dirfle con la# arbitrariedades de un •argento 6 las brusquedades de un aduanero ebrio. Los desmanes'de • Bernardo Reyes son vulgares, no tienen sello alguno de distinción; son desmanes de cabo de cuadra 6 de Jefe de Acordada. Pero esa cualidad de Bernardo Reyes de no p^-der ofrecer sus arbitrariedades en copa de oro, es excelente para desprestigiarlo, porque todos ven y todos comprenden el despotismo de ese gobernante. No sucede lo mismo con los «científicos.» Las arbitrariedades de és-* tos visten un ropaje que les presta , aspecto legal al menos, cuando no se presentan en fqrma que á los candorosos se les antoja amable. El engaño, el fingimiento son las características de los «científicos.» Envuelven en seda sus infamias, oropelan sus llagas. Con su elocuencia convenen á los inmbéciles de que el crimen es necesario, de que la tiranía es benéfica y deque en nombre de la ciencia puede oprimirse ain piedad, sin remordimiento, sin pena. El Partido Científico en su propaganda de veintisiete años ha corrompido el criterio de mucho» ciudadanos, haciendo creer que la Dictadura del Gral. Díaz es provechosa á la nación. El Partido* Científico ha conseguido que los idiotas crean que México es grande porque debe mil quinientos millones de pesos. El mis mo ha hecho creer que hay tiranos buenos, que los pueblos pobres no deben ser libres y que es preciso que sufran los más en provecho de los menos. Los prohombres del Partido Científico han tiranizado también. Ramón Corral dejó en Sonora recuerdos tan amargos de cuando fué Go bernador, como los que dejará Bernardo Reyes en Nuevo León. Ramón Corral es también impulsivo y el menos intelectual del Partido Científico. Por eso lo hemos po-d do contemplar dando traspiés como funcionario; lo hemos visto deportar á Yucatán á los oradores liberales Agustín Soriano y David Palemón Serrano; lo hemos visto empeñado en hacerse popular por medio de circulares y de reglamentos que mueven á risa 6 Indignan según son inofensivos ó malsanos; lo hemos visto empeñado en la campaña del Yaqui con perjuicio del decoro nacional y con agravio de la civilización y la justicia. Olegario Molina, Gobernador de Yucatán, y prohombre del Partido Científico, permite la esclavitud, proteje á los ricos henequeneros, se ha hecho dueño de una buena porción del Territorio de Quintana Roo y pesa sobre el Estado con el peso de sus millones y de su ambición. Enrique C. Creel, Gobernador actualmente de Chihuahua, pesa con idéntica pesadumbre. Ven por todo lo expuesto las personas que esperan del Partido Científico una labor conforme con la democracia, que están engañadas. Desear que los gobernantes no sean militares, es desear algo noble; pero los «científicos» tienen los defectos de los gobernantes militares, con la agravante de poner al servicio de sus pasiones una ciencia que engaña y que pervierte.. Emilio Pimentel acaba de dar la muestra de una tiranía igual á la de Bernardo Reyes, ejerciendo presión sobre los ciudadanos para que no ejerciten sus derechos. ' Emilio Pimentel no es un soldado, pero es «científico» y clerical. Su gestión administrativa se ha hecho célebre por el jesuitismo. Según la noticia que insertamos más adelante vemos á Pimentel alardeando de demócrata ;pero cuando los ciudadanos se preparaban á ejercitar la democracia, cae sobre ellos el mandato despótico del Gobernador que los obliga á ser serviles, á ser malos liberales y malos mexicanos, amenazando con la des titución á los funcionarios que faltos de energía para luchar por la vida, no encuentran otra salvación que renunciar á su dignidad de hombres para permanecer en los puestos que deben al favor, á la gracia 6 á la misericordia de los gobernantes y no á la robusta influencia que proporciona el mérito. Los liberales debemos luchar porque en el gobierno haya un hombre sin galonea, pero que no aea «científico.» e Loa «científicoR* han apoyado la Dictadura del Gral. Díaz porque para ellos no hay Patria. La Patria del «científico» está donde las cajas fuertes se encuentran repletas de valores. El ideal del «científico» tiene la forma de los Billetes de Banco. El patriotismo de los científicos varía de intensidad según el monto de las ventajas que obtienen en concesiones, en -canongías. en sueldos no devengados/ El cientificismo es peligroso porque engaña, y puede engañar ¡ porque es inteligente. Los liberales no debemos esperar nada del Partido Científico. Debemos recordar siempre que los «científicos» si no fueran nocivos por I sus desmanes propios, lo son por I estar ligados al Gobierno del Gral Díaz que no puede tener á su serví ció caracteres sanos, porque los ca I racteres sano> sow incapaces de so-1 portar tiranías. Colecta El joven Pablo Ramírez nos ha pedido la publicación de la siguiente ' lista de personas residentes en Ceja-veras, Tex., que han contribuido con las cantidades expiadas en ella para la defensa del Sr. Policarno Rnmírez, preso actualmente en St güín, Tex La colecta fué hecha por el Sr. Guadalupe Ríos. Platon Mendo...... Joié Elizondo....,. Demetrio Alvarado Pedro Robles...... Reyes Ibarra...... Martín Gutiérrez.. Nieves Montoya.... Marcos Agulllón... Gerardo Favela.... Nazarlo García.... Toribio González... Felipe Castañeda... Alberto Castillo.... Luciano Garza...... Felix González..... Vicente Martínez.... Francisco Guzmán.. 80.15 *0 .25 .25 .25 .25 .25 25 SE SOLICITAN AGENTES EN LA REPUBLICA MEXICA-NA Y EN LOS ESTADOS UNI-' DOS I líos extranjeros Estelan á Díaz. La Colonia Americana y la Colonia española déla Ciudad de Méxi-Ico, se preparan á tomar parte activa en los festejos que el servilismo piganiza^en honor del Gral. Díaz. Siempre ha sucedido lo misnio, y Isiempre el hecho nos ha parecido natural. Es lógico que los extranjeros, á los que tanto favorece Díaz lo festejen con entusiasmo, mien’ tras que los mexicanos,—hablamos del pueblo, node los aduladores-be abstienen de rendir homenajes hl Dictador puesto quede él no reciben ningún servicio ni ningún fa Eso es lógico pero no es honro b-o Si el Gral. Díaz y sus paniaguados tuvieran pudor político se aver gonzarían de que los extranjeros se mostraran tan entusiastas festeja-dorea, mientras que los mexicanos permanecen indiferentes ante las inacabables reelecciones de Don Porfirio. - Pero no se avergüenzan y miran con estulta calma este hecho que es la mejor prueba deque si los extranjeros deben mucho al Grak Díaz, los mexicanos, en c; mbio, no le debemos absolutamente nada. Porfirio Díaz no a patriota. JE1 Presidente Rcosevelt, cuando le notificaron »u triunfo en las elecciones que acaban de pasar, declaró solemnemente que al terminar esta periodo dejaría el poder, sin aceptar, ilcci^n 96 S propuateran> o*™ ree- Otros Pnesidentus de los Estados Unidos, han rehusado, ccmo Wash ington, la reelección que el mismo pueblo les ofrecía, v esa conducta democrática y honrada de los Gobernantes americanos, es la que ha engrandecido á este pueblo. En Esta dos Unidos hay libertad y democracia, porque en Estados Unidos no ha habido tiranos. En cambio, en nuestra infortunada patria el Gral. Díaz ha llevado á efecto últimamente su sexta reelección ■ ■"iiti-a Ja voluntad de los mexicanos»' y esa perpetuación en el poder del revolucionario tuxtepecano ha impedido ei desarrollo de nuestra cultura, de nuestra educación política y de nuestro pregreso material, y ha conducido A nuestra patria ai envilecimiento y á la ruina. El no 68 demócrata ni es oBtrióta. Sería capaz de reelegirse por séptima vez si la vida le alanzara para ello. Ha sacrificado ai Pueblo en aras de su desenfrenada ambición, y después de su larga tiranta dejará á la patria llena de peligrosas obligaciones y de graves compromisos El Oral. Díaz nunca sería capaz de renunciar al poder, ñor bien de la nación. P el ANUNCIESE Ud. \ ESTADOS UNIDOS -^REGENERACION^;- Circulará en la República . Mexicana y en el sur dX ^uuuuumuuuuésKmuuuuuuuuu^ RESERVADO PARA I ' ♦ =a FOUNDRY I MISSOURI