CARRANZA ANTE La CaSa BLaNCa UE con motivo del ruido-f J so caso Benton, cuando don Venustiano Garran* ^8 za. Primer Jefe del E- C" í jército Constitucionalis- ta y Encargado del Poder Ejecutivo de la Nación, fijó su política hacia los Estados Unidos. Don Venustiano tenía establecida la capital del territorio dominado por las fuerzas constituctonalistas en Nogales, Sonora, en los primeros días del año de 1914. Ahí había organizado su primer gabinete, del que formaban parte: el licenciado Rafael Zubaran Capmany, encargado de la cartera de Gobernación; el licenciado Isidro Fabela, encargado de la cartera de Relaciones Exteriores; don Carlos Ezquerro, encargado de la cartera de Hacienda; don Ignacio Bonillas, encargado de la cartera de Comunicaciones y el general Felipe Angeles, encargado de la cartera de Guerra y Marina. El país estaba encendido por la guerra civil, y el triunfo de la causa ca-rrancista, parecía más problemático que nunca. Mientras que el general Alvaro Obregón avanzaba paulatinamente hacia el sur a lo largo de la costa occidental, el general Francisco Villa obtenía sus primeros y ruidosos triunfos en el norte. El gobierno de los Estados Unidos, al Igual que los do la mayoría de las naciones, tenia relaciones con el gobierno que en la ciudad de México encabezaba el general Victoriano Huerta. En el territorio dominado por las fuer zas constitucionalistas, el gobierno americano mantenía agentes especiales, mientras que en las poblaciones fronterizas, los cónsules estaban pendientes de la vida e intereses de los ciudadanos de los Estados Unidos. EL CASO BENTON Villa había de ser la causa de la primera representación de los Estados Unidos al Primer Jefe del Ejército Cons titucionalista. El 16 de febrero de 1914 mató al súbdito inglés William G. Benton. Era el famoso guerrillero duranguen-se un tipo primitivo, que también primitivamente usaba de la justicia. En una ocasión, platicando con don José María Maytorena, gobernador del Estado de Sonora, éste le dijo: —General, ya sabe usted de lo que se le acusa ... —Sí, interrumpió vivamente el guerrillero, me dicen bandido... Y todo, compañerito Maytorena, porque he matado con toda justicia a algunos enemigos reconocidos. —Exactamente, general, pero no debería ser así... —Entonces ¿cómo se le ocurre a usted que se debe hacer justicia y castigar a los verdaderamente enemigos? —General, en un caso de esa naturaleza los enviaría a un consejo de guerra; el consejo se encargaría de juzgarlos y si los encontraba culpables, se les fusilaba legalmente. —¡Don Pepe, no se me había ocurrido eso!—exclamó contento, el guerrillero. La trágica muerte de Benton fue Ignorada por el mundo durante las veinticuatro primeras horas; pero descubierto el hecho, las agencias informativas dieron a conocer el suceso, culpando directamente al general Villa. En un principio, el guerrillero, refiriéndose a Benton, dijo a los periodistas que el súbdito inglés había tratado de asesinarlo y que había sido aprehendido inmediatamente. Después aseguró que el inglés había tratado de huir y que en la fuga había sido muerto por los soldados que lo custodiaban. Más tarde afirmó que habiendo comprobado que el inglés había pretendido asesinarlo, había ordenado que se le sometiera a un consejo de guerra suma-rísimo, el cual lo había condenado a la última pena y que, en consecuencia, había sido fusilado. Unas cuantas horas fueron suficientes para que el suceso diera la vuelta al mundo, causando la consiguiente sensación. EL INFORME OFICIAL DE VILLA Numerosos amigos del general Villa, aseguraron que en realidad, Benton había pretendido matar ai guerrillero, pero que éste había obrado tan rápidamen te que antes lo había matado a balazos, comprobando después por los documentos de que ira portador, que, en realidad, se había presentado ante el jefe re- Un Relato Histórico Sobre Cómo D. Venustiano definió su Política hacia Estados Unidos, con Motivo de la Muerte del Súbdito Inglés, Benton, ■ül i til. 'V ;"v 1 i» 'tefe ■ ■ $ •• " " T '-tx v., ■ • -I ■v* a ; (F W ' ' s ■' ¿ti. •• ■" •;" ■ . A • VA,’.*.VÍ•.* .í—*» -.i,. T . :Ía: a ’ a '¿ó j |ll!| T - ¡ i . w i f Ji •< 'v:"-.>■ - - - ■ -■ .. .... ‘ v:\- r ■?>:_. • 'ti-WX/ T < •<< = L; ‘ ....... üí W- i. ■' .-.vx* ax' ’. y.?*/. . \':. ti • •Ví-'S'X: . ‘ ti 1 - A!*;,.-..:. -vx " ■ . íL" $SL?T Lf ; "y- X...,...... lie aquí el Primer Gabinete tie don Venusticino Cairama, integrado cuando aun se iniciaba la Revolución Constitucio-nalista. Este Gabinete, de acuerdo con el Primer deje, juc el encargado de fijar la política de aquel régimen, ante la Casa Blanca. Con ean-anza aparecen en el grabado, sentados, don Rafael Zubaran Capmany, Encargado de Goberna- ción, y el general Felipe Angeles, de Guerra. De pie, de izquierda a derecha: el licenciado Isidro Fabela, Encargado de Relaciones; don Carlos M. Ezquerro, de Hacienda, y don Ignacio Bonillas, de Comunicaciones y Obras Públicas. (Fotografía, del Archivo Casasola) volucionario para asesinarlo. Fue tal el escándalo provocado con la muerte de Benton, que posiblemente el general Villa no desconoció su situación y entonces envió un mensaje a don Venustiano Carranza, Primer Jefe del E-jército Constitucionalista y Encargado dei Poder Ejecutivo, fechado en Chihuahua el 21 de febrero, diciéndole: “Martes 16 del corriente el inglés William G. Benton, trató de asesinarme en Ciudad Juárez, pero debido a la violencia con que obré, pude desarmarlo personalmente y lo entregué a un consejo de guerra que lo juzgó, el cual lo condenó a muerte. Con este "motivo pren sa enemiga de Estados Unidos está haciendo gran escándalo. El citado Benton, además del atentado contra mi per sona, ha conLetido varios crímenes amparado por Terrazas y creo sinceramcn te que el fallo del jurado fue absolutamente justificado. Lo comunico a usted, para que no se deje sorprender con falsas informaciones. Salúdalo respetuosamente, Francisco Villa”. Cuando Villa envió este mensaje a Carranza, los agentes del Departamento de Estado en El Paso y el cónsul en Ciudad Juárez, habían iniciado las investigaciones del caso. El día 22, el agente Carothers presentó al general Villa una reclamación hecha por orden del Departamento de Estado y como resultado de la representación que para el caso había dado al gobierno americano el gobierno de la Gran Bretaña. Villa había ofrecido en un principio todo género de facilidades al representante de Washington para que llevara a cabo la investigación; pero después cam bió de parecer anunciando que la única persona con quien el representante de Washington se podía entender era don Venustiano Carranza, jefe supremo de la Revolución. ANTE EL PRIMER JEFE Tres días después, y en nombre de Inglaterra, ei cónsul americano en Nogales, F. Simpich, hizo la primera representación ante el Primer Jefe del Ejército y Encargado del Poder Ejecutivo. Carranza recibió la nota y desde Jue ga manifestó al cónsul Simpich su ex-trañeza de que, en primer lugar, el gobierno de la Gran Bretaña hiciera intervenir al gobierno de la Casa Blanca en un caso al que era completamente ajeno, y en segundo, que se hubiera dirigido al general Francisco Villa, cuando el guerrillero no era más que un subordinado de la Primera Jefatura. A lo manifestado al cónsul Simpich por el gobierno carrancista, la Casa Blanca insistió que tenía derecho para representar al gobierno de la Gran Bretaña y refiriéndose a la causa por la cual se había dirigido directamente a Villa, el Secretario Bryan, dice en una nota del 27 de febrero: “Sí Carranza se queja de que nosotros hemos ocurrido a Villa, sírvase explicarle que nosotros hemos actuado en este caso como lo hemos hecho en todos los demás, ya sea que la cuestión haya tenido lugar en territorio bajo su control o en territorio bajo Huerta”. Pero el problema que don Venustiano consideraba de gran trascendencia, era el de la intervención de los Estados Unidos en los asuntos de México, considerando un pretexto ej hecho de representar los intereses de la Gran Bretaña. Don Venustiano, dispuesto a sentar un precedente, pidió al licenciado Isidro Fabela, Encargado de la cartera de Relaciones Exteriores, que formulara la tesis que el gobierno de la Revolución había de sostener ante la Casa Blanca. CONSEJO DE MINISTROS Cuando Fabela terminó el trabajo que se le había encomendado, el Primer Jefe convocó a un consejo de Ministros Fué así como el 28 de febrero de 1928, don Venustiano presidió el primer consejo de ministros efectuado en plena revolución. Asistieron al consejo: Rafael Zubaran Capmany, Isidro Fabela, Carlos Ezquerro, Ignacio Bonillas, Felipe Angeles y Luis Cabrera. El Primer Jefe pidió al licenciado Fabela, que explicara, el caso a los encargados de las carteras. Después, pidió al mismo Fabela que diera a conocer el punto de vista de la Primera Jefatura del Ejercito Constitucionalista y, final mente, la respuesta que se pretendía dar al Departamento de Estado de Washington. En primer lugar habló ei licenciado Zubaran Capmany, diciendo que dada la crítica situación por la que atravesaba la revolución, consideraba inoportuno oponerse en esa forma vigorosa a la intervención do los Estados Unidos; dijo que creía ver en esa representación de Washington, un motivo para iniciar trabajos en pro del reconocimiento do facto del gobierno contitucionallsta. Aunque no tan abiertamente como Zubaran. el licenciado Cabrera, apoyó esta opinión,' explicando que no veía un motivo indecoroso ni para México ni para la revolución, si so admitía la representación de los Estados Unidos en nombre de Inglaterra. En igual sentido habló el general Felipe Angeles. La discusión terminó con una amplísima explicación del licenciado Fabela sobre los motivos que tenía el señor Carranza para no admitir la representación de Inglaterra en el caso Benton, por conducto de la Casa Blanca. Por fin, Carranza sostuvo la necesidad de que el gobierno constitucionalista se negara a reconocer derecho alguno a los Estados Unidos para hablar en nombre de otro gobierno, considerando que con ello, el país rechazaba la intromisión de otro país en sus problemas interiores. Y ese mismo día el Primer Jefe contestaba a la nota de Washington dando a conocer su resolución. Los párrafos más notables de la respuesta a Washington, dicen: “Ixis reclamaciones al país deben ser hechas por representantes autorizados por sus naciones respectivas, dirigiénr dotas a mí como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista Encargado dx*.l Poder Ejecutivo, por conducto de la Secretaria de Relaciones Exteriores. “Siendo consecuente con mi norma de conducta, manifiesto a usted que estoy m la mejor disposición para recibir la representación que me hicieren, siempre, que ella sea hecha ante mí por un representante d< la Gran Bretaña**. PAGINA 7