La libertad de imprenU no tiene límite* nne eljreipeto S le vida privada á la mora) y < 1* pee pública—Jirt. 7 o he la OonMitnoidn. en er ct ci on Periódico Independiente de coronate. Cuando la República pronuncie m voe toberan*. ecrA forioo someterle ó dimitir.—CAMBETfA. AÑO I.—3* EPOCA. La Director: RICARDO FLORES MAGON SECRETARIO DE REDACCION: ANTONIO I. VILLARREAL. OFICINAS: 2646 LAFAYETTE AV. — SAINT LOUIS, MO., E. U. A.— JULIO 15 DE 1906. Administrador: Enrique Flores Magon TOMO IV.-N, 12 de Guatemala Estamos en presencia de un a-,contecimiento que no ofrece ninguna novedad: la revolución de Guatemala. para aquellos que sólo ven el exterior délas cosas, sin profundizarlas, sin analizarlas, la revolución de Guatemala es un hecho extraordinario. Para los que pensamos, es un hecho natural, muy natural, bastante natural. Estamos acostumbrados á ver disfrazadas de Repúblicas las más rudas Autocracias. En las infortunadas naciones latino-americanas cada Presidente es un sátrapa oriental, orgulloso, vengativo, brutal, hipócrita, cobarde. Parece que han salido de un mismo molde ¡tanto así se parecen unos á los otros) Todos emplean, con ligeras variantes, el mismo sistema opresor que impide la evolución de los pueblos agotados y sumisos, y todos emplean el autobombo para que se les crea hijos de Júpiter ó cosa parecida. Cada sátrapa, desde el Bravo á los límites de la Tierra de Fuego, es señor de vidas y haciendas. Subidos al poder á golpe de hacha, continúan blandiendo el hacha en sus gobiernos de trogloditas, sin respetar virtudes, sin conceder derechos, provocando la miseria y la deshonra del pueblo con sus saqueos y respirando una atmósfera de sangre con sus crímenes. Hay en las naciones latino-americanas hombres de indiscutible mérito intelectual ó moral, pero caos hombres viven en la sombra. El poder es asaltado por bárbaros desmelenados y bestiales, ebrios de prostitución y de sangre. Entre las multitudes agobiadas no se levanta el brazo fuerte que ha de flagelar á todos los impostores y someter á todos loe protervas, si-no el brazo de Alanco ordenando . do el arte, castrando el carácter, v¡oleado la justicia. Y mientras eso sucede, fígaros Intonaos, guardianes de serrallo afeminados y odiosos, limpian con las lenguas envilecidas las costras de sangre que cubren á loe bandidos afortunados, y loa arreglan y atavían como diosea y como dioses pretenden que loe adore el pueblo.,. . . . Estrada Cabrera, el Presidente de Guatemala, es uno de tantos bandidos que oprimen al pueblo de la América eapañola. Antes de la revolución, Estrada Cabrera ae hacía bombo en el extranjero, pagaba periódico» en Guatemala y tenía a au servicio un enjambre de lacayos. Se le llamaba NECESARIO—no sabemos si para robar y asesinar al pueblo—ac hacía una deacripelón fabulosa de su talento, de aus dotes administrativas y se le llamaba HEROE DE LA PAZ. En nuestra Patria había periódicos pagados por Estrada Cabrera que continuamente publicaban el retrato del bandido y sendas biograiiaa, fárragos de embustes bien pagados con el dinero del desdichado pueblo guatemalteco. Sucedió lo que tenía que suceder. Un pueblo hambriento, robado por una plutocracia avara y un gobierno rapas; azotado por esa calamidad endémica de los pueblos latinos; la clerecía; agobiado por los impuestos, amenazado de perder su autonomía por los compromisos contraídos con el extranjero por su desleal gobierno; imposibilitado de detenderse por 'medio de la prensa de continuo amordazada; obligado á presenciar los más sucios manejos en las llamadas elecciones, condenado á no intervenir en loe asunto» públicos, estalló al fin y está eu camino de derrocar al tiranuelo. Todo eso es completamente natural; no hay nada extraordinario, ni nada ma-ravilloso en el asunto. El oprimido de hoy, es el rebelde de mañana. rEsoestodo. Todo evoluciona en la naturaleza, todo tiende á perfeccionarse, á avanzar, y es temerario pretender que una sociedad permanezca estacionaria. Loa pueblos tienen .cada vez nuevas necesidades, nuevas aspiraciones, y la realización de esas necesidades y esas aspirs-ciones, constituye el progreso. Los pueblos eecesitan justicia y pan, y si carecen de ambos, los toman, no los piden; pero como hay siempre interesados en que el pueblo no sea libre ni se dignifique por la justicia y por la felicidad, sé oponen k que tome lo que necesita, y de allí nace el conflicto, se produce el choque que se llama revolución. Si eti su marcha evolutiva no se viera el pueblo detenido por obstáculos, no habría choques, esto es, no habría revoluciones; más como siempre hay intereses nacidos de la opresión, y de ella viven y medran, esos intereses se oponen á la Ubre evolución del pueblo y entonce» retell» U revolución. He aquí per qué ni nos sorprende ni nos causa espanto la revolución de Guatemala. Tenía que ser así, á menos que los tiranos dejaran de oprimir, que los explotadores dejaran de robar á los trabajadores, que los frailes dejaran de pesar como sanguijuelas sobre lo» pueblos desfallecido». En todos los pueblo» donde no hay libertad de prensa, ni de asociación, donde se impide que el hombre adelante material é intelectualmente, tiene que estallar fatalmente la revolución, sin que nadie la incite, sin que nadie empuje á las masas á la rebelión. L* revolución se hace sola; es el resultado de una evolución que se ha tratado de detener. Los guatemaltecos necesitaban justicia, necesitaban pan, necesitaban pro greao. Intentaron adquirif lo 2ue necesitaban por las vías pací-cae y civilizadas del civismo, de la prensa, de la asociación. Bn loe hombres hay Innato un espíritu de orden admirable: se rebelan cuando consideran que es imponible obtener lo que desean por ha vías pacíficas; pero lo hacen hasta que han agotado todos los medios, después de haber ido áloe comicios de donde los enrojaron á culatazos, después de beber sido amordazados para que no hablasen mal del gobierno es loe periódicos, después de haber visto disueltas á sablazos sus reuniones pacíficas, después de haber sido reprimidos brutalmente en sus huelgas, después, en fin, de haber hecho derroche de paciencia, de honradez, de lealtad y de haber recibido en cambio, un tratamiento de caribes y de malhechores. (Tanto peor para los tiranos! En Guatemala bajo la administración de Estrada Cabrera no había ciudadanos, sino paria», carne de cuartel 6 de presidio ó ganado explotable en las fábricas, en las minas y $n los campos. Cuantos quisieron poner un dique i la tiranía por medio del civismo, de la prensa, de la tribuna, de la asociación, fueron asesinados, maltratados, encarcelados 6 arrojados al extranjero. Se impidió por tales medios la libre evolución de un pueblo, y la evolución contrariada, como siempre, trajo la revolución. Por eao decimos al principio que la revolución de Guatemala no ofrece ninguna novedad. Esa revolución era inevitable, y solamente aquellos hombree^ue creen á pie» juntillos lo que dicen loe fígaros de los tiranos, pueden alar- L” “CLUB LIBERAL MEXICANO. al Ejército, según la opinión del n de esta ’‘laza. En tal virtud, se elevó un Lcurso al Gobierno del Estado solicitando su libertad, como lo pre- marse. Estrada Cabrera era tin «d Ejército, según la od tirano y debe estar agradecido á médico de la Guarnición la casualidad, que antes no lo hu-biese ajusticiado el pueblo. Si se le ahorca se habrá cum plido con un acto de estricta justicia. Lo '’-teñe la ley ; pero sobre este ocur-que hace mal, lo que oprime, debe । •*3 ni siquiera recayó un acuerdo desaparecer. Nadie vacilará, al cualquiera, pues no se tuvo ningu- encontrarse enfrente de un reptil, si ha de matarlo 6 no. El instinto de propia conservación ordena na contestación, porque en la sombra se tramaba un acto de verdadero pillaje. Anoche, á las doce, hora en que todos los presos se hallan encerrados en sus inmun- La actitud enérgica de los pue- z _________ bloa, aunque sean débiles, impone | das galeras é imposibilitados de respeto á los fuertes. Cuando se inició la revolución muchos timoratos creyeron que los Estados Unidos intervendrían en los asuntos de Guatemala, teniendo en cuenta aquella amenaza de Roosevelt en la que holgaba la prudencia, que consistió en declarar que las naciones latino-americanas nada tendrían que temer de los Estados Unidos, si se portaban bien. Como Roosevelt no es el puebloa-mericano, sino un sirviente de él, nada ha podido hacer para «castigar* á Guatemala. Las declaraciones de Roosevelt deben tomarse como declaraciones individuales, pues por más que el actual Presidente de esta nación quiera figurar como un conquistador, el pueblo lo detiene convencido de que las conquistas no aprovechan sino á unos cuantos traficantes y no á la masa en general. Así, pues, tanto á la enérgica actitud de Guatemala, como al hecho de que Roosevelt no es el pueblo americano, se debe que los revolucionarios guatemaltecos estén trabajando sin temor á ver entorpecida su empresa. Pronto sabremos que el pueblo de Guatemala ha derribado á su tirano. U» pueblo decidido á ser libre, obtiene su libertad. evitar cualquier atentado, hora maldita en que la canalla es protegida por las densas tinieblas, hora en que el cielo estaba cubierto de negros nimbus y anunciaba una lluvia torrencial, á esa hora sos-pechos a se presentaron en las rejas de esta prisión unos individuos de la policía rural del Estado á quienes el Alcaide, un tal Manuel G. Gómez, ha entregado á mi hermano para conducirlo quien sabe á donde. No es nada difícil, como se va confirmando ya, que, como en otros casos no menos incalificables, mi hermano haya sido vendido á uno de esos criminales negreros del «Valle Nacional* ó de otras tierras inclementes, á quienes, en vez de refrenar, ha protegido decididamente elSr. Pimentel. Ahora bien, en estos momentos, en que el pueblo oaxaqueño atraviesa por una importante crisis política y social y que, por una 1 pr*. gieso y la feHcidad de*st$TmtrÍR rechazan la reelección del «cientifi » Cárcel Pública de Oaxaca, Junio 18 de 1905. Adolfo C. Gurrion. Así hablan los hombres dignos. El infortunio rebela, no somete; el atropello indigna, no . intimida. Vaya nuestro aplauso hasta el correligionario Adolfo C. Gurrion. Espartacos necesita la Patria para salvarse. ¡BASTA YA! A la Sra. Juana B. 6. de Mendoza. — o» Í . PROTESTA Desde que caí preso en la cárcel de esta Ciudad—porque como periodista y como ciudadano he cumplido con mi deber, exhibiendo la enferma Administración del Sr. Pimentel—no he pronunciado públicamente una sola palabra a-cerca de la injusta prisión que actualmente estoy sufriendo y délas brutales vejaciones de que soy objeto, porque esperab», como espero todavía, el final de los dos procesos atentatorios que se me instruyen, para darlos á conocer en todos sus detalles: con todas sus monstruosidades, con todas sus aberraciones, con todos sus procedimientos inicuos y con todo el lujo de barbarie y cobardía con que mis detractores han sabido descargar su safia de antropófagos; así como también probar la sin razón de los dos abyectos funcionarios que han servido de instrumentos para innobles represalias. Así, pues, entre tanto el Gobierno me hizo solo á mí el blanco resistente de todas sus iras y de todas sus infamias, me resigné é esperar hasta ese día; más como hoy no sólo se ha concretado á dejar, me sin libertad ni garantías, aino que también ha hecho víctima á mi familia, de una manera escandalosa, persiguiéndola y atropellándola, mi dignidad de hombre honrado se siente lastimada y mi cólera es incontenible, pues el a-contecimiento que paso á relatar es lo más ruin y lo más bajo que un gobierno puede sancionar. El día 28 del mes próximo pasado, el tristemente célebre Jefe Político de Juchitán, Fernando de Gyves, aprehendió á mi hermano Quirino Gurrión. humilde artesano, joven honrado y pacífico ciudadano y lo remitióá esta Capital, maniatado y consignado al servido de las armas. Mi hermano fué traído y encerrado en eata misma Cárcel y, presentado después en el Cuartel General, fué declarado inútil por enfermedad para servir En Smithville, Texas, á los veintinueve días del mes de Abril de mil- novecientos seis, reunidos libremente los que abajo firmamos en la casa habitación del Ciudadano Macedonio Arellano, previa* citación, el Ciudadano Arellano tomó la palabra y manifestó á los presentes, mexicanos de nacionalidad en ejercicio de sus derechos, ‘la necesidad de unirse todos los 1 hombres de buena voluntad para trabajaren beneficio de la Patna ausente, víctima desde hace varios lustros del mas desenfrenado despotismo, dándose lectura al do Liberal, expedido por la Junta Organizadora de St. Louis, Mo., para que todos estuvieran al corriente de los fines que persigne la Honorable Junta, cabeza del Partido Libera]. Con entusiasmo En estos momentos tan amar- ¿iPr °” f°t”s,a*mo gos, porque atraviesa nuestra des- t J Pr°y“to d« Pro- venturada patria, en estos mo-1 mar^ JL protestaron tomentos en que el Partido Liberal ”! í se levanta arm ¡nótente «ita Do. ma «odención del pueblo mexi- se levanta armipotente, salta Doña Juana B. Gutiérrez de Mendoza á la palestra para atacar á los dignos liberales Flores Magón y Sarabia, á esos mártires de la mil veces odiada política tuxtepe-cana; á esos tres modelos de virilidad, que nunca han sabido hu-millarse ante el ídolo del cientifi. cismo, de esemonstruoque Bulnes llama el tirano bueno. Y á esos ico, admira- parte, los ciudadanos queaman el dignos h;]O- (le Mzxi i J^irr°r íra* °S dc 9U8 desahogos pueriles ame-me roll coa de la política mercena-' ti- » ria, los defensores de todo Kobier- - “J tara no que repleta sus estefmagos “tC mago# I ciudadanos. Vamos Doña Juana, según su modo de expresarse, me parece ?^ue Ud. se contaminó con los tráns-ugas, con esos entes faltos de valor civil, que después de profesar ideas antiporfiristas, traicionan á sus compañeros: ¡¡qué vergüenza para hombres que conserven siquiera un átomo de dignidad)! y, Ud. quiere hacer lo mismo que los tránsfugas? ¡nó, mil hambrientos y satisface sus pasiones y sus vicios, piden la continuidad del causante de todos nuestros males, vengo á interrogar á esos fígaros de la reelección, á esa insignificante turbamulta que sólo puede vivir del Presupuesto, á esos bribones que mienten, que falsean los hechos, que apoyan la maldad, que encubren el pillaje y que no les importa la felicidad del nrnnift I veCC8 n<^! yi que no miiita Ud. al su propio bienestar, vengo á inte- lado del p'rt?do Hberal, súmase y bSEo hoñrVdó v^nn\lUD g°‘1 oo venga lanzando desahogos con- i tr. personas honradas, 5n solo prueoa necnos tan depravados como el que acabo de narrar. ¿A qué persona sensata, imparcial, y honrada se le oculta el móvil que impulsó á Fernando de Gyves para consignar á mi hermano y la intención perversa del Gobierno para venderlo á las fincas de negreros? ¿Quién puede ignorar que es una venganza gratuita y vil la de Fernando de Gyves, cuyos lomos de rufián he flagelado con justicia y energías? ¿Quién puede dudar que el £Sr. Pimentel haya aplaudido esa conducta tan villana y tenga participación en el último atentado contra un miembro de la familia del periodista arrojado en el cautiverio por haber exhibido una Administración desprestigiada é impopular? Y este es el Gobierno tan decantado que concede por satisfacer caprichos que sólo son hijos de personas malévolas y cobardes. Doña Juana, si aún conoce Ud. la dignidad, si aún no se borran de la memoria de Ud. los recuerdos de la campaña que hizo “Vrs* per,1’ contra Porfirio Díaz: muérase, pero no siga disparatando. ¡¡Basta de majaderías, basta de fíerfidias, atrás y paso libre para os dignos miembros del Partido Liberal)) sos no volverán,” debo advertirle á Ud. que tanto los Flores Ma-gón, Sarabia, y demás compañeros, volverán y no tardan, pues ya todos los liberales, ¡entiéndalo Ud. bien, todos los liberales! nos hemos unido, y parece que núes, tro horizonte que tan obscuro es. taba, se ha abrillantado un poco al impulso hecho por los que a-mamos la libertad, y no nos arrodillamos sute el viejo histrión. ¡¡Conque ténganlo bien entendido todos los canallas que adulan ‘ . I pueblo, que ya el Partido Liberal se levanta, y pronto veremos á la •, y entonces la vida de los ciudadanos y que por mil títulos conviene al Estado? Respondan los fígaros de la reelección y de la charlatanería, contes-tela prensa asalariada, dirigida I ",u"luuua -u» cananas que saman por indignos cortesanos, por vul- • -Sar’ y chuP^? la sangre al gares limpiabotas y por los «ex- L barrenderos» de hospital que se 1 jactan de .independientes» y hon-1 Tnetif,;„ rudos, no siendo más que mendigos dores dei nrt n' analfabetas que se arrastran pira*00-8 dd Preeente!! rescatar la migaja oue les arreba-tara el amo. Contéstenme con su descaro y su cinismo los serviles, los hipócritas y los farsantes que han perdido su decoro y desconocen el pudor; aullé contra mí la famélica jauría, porque digo los hechos desnudos, sin ambajes ni rodeos: entre tanto yo, impasible siempre, en nbmbre de la Ley, de la Justicia y de la Verdad, protesto enérgica y solemnemente contra los atropellos y atentados de que acaba de aer víctima mi familia, por parte del Gobierno y sus agentes, haciendo conocer á 1a Nación Termino suplicando á Doña Juana, rompa su pluma, y se meta á cocinera. V por hoy queda á sus órdenes. El Homrri Gris. Catemaco, Ver. Junio 20 de 1906 Tomado de “LeWoz de Juárez1 México, D. F. LEASE REGENERACION Véanse las Condiciones cano. Acto continuo se procedió á la instalación de an club con el nombre de “Club Liberal Mexicano,’’ cuya Mesa Directiva quedó integrada por los siguientes Ciudadanos: Presidente, Timoteo Espinosa ; Vicepresidente, Luz Mendoza: Secretarlo, Nsrvieo Ramón: , ¡'esorero, Macedonio Arellano : i Primer Vocal, Carlos Ortiz: Segundo Vocal. S'xtoG Fior«f Para el registro de) Club en la । matriz residente en St. Louis. Mo.. se acordó manifestar á la H. Jun- beral Mexicano la adhesión del "Club Liberal Mexicano” á dicha Junta, protestando todos los presentes acatar las disposiciones de esa superioridad y ser fieles á la causa de la libertad y la justicia. Y para constancia se levanta esta Acta Primordial, firmando todos los que Intervinieron en el acto. Reforma, Libertad y Justicia. Smithville, Texas, 29 de Abril de 1906. Presidente, Timoteo Espinosa; Vicepresidente, Luz Mendoza; I * sor ero, Macedonto Arellano; Primer Vocal, Carlos Ortiz; Segundo Vocal, Sixto G. Flores; Francisco Hernández, Martín López, Pedro Delgado, Juan García, Manuel Valdés, Marcos Rosales, Carlos González, Macario Cortés; Secretario, Narciso Ramón. Al Ciudadano Presidente de la Junta Organizadora del Partido. Liberal Mexicano. St. Louis, Mo. IMPORTANTE. Se desea saber el paradero del Sr. Cristóbal Colón, que estando en servicio en el primer cuadro de caballería en Durango, pasó á prestar sus servicios á un Cuerpo del Oriente de la República. Encarecemos á la persona que* conozca el paradero de dicho señor, se sirva comunicárselo al Sr. D. Jesús Job Colón, residente en Zacatlán, Estado de Puebla, padre de la persona que se busca, quien recibirá un gran consuelo* con la noticia. ALFONSO C. VILLARREAL COMISIONISTA MUIVA YORK, BUA. Ofrece *er vicios como comisión i» U y traduc- tor i los consumidores mexicanos. 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