Olien^a WWTT---------- ROSAURA QUEZADA DE MARTINEZ GARZA ■ ■•■w-r-.- n r r r - - ■ -------------—* Madre, supremo bien del alma mía; faro en mi vida, fuente de alegría, que apagaste mi sed con tu ternura; que arrancaste poderes de la Altura para endulzar la hiel de mi destino, y tendiste tu mano en mi camino para apoyar mi paso vacilante y mostrarme la senda hacia adelante. Y hoy que lloramos todos tu partida yo vengo a ti con mi sangrante herida; no con la voluntad en rebeldía porque sé que tu vida no era mía, y sé también que en esta senda incierta más cerca de mí estás, estando muerta; que es mi dolor el que al sentirte ausente, busca en mi corazón, busca en mi mente, y te halla unida a cada pensamiento y en la aurora de cada sentimiento. Tú, que al volcar tu sangre entre mis venas me tejiste en tu entraña, cuando apenas habías dejado atrás la adolescencia, ignorante del mundo y de su ciencia; con esa pura sencillez de antaño que destruyó el progreso, en nuestro daño, sin conseguir en su triunfal avance superar en arraigo y en alcance el amor familiar; sabiduría que tú alcanzaste, santa madre mía. Vengo a que me reintegres al anhelo, la fuerza, la alegría, el ardiente celo, con que inyectaste todo mi vivir, que contigo se fueron al partir. Siento el alma vacía, la mente obscura, zozobra en el mar de mi amargura la íé con que sembraste mi camino para cumplir la ley de mi destino. Esa maternidad gloriosa tuya que cantó al mundo mágica aleluya; que prolongó el hogar de mis abuelos con su desinterés y sus desvelos; que te hizo centro, paladín, vestal del acendrado fuego fraternal. Por ella en nuestro hogar, hogar abierto, náufragos de la vida hallaron puerto; y por eso yo tengo mis hermanos, -venidos de otro hogar y de otras manos, que compartieron con igual derecho al par que el mismo pan y el mismo techo, con los mismo acentos de ufanía, la dicha de llamarte ¡madre míal ¡Reintégrame el ideal que te llevaste, porque en ti lo encamaba la que amastel Dale a mi sér de tu serenidad y enséñame a alentar con tu bondad; que quiero ser en mis-postreros años, inmune al duelo y a los desengaños; qüiero sembrar la postrimer semilla con la simplicidad de alma sencilla que tú sembraste el surco de tu vida, para partir con tu misión cumplida. Quiero fecudizar mi última hora y por ti y para ti ser sembradora. ¡Madre! ¡qué adentro estás del alma míal ¡Siento en mí tu gloriosa epifaníal Página 7 gX THIS MMHHC IS SUMTAMMM) FOR PRINTOUT FROM MICROFILM