Una niña polaca da de beber en una posada a los soldados alemanes. Los Mentores de D. Venustiano El Porvenir de los Bilimbiques. A 2 de Enero de 1916. Mi muy estimado amigo: En este piélago de salobres ondas sobre el cual navegamos rumbo al puerto de salvación, las palabras del Primer Jefe caen como gotas de néctar balsámico y embriagador. Por eso las recojo yo efusivamente. De una arenga que pronunció en su pueblo natal—Cuatro Ciénegas—y de unas declaraciones hechas a la prensa, tomaré asunto para esta mi décima-cuarta epístola. En la arenga ha exhibido una modestia que lo enaltece. Dijo no deberse a él exclusivamente la obra que ha realizado al mando de sus tropas. Atribuye el hecho a la educación que recibió, así' en el hogar como en las aulas. Comparte, pues, humildemente la gloria alcanzada, con sus se- DESDE JAUJA. ñores padres y sus señores maestros, que en paz descansen. Nada de esto se sabia en Jauja, porque la vida pública de Don Venustiano vino a tener sus primeros relieves cuando la mano de hierro del dictador lo condujo amorosamente hacia un sitial del Senaúo. Después, su figura ha tomado proporciones alarmantes enarbolando la bandera de la legalidad. De modo que ajustando cuentas, tenemos que la educación casera y escolar no vino a dar sus frutos sino al cabo de unos doce lustros, porque a estas horas el ex-senador porfirista contará no menos de sesenta y cinco años de vida. Pasó, pues, el austero reformador por un largo periodo de sumisión, y no precisamente pasiva-sino todo lo contrario, ayudando con su clara inteligencia, su verbo po tente y abundoso y su acerado temple de carácter, a la ruda labor de Don Porfirio. ¡Lo que sufriría todo ese tiempo en la incubación del Plan de Guadalupe! Hoy que palpamos los beneficios de su acción revolucionaria, tenemos que lamentar amargamente las demoras en recibir nosotros el fruto de aquellas enseñanzas. ¡Cuánto no hubiéramos ganado si Don Venustiano, en lugar de pegarse al sitial de la Senaduría durante quince años, levanta una revolucipp salvadora desde hace treinta! Pero está de Dios que Jauja haya de caminar muy lentamente “por la vía de su adelantamiento," como dije ra cualquier Rip-Rip. Tarde llega el bien, pero----al fin llega. ¡Bendigamos a los progenitores de .Don Venustiano y a sus hábi-