La SOMI'E.X DE FVENTE ' compartía los sinsabores de la vida, hoj | vengo á llorar al pie de su tumba. I i Sí Victoriano, ayer eras el consuelo de J tu afligida familia; hoy........í V (f.-.r,! desr.ierta un momento de ese letargo i en (1,ie te hallas sumido, vuelve j la vi^ía al hogar doméstico y verás alh i á un padre cariñoso, á una familia ente-ra que vierte amargo llanto. ¡Llora tu muerte! Pirije una mirada fratern.il .s ¡í lo-, paisanos con quienes ayer com- j ! partías las penalidades de la yi<3a,, y ve-’■ ras que vienen á derramar lágrimas de । dolor ante el cadáver del que fuiste. ■ Si, Señores, ved en una mañana deca- í : luroso estio; la flor mas gallarda y her-Ljaste el mundo, convencido mosa meciéndose tranquibi y j^P^lo. ] , nuestra cuna, i entre sus ramas y decid, es que aun ve. [ Separadla de su tallo, y luego langüi^| 1 dece^ va no ostenta sobre su coroia be^| • lia la í-ota del roeio, inarchítanse i talos; en una palabra ha muerto: quiero| ; decir, ha sufrido esa trasformacion mis-| i teriosa