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ORIENTACION
Los Hijos....
Viene de la pág. 16
mera vez que lo llevan a visita, muy limpio, muy arregladito, espera el momento oportuno y en plena sala hace una gracia mayor?
Los papas enrojecen de vergüenza. Lo regañan. Pero él sigue creyendo que el regaño es fingido y no hace caso.
Crece un poco.
Tiene el primer capricho.
—Papa pléstame tu leló....
—¿Pero para qué quieres el reloj, hijito?
— Pala metelo a la pila!
—No, imposible, Se descompone. Si los relojes no se mojan!
El niño se suelta llorando. Quiere el reloj para meterlo a la pila. El papá agota la lógica toda, para convencerlo de que la hidroterapia es dañosísima a ios relojes.
Pero el niño insiste en meterlo a la pila. Y cada vez llora más recio.
El amoroso papá acaba por regañarlo, dicién-dole que a los niños caprichosos no los quiere Dios.
Pero el niño insiste en meter el reloj a la pila.
¡Al fin la mamá, que remienda calcetines en un rincón, hace erupción.
—Préstaselo tú. Aunque lo descomponga. ¡Qué tacañería es esa que prefieres oírlo llorar..! ¡Pobrecito? ¡Hasta daño puede
hacerle!
¡El papá, corajudo, se desprende del reloj, y el niño, ya risueño, va derechito y lo mete a la pila.
¡Desde ese momento es preciso cumplirle todos sus caprichos, so pena de que haya una conflagaración en la casa.
¡Y el niño se convierte en una amenaza, capaz de jalarle impunemente los bigotes a la visita de más cumplimiento.
Llega a joven.
En su casa no. hay‘más voluntad que la suya. ¡La mamá acongojada unas veces y llorando otras, tiene que someterse a todos sus caprichos.
El sultancito ya tiene novia. Le apunta el Pasa a la página 23

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