del espectador) entran en. la escena, atravesándola en tumulto, un grupo de obreros. ESCENA PRIMERA Juan Uno. ¡Viva la huelga!... Todos. ¡¡Viva!! Otro. ¡ Mueran los burgueses! Todos. ¡¡Mueran!! (Marchan fondo izquierda). V Juan- ¡Mueran mil veces! Mueran los ricos, los opresores del obrero, los amos de corazón metalizado... los explotadores... ¡ Mueran! La huelga ruge como el león que va a lanzarse sobre su presa... ¡Ay de los burgueses! ¡ay de los patronos que nos chupan el sudor, y beben a grandes sorbos el néctar de la vida, néctar que es el jugo de la nuestra, y, después que se lo damos, quedamos nosotros estrujados con las heces, con las amarguras... ¡Oh aurora roja, aurora sangrienta del gran día de la liquidación social! ¿cuándo apa-v recerás en el horizonte? (gritos lejanos). ¿Son estos rugidos del pueblo los primeros chispazos de un día de fuego? ¡Pluguiera al infierno que fuera así! (Pausa). ¡Tres días de holgar! Tres días comiendo de cualquier modo. Por mí poco me importa... Pero mi mujer, mis hijos. ¡Pobrecitos! Si esto dura, me pedirán pan, y yo no podré dárselo.— Patronos infames... ¿No accederéis a nuestras pe-V- ticiones ? Esto no puede continuar. Las famosas remesas de comestibles del centro socialista, se han evaporado. Un pan negro me ha cabido en suerte, y eso que daba yo al centro mis buenos pesos cada mes. ¿Qué se han hecho?... Si me- estarán engañando los socialistas mis compañeros.— No: no puede ser. Yo soy socialista convencido___ ¡No puede ser! Pero las subsistencias no aparecen por ningún lado, y mis hijos tienen hambre, y yo no tengo que darles, y la huelga se prolon-4 ga, y los socialistas no me ayudan y los ricos me miran como un pingajo... ¡Ricos sin entrañas (gritando), amos ladrones!... M úsica Se acercan tiempos grandes que soñé; los ricos y los grandes caerán. Se acerca el día hermoso de la luz: los pobres, los humildes triunfarán. Y esta maldita sociedad, cual (una) nube pasará. La multitud de gentes del placer, como un montón de cosa baladí, la barrerán obreros a millones, como huracán que arrastra el polvo vil. Y de este polvo de lo que ahora existe, pujante, hermosa, luego se alzará ¡a humanidad que pueble todo el mundo, la gran nación, la nueva sociedad. Ya siento en los preludios de la lucha, fugaz chisporroteo crepitar, primeras indecisas llamaradas, anuncio de un incendio colosal: Y esta maldita sociedad cual nube pasará. Declamando. Sí, se derrumbará todo lo que existe y se levantará pujante- una sociedad nueva. Este pensamiento me enardece. Me lo inculcan en mi centro socialista; lo leo en nuestros diarios. Pero al venir a la realidad, mis manos se crispan de impotente rabia, y mi corazón gime desilusionado-¡ Oh, nuestros conspicuos directores del socialismo! Si ellos pudieran.... si el bueno de D. Leandro que nos dirige, que nos exhorta, que come el mismo pan negro que nosotros, a pesar de estar al frente de nuestro centro. ¡ Oh, si en su mano estuviera hacernos felices! El sí que es socialista ... de veras___ (Se. oye la bocina de un auto que se aproxima). Ricos malditos (mirando hacia donde se oye el auto); burgueses orgullosos, os paseáis en auto mientras los huelguistas nos comemos los puños de rabia. (Se oye .el auto más cerca). ¡ Y vienen por aquí!... (Se oye junto a la escena, derecha). Ya se apean los ricachones. ¡Oh, si viera esta escena el bueno de D. Leandro! ¡Aquel sí que es socialista! Aquel sí que... ¿Qué veo? ¿Me engaña la vista? (Entran por la derecha dos caballeros en la escena). ¡ Es él!... ¡ ¡ D. Leandro en auto!! ¡ D. Leandro, el socialista convencido, el que se titula amigo nuestro, amigo del pobre, que truena contra los ricos en el centro socialista!... ESCENA II Juan, D. Leandro, Caballero. D. Lean. (Pasando por el fondo). La huelga sigue como una seda... y con los gastos de huelga tenemos pretexto para embolsarnos de la caja del pueblo...... ¿cuánto? Caballero. 20,000 pesetas. D- Lean. ¡ Oh, pueblo soberano! Caballero. ¡ Oh, pueblo tonto! Los dos. ¡Já, já, jáaaL— (Salen). ESCENA III Juan- ¡Infamia!... Vosotros os coméis los ahorros que íbamos depositando en la caja los obreros tontos... Y nos predicáis el socialismo y la filantropía.... ¡¡Ladrones!! Todo es mentira, mentira el socialismo, bellaquería de infamias que