Gustavo.—Pronto me entenderá U más todavía: me amará Ud., Rosa Carmen; pero no, me confesará que me ama, porque Ud. me quiere; Ud., como yo, en los años de apartamiento de nuestras almas, y a pesar de este falso desamor con que me trata, ha pensado mucho en mí; ha llorado mucho..... Rosa Carmen.—¿Pensar en Ud?..-. .¡Tal vez!.... A veces se piensa sin querer. ¿Llorar?... .Eso, nó. Yo fui dichosa en mi colegio; lo soy en la casa de mi padre. Hace mucho que no lloro; desde que mi padre murió.... ¡ cómo lo recuerdo! Ud., Gustavo, tuvo entonces la atención de escribirme, consolándome., ¡cuánto se lo agradezco!.... Gustavo.^Lo recuerda Ud?.... Rosa Carmen.—¡Cómo nó! Escribe Ud. tan bien, que no se acierta a saber si es Ud. más actor que literato. Gustavo.—Es que el lenguaje del amor, siempre es bello! Rosa Carmen.—Es que Ud. no hablaba de amor, sino de dolor..... Gustavo.—Es lo mismo. ¡Amor y dolor! Inquietud, locura, divina locura! (Arrebatadamente). Rosa Carmen.—Vamos, Gustavo, que se olvida Ud. de la casa de don Lauro del Campo, para acordarse de su teatro en México. Tenga Ud. presente que es a Rosa Carmen a quien habla, y para ella no hay que violentar el gesto, ni retorcer el sentimiento, ni falsear la voz, ni fingir el ademán.... Gustavo.—Es cierto. Para Rosa Carmen, no debe ser la frase declamada, ni el rebuscado concepto; para ella es el corazón ardoroso y palpitante; es el alma que fluy^en los ojos y la palabra; es ef sentimiento hondo y virtual; es algo inefable; algo superior; algo que..... Rosa Carmen.—Algo que muy paiecido a todo eso que Ud. ahora dice, le juraba a la primera actriz el día de su beneficio. Lo vi a Ud., y Ud. no lo sabía. iMs primas se empeñaron en que fuera con ellas a su palco, una noche antes de venir a esta quinta, y, yo, con temor y con ansia ¡ah, si mi padre lo supiera! lo vi a Ud. en aquela obra y me convencí de cuán grande es Ud. en la escena, y desde entonces, aunque es cierto que pienso más en Ud., deseo más olvidarle!...,. Gustavo.—(Enloquecido).—¿Porqué, Rosa Carmen?..... Rosa Carmen.—Por un escrúpulo de buena aficionada, devota del arte y la belleza!...., Gustavo.—¿Cuál es?.... Rosa Carmen.—El de que hacerlo mío, seria robarlo a su arte y su gloria; y yo soy intransigente; yo soy muy celosa....Sentiría envidia de los brazos extraños que lo sujetaran con cariño; de los ojos que lo envolvieron en ondas de pasión y ternura; de las alabanzas de las mujeres; del aleteo de los aplausos; y sin embargo, en aquella noche: ¡qué inquietud y qué zozobras, y entre todo eso, ¡qué felicidad! Mis primas se daban cuenta de mi locura: mis ojos, mis manos, mi corazón, el temblor de mi cuerpo, me denunciaba... .¡Ah, pero era yo tan dichosa y a la vez sufría tanto!... .Pero ¿sabía Ud. eso?.... ¿Le interesa, acaso, saberlo? Gustavo.—(Con locura). ¿Es cierto, Rosa Carmen?.... sufría Ud?....¿era Ud. dichosa?. ..Hábleme así, co .. mo antes. Sea Ud. buena conmigo; no me mar-tirize..... Rosa Carmen.—Parece que lo he conmovido. Si yo también, como Ud., tuviera el don de conmover los corazones; de estrujar los espíritus....Eso me disgusta. eso es abusar de la fuerza, eso es cobardía... Gustavo.—(Suplicante). Rosa Carmen.... Rosa Carmen.—(Exaltada). Sí, y puesto que Ud. y yo somos iguales, y nuestras armas las mismas, a la lucha si Ud. quiere; a la muerte, vamos, si Ud. no. la )' teme; venga Ud. a rendirme con sus ternuras, con sus maldades, con el encanto de su nombre y de su gloria, que aquí estoy para defenderme con..... Gustavo.—¿Con qué? Rosa Carmen.—Con mis desdenes, con el odio de mi padre para su nombre...... Gustavo.—(Consternado). ¿Qué dice Ud?.... Rosa Carmen.—Sí, Gustavo; mi sangre se rehúsa, se rebela, entre sus ondas ahoga mi cariño. Ud. sabe que entre mi padre y el suyo, hubo algo tenebroso, algo inexplicable, acaso, siempre, para nosotros.... Gustavo.—Lo sé todo, y a pesar de eso, Rosa Carmen: la convenceré a mi cariño; Ud. lo verá..... Rosa Carmen.—Nunca. El amor a mi padre está por encima de todo, y, basta, Gustavo... .aléjese Ud. pronto que mi padre vendrá; váyase que esa entrevista, puede costarle a mi padre, la vida! Gustavo.—También Ud. me la quita, y yo me resigno... No, Rosa Carmen: don Látiro me escuchará; hablaré al hombre, al triunfador de antaño, al fracasado de ahora.... Entran rápidaniente don Lauro y don Casimiro, Rosa Carmen se hallará a la derecha y Gustavo a la izquierda; don Lauro se adelanta a las primeras palabras y se coloca en medio de los dos. Don Casimiro se sitúa a la derecha de Rosa Carmen. La escena se desarrolla violentamente. Don Lauro.—(Muy agitado). ¿Quién se atreve a hablar así?.... Don Casimiro.—(Muy sorprendido, reconociendo al actor) ¡Gustavo Borda! (Gustavo y Rosa Carmen, hállanse abatidos). Don Lauro.—(Fuera de sí). ¿Qué has dicho?..... .¿El hijo de Joaquín Borda, el impostor?..... Gustavo.—(Herido profundamente en su corazón). Don Lauro, respete Ud. el nombre de un .muerto.... Don Lauro.—El no supo respetar el nombre de un vivo. Pero ¿qué quiere Ud. aquí?....Y tú, Rosa Carmen, ¿que hablabas con este hombre?... .¡Salga Ud. de mi casa!..... Gustavo.—¡Don Lauro!..... Rosa Carmen.—(Interpónese entre su padre y Gustavo, cuando aquel quiere lanzarse sobre éste). Nó, padre mío...... Don Lauro.—(Sorprendido). ¿Qué?..... Rosa Carmen.—(Con firmeza). ¡Que Gustavo no sale!.. Don Lauro.—¿Porqué? Rosa Carmen.—(Con mucha intensidad). ¡Porque no quiero! (Don Casimiro queda atónito, contemplando la escena). El telón cae lentamente.