2 EL MENSAJERO JUVENIL EL MENSAJERO JUVENIL 3 NUESTRO CURSO DE LA U. B. DE J. .-Es de vital imporUncia para el progreso de las uniones de jóvenes, porque solamente instruye a sus miembros en cuando a la manera más práctica de organizarse y llevar a feliz término la bendita obra que el Maestro ha dejado a cada uno de los que le acepten, sino que imparte un conocimiento sólido de las doctrinas y principios de nuestra f ■. Tenemos conocimiento de que las Uniones que se han organizado de acuerdo con las instrucciones del Manual para las mismas, han entrado en una era de completo desarrollo. Por ejemplo la Unión Bautista de Jóvenes de El Paso, Texas, cuya membresla se ha dividido en cuatro grupos, dirigidos por entusiastas capitanes ha venido conquistándose triunfo tras triunfo. Cada uno de los grupos ha elegido su distintivo, su coro y su texto que recitan en cada uno de los servicios. La asistencia ha llegado hasta 128 y en cada una de las sesiones reina gran entusiasmo. Gran parte de sus miembros ha hecho el estudio del Manual y de esta manera cooperan con conocimientos bien basados para la marcha y desarrollo de la Unión de Jóvenes. El Diploma de la U. B. de .1. está impreso a dos colores, se expide a los que estudian el Manual, sustentando el examen correspondiente, y al tomar el curso, libro por libro mandaremos sellos para los lugares indicados en el diploma hasta que quede completo. Al expedirse el Diploma cobramos solamente 15 cts., para cubrir los gastos del correo. Del Curso de his U. B. de J. tenemos listos los siguientes libros: “El Nuevo Manual Normal para las U. B. de J.", "La Mayordomia de la Vida," "Instruyendo en la Membresla de la Iglesia," “El Manual para las Escuelas Dominicales" y "Principios Bautistas." Tendremos placer en dar toda clase de informaciones a todos los que se interesen en el Curso de la U. B. de J. ¿Quién será el primero en principiar el curso? Ojalá que el Señor despierte el entusiasmo entre nuestra juventud para que se prepare debidamente para llevar adelante la gloriosa Causa del Redentor. -----o------ MANUAL DE LA U. B. DE J. INFANTIL CAPITULO I. La U. B. de J.—Servicio de preparación. ¿Han pensado alguna vez que cada servicio de la iglesia tiene diferente propósito? 1. El servicio de predicación—Predicar el evangelio. 2. El de la Escuela Dominical—Enseñar la Biblia. 3. El Servicio de Oración—Unirse en oración. 4. El de la Unión Femenil Misionera—Estudiar y fomentar las misiones. 5. La U. B. de J. —Preparar a los jóvenes para el servicio. Cuando pensamos en los servicios de nuestra iglesia de este modo, vemos qué tan importante es que seamos buenos cristianos para poder participar en esos servicios. Los pies no hacen las veces de las manos, pero sin pies casi se inutilizan nuestros cuerpos. Así pasa con cada servi cio de la iglesia—un cristiano que asiste tan sólo al servicio de predicación no puede ayudar a la causa de Cristo como lo haría tomando parte en las otras actividades de la iglesia. Tampoco la persona que asiste a la escuela Dominical y a ningún otro servicio puede estar tan bien preparada como el que asiste a la unión. Lo que hace la Unión. 1. Nos enseña a trabajar de una manera práctica. Aprendemos a hacer las cosas haciéndolas. Un pianista necesita muchas horas de práctica diarias. Todos aprendimos a dar los primeros pasos con nuestros propios pies, no viendo a otros, nos dió mucho trabajo aprender, pues tan sólo dábamos dos o tres inciertos pasos y caíamos, pero poco a poco mejoramos hasta andar bien. Así pasa en la vida cristiana, cuando procuramos hacer la obra del Señor todo nos parece difícil. Parecerá difícil dirigir una clase de escuela dominical, será ardua labor dirigir una sesión religiosa, pero por medio de la práctica domingo por domingo como lo hacemos en la Unión muy pronto venceremos las dificultades. Si te es difícil tomar parte en el programa o hacer el trabajo que te es asignado, si deseas poder hablar como tu pastor o tu director, recuerda que ellos persiguieron el mismo curso que ahora principias tú, y con años de práctica y preparación han llegado a ocupar el sitio que hoy tienen. 2. Nos enseña a trazar la Palabra. Texto de la Unión Infantil: "Procura con diligencia presentarte t Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de Dios" (2 Tim. 2:15). (a) Con lecturas bíblicas diaria». No podemos saber la Biblia si no la estudiamos continuamente. El Modelo de Excelencia requiere que leamos la Biblia de diario, pues así creceremos como cristianos con ese alimento. El método más eficaz de combatir al demonio es usar la palabra de Dios. Si la estudiamos sabremos qué desea Dios que hagamos cuando somos tentados, cuando los maestros de falsas religiones nos acosan podremos distinguir el verdadero evangelio. No hay nada de más importancia para el cristiano que .el perfecto conocimiento de la Biblia. (b) Por esgrima» de la palabra de Dio». Por la esgrima aprendemos a localizar las citas er la Biblia. Muchos cristianos dicen: "sé que está en la Biblia, pero no sé dónde." Todo cristiano que está preparándose, debe recordar que el servicio más grande que puede prestar es traer almas perdidas al Reino. No hay nada que convenza más que un pasaje de la Biblia. Todo cristiano debe poder abrir la Biblia en el pasaje que desea, para enseñar la luz a algún pobre pecador en las tinieblas. Sólo la palabra de Dios contesta las dudas de cada corazón. Pata a la página 46. EDITORIAL "A NADIE SALUDEIS EN EL CAMINO" Cuando Jesús envió a los setenta, les dijo: “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Andad, he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis en el camino" (Lucas 10:2-4). El renombrado escéptico Roberto Ingersoll, que hace años murió, solía criticar a Jesús con dureza y satánico cinismo, diciendo que Cristo ordenó a sus discípulos que no saludaran a nadie en el camino, es decir, según su interpretación, que fuesen egoístas, insociables, huraños. Pero cuando Satanás cito la palabra de Dios, la cita mal y cuando la interpreta, la interpreta a su antojo y para su propio provecho. Este siervo de Satanás, inteligente, chispeante, sin igual como orador en su tiempo, calumniaba al Señor Jesucristo y eso para gloria de su maestro a quien servia. Recuerdo haber oído a un cristiano siró, hace muchos años ya, explicar muy satisfactoriamente para mí esto frase: "A nadie saludéis en el camino." Como nació y fué criado en el Oriente, este siró pudo hablar con autoridad, porque poseía conocimientos de las costumbres orientales. Dijo que las salutaciones entre ellos eran muy formales y a veces prolongadas hasta tres horas. Al pasar por el camino, si se encontraban con algún amigo o conocido, se saludaban con mueha cortesía y respeto, inclinándose repetidas veces hacia la tierra, después se sentaban a platicar y fumar largo rato, y al fin, iban a algún mesón o restaurant que existen por los caminos de aquel país, donde tomaban café y seguían sus conversaciones casi indefinidamente. Tomando en cuento todo esto, fácilmente podemos entender por qué Cristo ordenó a los setenta a que no saludaran a nadie en el camino. Los mandaba a evangelizar a los pueblos, a anunciar que el Rey venía y les visitaría próximamente. Su negocio era anunciar a Cristo y conducir a los hombres a creer en él y esperar su venida. Los negocios del Rey exigen que se dé prisa; son urgentes; por lo tonto, no saludéis a nadie en el camino. Envió Cristo a los setenta de dos en dos para que visitaran "a toda ciudad a donde él había de venir." Actualmente, nos enviaría de la misma manera y con el mismo fin. Dice a los suyos: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura." ¿Cómo obedecemos? Nos dice: “Daos prisa, mi pueblo está esparcido por todas partes; urge que vayáis a visitar los pueblos, las aldeas, los ranchos, además de las ciudades, para anunciar a todos la Buena Nueva de salvación; no desperdiciéis el tiempo en saludos y reglas impuestos por las costumbres; muchos mueren cada dia y es menester que los míos oigan la verdad, porque están sumidos en el error, en el fanatismo, en el pecado; id sin demora para decirles que los amo, que me he dado a mí mismo en precio del rescato por ellos, para que tengan vida eterna, la cual les ofrezco gratuitamente." ¿Estamos cumpliendo? ¿O estamos saludando a fulano por este camino, a sutano por aquél o a mengano por éste otro? Ordena la Escritura: “No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortán donos; y tonto más, cuanto veis que aquel día se acerca" (Heb. 10:25). ¿QuéAiía? El dia de la venida del Señor, el de su visitación. Y en aquel dia, ¿qué sucederá? “La obra de cada uno será manifestada: porque el dia la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará prueba" (1 Cor. 3:13). ¿De qué clase .de material estamos conitruyendo el edificio de nuestra vida? ¿De oro, plato o piedras preciosas, que sólo se purifican en el día de prueba'. ¿O empleamos madera, heno u hojarasca, que serán < onsumi-dos por el fuego en aquel día? Y para los incrédulos e inconversos, ¿qué habrá cuando venga el Señor? Serán juzgados y echados al tormento eterno; el Juez les dirá: "Apartaos de mi, mald.tos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus inge-les" (Mat. 25:41). ¿Qué terrible será eso! Y todis los incrédulos de entre los hombres sufrirán esto sterte. ¿Lo creemos? A juzgar de nuestra indiferencia, ni lo creemos. Si lo creyéramos de todo corazón, parece que haríamos más para conducir a nuestros semejantes a un lugar de seguridad, a Cristo Jesús, el Refugio del alma perdida, la Roca de la Eternidad. Pasamos esto vida en salutaciones, en formalidades, en galanterías, Y mientras desperdiciamos así el tiempo, menospreciando las oportunidades que a diario nos da nuestro Dios, grandes ejércitos de nuestros semejantes, entre ellos nuestras familias, nuestros vecinos, nuestros paisanos, están separándose de nosotros para ir. . . ¿a dónde? Cristo nos dice: "al tormento eterno," "al fuego eterno." Pero, ¿cómo desperdiciamos el tiempo y cómo menospreciamos las oportunidades? preguntan algunos. Nos permitimos mencionar algunas maneras en que salude-moi a los que encontramos en el camino. Saludamos con frecuencia en el camino, quedándonos con nuestras familias, por sus quejas o temores o caprichos, cuando debemos dejarlas en manos de Dios para marcharnos a predicar el evangelio a toda criatura. Pero ¿qué dice Cristo? Uno le dijo en cierto ocasión: “Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre." Luego respondió el Señor: "¡Inservible! No me puedes ser útil entre tanto que pienses en los tuyos. Deja los muertos que entierren a sus muertos; y tú, ve y anuncia el reino de Dios" (Lucas 9:60). Otro dijo: “Te seguiré, Señor; mas déjame que me despida primero de los que están en mi casa" (Luc. 9:61). Luego le dijo Cristo: “¡Inservible! Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto para el reino de Dios" (v. 62). El que deja de arar sólo porque su familia le pudiera necesitar, el que ama a padre o a madre o hermano o hermana o esposa o hijo, o hija más que a Cristo y su obra, no es digno de él. "No saludéis a los familiares en el camino." Saludamos también a los que pasan por el camino cuando nos ocupamos en la política, haciendo amigos con fines egoístas, echando compromisos para el engrandecimiento propio, conspirando e intrigando contra el gobierno o a favor de tal o cual partido político, inmiscuyéndonos en los asuntos de este mundo y para hacerlo, dejando a un lado nuestra obra y haciendo caso omiso del ministerio al cual nos ha llamado nuestro Padre celestial. Sí, el ministro y el obrero cristiano debe