irero REVISTA EVANGELICA 115 ivingstone, enhiesto e i m-ible al parecer, como encla-io en ese suelo africano que de ser su tumba, contempla 10 va empequeñeciéndose en la distancia, la atlética silueta de su valiente descubridor en marcha . ... ¡Livingstone, no volvería jamás a ver otro hombre-blanco! ----------(o)------------ NVITACION---- Aloertina Díaz de Rodríguez. Niños de infancia triste, los que gemís solitos, con lloro lastimero, con lágrimas, sin gritos, los que ignoráis las mieles del santo amor materno, viviendo como flores exóticas de invierno, venid a mi regazo, espiritual, inmenso, llegad, porque en vosotros constantemente pienso. Rodeadme sin temores, subid a mis rodillas, secad con mis vestidos las pálidas mejillas; del tesoro de mi alma sacaré cosas buenas, os regalaré cuentos, lirios y azucenas. Colmaré con cariño vuestros tiernos antojos, con tal que alegres brillen vuestros cándidos ojos, y entre mimos y risas alzaré el arbolito, armaremos, cantando, el diminuto establo y el bello portalito. Os contaré la historia que alumbre las edades por más de diez centurias y muchas navidades, de un niño rey, queridos, un rey de rostro alegre, aunque tuvo por cuna un mísero pesebre. ¿Os asombra? Tan sólo blanquísimo pañal envolvió el cuerpecito del Niño Celestial Probó como vosotros la hiel de indiferencia, pagándola con dulces sonrisas de inocencia Al nacer no le dieron más hospitalidad que el portal de un pesebre fuera de la ciudad. ¿Verdad que con la historia del Príncipe del Cielo se calma en vuestro pecho el inefable anhelo? Venid, que por vosotros repetiré la historia, El volverá algún día, y os mostrará su gloria. En tanto, no estéis tristes, subid a mis rodillas, secad con mis vestidos las pálidas mejillas Del tesoro de mi alma sacaré cosas buenas; tengo para vosotros, de amor, mis arcas llenas!. ...