DE LA RELIGION . 375 ó cualquiera otra, con tal de que mútuamejite nos esterminemos hasta que al fin desaparezca del hermoso suelo mexicano la raza hispáno-americana, y la sustituya otra heterogénea y heterodoxa, compuesta de lo peor de cada familia de todas-las naciones, como lo es eii su mayoría la de la confederación vecina. - ' - ■' Colonícese en buena hora; nuestra dilatada frontera^quya operación demandan con prontitud el pasado y el porvenir; pero no con estraugeros. porque estos de ningún modo conviene que pueblen esos apartados límites, ni tampoco los litorales de ambas costas: hágase con esa multitud én primer lugar de indígenas pobres que no teniendo propiedad alguna han abrazado esas ideas reprobadas de espropiacion á mano armada, seducidos por los , pérver-sos que los han hecho-instrumentos ciegos de sus pérfidas miras; a esta clase digna de una particular atención de los altos poderes, concédasele lo justó y conveniente, é inutilícese su acción para lo injusto y dañoso. Otra clase no poco numerosa de pobladores de la frontera hay en esa multitud de proletarios pobres, vagos y sin ninguna ocupación honesta de que abundan nuestras grandes ciudades y aun las poblaciones cortas; la mayor parte de estos desgraciados son vagos y viciosos mas por fuerza que por voluntad y propia inclinación: merece mucho la atención del gobierno una clase tan numerosa como temible en la actitud en quede presente se halla; conviértase, pues, en genté-útil y; laboriosa, arrancándola de las garras de la seducción que la hace instrumentó dé asonadas‘,y motines; quítesele de la carrera del vicio y del crimen, y á sus familias de la infame prostitución y escandalosa conducta á que por la miseria se ven impelidas con incalculable detrimento de la moral y costumbres públicas; habilítesele para el bien, y quedará reprimida para el mal. Condúzcanse estos á la frontera, ecsaminando con anticipación los puntos mas convenientes para formar las poblaciones, distribúyañse los terrenos cultivables con equidad y sin tacañería,'dénse los ausilios que sean necesarios, y estas clases hoy tan propensas á dañar á lá sociedad, convertidas en pequeños propietarios, constantemente vigilados bajo , bien combinados reglamentos, se'harán felices á sí mismos y contribuirán eh* mucho á la felicidad general. No sé crea, Señor, que los que esto esponemos, soñando en quimeras, esperamos que de la noche á la mañana quedará todo hecho; que nuestra frontera cubierta de regulares poblaciones todas florecientes; nuestra población auméntada, nuestros puertos fortificados y todo en fin asegurado, ya nada haya que temerse; no, Señor, estamos bien persuadidos de que la empresa tanto como es necesaria y urgente, es laboriosa, dificil y dispendiosa, y solo con la voluntad eficaz de obrar y el trascurso del tiempo puede verse realizada; quédese para los partidarios del tolerantismo religioso el creer.-que con traer á nuestra patria algunos millares de estrángeros, en un abrir y cerrar de ojos se aumenta la población de la.República en muchos millones, aparecen como por encanto en nuestras desiertas ciudades grandes y suntuosos edificios, rebosando de población, y por consiguiente de industria, comercio, agricultura, ciencias, y lo que mas agrada á tales señores, placeres, espectáculos, diversiones y paseos muy concurridos de multitud de bellezas á quien rendir sus homenages; delirios propios de cabezas volcánicas, y dignos de los que tratan de hacer caer á los supremos poderes, y con ellos á la nación, en un práctico