DE LA RELIGION. \ 775 dencia de toda autoridad secular, para que reuniendo ambas autoridades el Sumo Pontífice pueda ejercer mas ,libremente*la que tiene como Cabeza de la Iglesia, evitar los cismas, y contener mas fácilmente á los Obispos en sus deberes. ¡De cuántos bienes no es deudora la humanidad á esta union de-autoridades en el Papa! Y ¡cuántos otros no son siempre de esperarse en el orden social!—J. M. C. ' ■OBSBK.VAOIONES SZSTO-RIGASv . . ' ARTICULÓ III. Habiendo dado el Criador á cada obra de las que salieron de sus divinas manos su propio lugar en el universo, y juntamente intimado el oficio que ha de tener,, y designado el fin á que este oficio ha - de ir dirigido; absurdo seria creer que á la criatura racional, centro y fin de todo este universo,'la deja abandonada á sí misma- sin intimarla desde luego que viene á la ecsistencia el escelente lugar que ha dé tener, el noble oficio 6 empleo que ha de hacer de sus facultades físicas y morales y el blanco que se ha de proponer en su recto uso. Que no habia de tener para con el hombre dormida aquella sabiduría y providencia con que á cada astro designó su rumbo ú órbita peculiar para que no perturbara la carrera de las demas. Ñi obsta contra esto el libre albedrío que goza el hombre y de que carecen los astros; porque este no es un estorbo, sino, un medio para con mas escelencia llenar los deberes que le son propios. El astro cumple los suyos sin amar, el hombre tiene la ventaja de poderlos cumplir amando á su Hacedor. Esta intimación de la divina.voluntad hecha á la criatura racional é impresa indeleblemente en su alma, no es sino lo que Platón . entendió por ley natural. Porque así como dijo- que la ley divina era, aquella eterna rasan ecsistente en el mismo Dios, en virtud dé la cual se gobierna todo, así á la parte de la misma razon eterna impresa en. las criaturas como impulso que las impela á dirigirse á sus Resignados fines, la llaínó ley natural como inseparable de la naturaleza misma. De lo cual casi no se apartó Santo Tomás cuando enseña que todo lo que es góberrtado por la divina Providencia, participa algún tanto de la ley eterna, en cuanto por virtud de esta ley eterna tienen inclinación ó tendencia luida los actos y fines que les son peculiares. Esta ley eterna es una misma cosa con la imagen del Criador que como sello trae desde luego la cria-1. ■ tura-racional al salir á la ecsistencia, según la espresion del salmista: signatum est super nos.Iumém vultus tui, Domine, de donde Santo To-más concluye definiendo la ley natural: 11 Una participación de la ley eterna en lá criatura racional?1 Aun hállámos que Cicerón habia sen-