REVISTA MEXICANA Semanario Ilustrado. Entered as second class matter, October 25, 1915 at the Post Office of San Antonio. Texas, under the Act. of March 3. 1879 Año I. San Antonio, Texas, Noviembre 28 de 1915. Número 12. De Potencia a Potencia. ..El C. Venustiano Carranza invitó ai Gobernador del Estado de Texas para celebrar una conferencia en la Ci.dad de Nuevo Laredo. Mister Ferguson aceptó gustoso la invitación, y la entrevista se efectuó sin ninguna novedad en la población fronteriza. No sabemos qué tases se aprobaron ni qué programas se disci tieron, y esperamos que el porvenir aclare los misterios de hoy. Entretanto, vamos a hacer un análisis de lo que significa intrinsic amente la referida conferencia. , Desde luego nos ha llamado la atención que D. Venustiano haya invitado a un Gobernador de Estado y no al Presidente de la Unión Americana. Nada tendría de particular que. Luis G. Caballero, Gobernador de Tamaulipas proyectase una conferencia con Mister Ferguson porque ambos tienen misma jerarquía gubernamental; pero resulta denigrante pora nuestros antecedentes de Nación autónoma, que el Encargado del Peder Ejecutivo, se o"vide de su categoría hasta convenir entrevistas con Jefes de entidades semisoberanas que carecen de personalidad internacional. Carranza se hace llamar Primer Jefe del Ejército Cons-titucionalista y Encargado del Poder Ejecutivo de la Nación; pero Como no existen Poderes Legislativo ni Judicial resulta que en su persona se encuentran concentrados los Poderes absolutos de la Nación. El legisla, ejecuta y juzga sin limites ni val'adares. Y no es honroso para México que toda esta absorción de mando y autoridad, al traspasar la línea divisoria del Río Bravo, apenas alcance la equivalencia mer-madís'ma de una intendencia provincial. Durante el imperio de la Dictadura porfirista los mexicanos nos habíamos acostumbrado a que nuestra Patria fuese tratada de igual a igual por. todas las nadones del orbe. El Jefe de Estado se dirigía a los Reyes y Presidentes de todo el mundo, y los Monarcas y Gobernantes le contestaban personalmente. Para los asuntos oficiales se acred taban Embajadores y Ministros Plenipotenciarios que presentaban sus reclamacionesy proyectos de tratados con la majestad que Requiere to representación de un pueblo. En cierta ocasión los Estados Únilos concertaron con nuestra Embajada en Washigton qué el Jefe del Poder Ejecutivo de la Unión celebrara una conferencia con el Presidente de Méx'co; y en El Paso y Ciudad Juárez, de igual a igual, y recibiendo idén-ticos y recíprocos honores, se estrecharon la mano el General Porfirio "Díaz y 'tór. William H. Taft. A nadie se le hubiera" Dcvrrido por aquel, entonces, que un lustro después, un individuo que se titulaba Jefe Supremo de la Nación Mexicana, iba a descender de su posición para tratar de igual a igual con la Primera Autoridad de un Estado, que intema-cionaimente hablando, sólamente significa una quincuagésima parte de la Unión norte-americana. En tiempos de la entrevista Díaz-Taft, la conferencia Carranza-Ferguson, habría parecido tan extraña y absurda como parecería a los norte-americanos que uno de estos días invitase Mister Wilson a Espinosa Mireles para tratar algún asunto coahuilense en la ciudad de Eagle Pass. Las gentes de este país pensarían y con razón, que si Presidente, rebajaba la nacicnalidad a la categoría de m fragmento de Nación. Per eso Carranza, al tratar personalmente con Ferguson se ha convertido de Gobernante en Gobernador. Antaño, teníamos el orgullo de que para poner tos credenciales de una Nación en las manos de nuestro Gobernante se escogía a una gloria m litar como la del General Poto-vieja o a una elocuencia arrebatadora como la del Marqués de Bugnano. Chile envió como Ministro Plenipotenciario a i n hijo de Don Andrés Bello; y Nicaragua mandó sus felicitaciones en 1910 por cond "cto del Poeta más inspirado del Cont nente. Por tedas partes se veía que nuestra Patria era estimada, y que tos naciones extranjeras se esforzaban en escoger Embajadores y Plenipotenciarios que estuviesen a la altura de México. De cinco años a la fecha se ha hundido nuestro prestigio internacional, y en los últimos dieciseis meses ha alcanzado un descréd to lastimoso. Los Estados Unidos nos han inferido la ofensa de tratar sus asuntos por medio de Agentes consu'ares, que como Carothers y Silliman, carecen en lo absoluto de aureola de respetabilidad. Los bandos re-, vol 'cionarios, cegados por los intereses faccionales y por sus odios recíproccs, cometieron la iniquidad de aceptar esas .relaciones por ccndvctos exót'cos, y se dejó sentado un precedente q e va a ser muy difícil destruir. Además, como tos naciones del viejo mundo ven que de nuestros Embajadores de ayer a los de hoy, existe el abismo que separa al General Don Vicente Riva Palacio del Licenciado Fabela, no sería remoto que en reciprocidad, nos empiecen a remitir de Allende el Atlántico, una colección de S llimans Europeos. Es triste considerarlo; pero el descenso que ha sufrido nuestra Patria, es el mismo que bastaría para convertir al General Polavieja en un Carothers. Peró ló más doloroso, lo casi irreparable consiste en que las autoridades mexicanas, que antes se limitaban a tolerar tos ofensas a nuestro prestigio internacional, empiecen a solicitarlas con sumisión. Hace un año eran los Estados Unidos, quienes olvidaban el prestigio de México y acreditaban Cónsules como Embajadores. Hoy es el Primer Jefe quien volvntar’amente, desc'ende de su jerarquía para tratar con Ferguson, y poner todo México a la misma altura de Texas. ¿Creed los constitrcionalistzs que nuestra Patria ha perdido su soberanía? ¿Considera Carranza a Mister Fer-gúscin como a un igual y a Mister Wilson como a un superior? Solamente contestando de una manera afirmativa tos preguntas anteriores se expl'ca la conferencia de Nuevo Laredo. Antes México trataba con los Estados Unidos; hoy solamente trata con Texas. Antes se decía entrevista Díaz-Taft; hoy se dice conferencia Carranza-Ferguson. Pero afortunadamente México alienta aún y pronto llegará el día en que obligue a todos los pueblos de la tierra a que lo consideren como lo consideraban antaño: DE POTENCIA A POTENCIA.