Lo» niño» de hoy han de aer lo» edifl-cadore» de) mundo de mañana. ¿Qué clase» de materiales lea eetamo» entregando para edificar? Y aobre todo, ¿qué actitud espiritual lea estamoa formando para hacer buen uso de lo» materiale» con que loe dotamos? No es de ninguna manera deseable que los hombres de mañana, que son los niño» de hoy, para acomodarnos a la época, tengan almas atómicas, sino almas que lleven impresa, muy profundamente, la imagen de Dios. La justicia, él derecho, la libertad, la democracia, seguirán siendo ideales inal-caniables si no hay hombres capaces de realisarloe en toda su plenitud. Y la justicia, el derecho, la libertad y la democracia, no prosperan cuando la filosofía de la vida se nutre en la violencia, el prejuicio, la mala voluntad, el nacionalismo, el militarismo, todo eso que cabe en una sola expresión: La adopción de la fuersa como ley y como norma.—El Evangelista Colombiano. EL HOGAR COOPERA CON LA IGLESIA (Continúa de para hacer la nación estable y poderosa. Los hogares pueden llegar a ser mejores si los cristianos se entregan en consciente devoción a practicar el arte de edificar hogares cristianos. La nación no es más fuerte que sus hogares; y éstos son exactamente tan firmes como las personas que forman la familia. (3) En todo Cristo es honrado.—Tratamos de servir a cfristo en la edificación de hogares modelados conforme al designio del cielo. Los padres deben sentir su deber cristiano; deben dar ejemplo, instrucción e inspiración correctos. Los hijos han de aceptar su parte de responsabilidad siguiendo la orientación paternal, y honrando a sus padres en cuanto les sea posible. ¿Qué hay más hermoso que un hogar completamente dedicado al servicio de Dios por medio de la iglesia? Este es uno de los más significativos espectáculos de la tierra. Es una de las mayores dádivas del cielo. Todos nosotros debemos de reconocer la necesidad de una inmediata atención a este importante problema. la página 5) Cristo bendecirá nuestros esfuerzos si tratamos de honrarlo edificando hogares conforme al plan de Dios. Cuando se establecen hogares cristianos, Cristo recibe la gloria. El mundo necesita hoy hombres como Josué en la antigüedad, quien dijo con ferviente devoción: “Yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:15). Los padres con dedicación y propósitos semejantes pueden cambiar al mundo. Primero, será necesaria una firme resolución de que la voluntad de Dios sea hecha completamente en las vidas de los padres. Los hogares deben consagrarse. Los hijos deben ser guiados sabiamente, y cuidadosamente instruidos. La oración y la lectura de la Biblia deben contribuir regularmente. El triunfo llega cuando el hogar une la noble oportunidad de la hora presente con una consagrada vida cristiana de cada miembro de la familia. Con la ayuda de Dios edificaremos hogares más firmes en nuestros días.—Ta Vida v tu Iglesia. Trad. Prof. Ildefonso Villarello. Vino mi madre a verme: estuvo sentada aquí a mí lado, y, por primera vei en nuestra vida, fuimos dos hermanas que hablamos del tremendo trance. Enrojecida, llena de confusión, le hablé de mis temores, caí sobre su pecho; ¡y volví a ser de nuevo la niña pequeña que sollozó en sus brazos del terror de la vida!—Gabriela Mistral. La fundación de la familia es particularmente fuente de obligaciones, máxime mirando a los hijos. Por algo se ha dicho: “antes que te cases, mira lo que haces." Proceded en este asunto con gran rectitud y sensatez; mirad, más que al metal y a la hermosura, a las cualidades internas. Manual de la Familia Cristiana EL HOGAR CRISTIANO 11