El Mensajero Jnrenil por la razón de los más sabios y mejores? ¿Quién los escogerá para nosotros? Aquellos que nosotros reconocemos como más sabios y mejores se inclinan ante la Biblia.” La razón no es autoridad. Su propósito en relación a la autoridad es escudriñar evidencias, retar pretendientes y mantener las autoridades comprobadas. Si la Biblia aparece ante el tribunal de la razón pretendiendo ser el mensaje de Dios a los hombres, la razón prueba esa pretensión, y si esa pretensión es comprobada, se manifiesta como campeón de la autoridad de la Biblia. Desde el punto de vista de la razón la Biblia viene a ser suprema. (2) La Conciencia. Se dice que la “conciencia” es autoridad. La conciencia no es ley. Es asunto de la conciencia aprobar o desaprobar nuestros actos a la luz de nuestro entendimiento de lo recto y lo malo, y da fuerza a nuestra obligación de hacer lo recto como ella lo entiende, prohibiendo, al mismo tiempo, lo malo. La conciencia dice: “Esto es recto, esto es malo,” e impone sobre nosotros el sentimiento del deber, haciendo en nuestras almas la impresión de que no deben hacer el mal. Pero la conciencia no es ley. La conciencia decide siempre según la ley que a ella se da. De modo que, en vez de que la conciencia sea autoridad final—para que la conciencia pueda decidir rectamente, es necesario que sea iluminada por un modelo perfecto, y el modelo perfecto es la Biblia. Podemos llegar en la iluminación de la conciencia al punto en que podamos decir: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.” Por el contrario, los hombres pueden ser conscientes en la iniquidad. g ® ® Subscríbase a “El Mensajero Juvenil” y “El Atalaya.” Precio de subs-ricano" S?Un¿s remke^n68] de 5° CtS' y deI Se8ru"do $L50 0^° ame-nnhliróriono le serviremos una subscripción de las dos p bl caciones por el ano de 1925. Menciónese esta nota. Pablo perseguía a los cristianos “con toda buena conciencia.” Cuando su-£o las cosas mejor, pensó diferente. os muchachos sorprendidos haciendo el mal, procuran correr y esconderse. ¿Por qué? Porque la conciencia nos hace cobardes a todos cuando sabemos que estamos haciendo el mal. La conciencia aprueba cuando obramos bien. 6. Martirologio Bautista. La historia bautista es una interminable narración de persecución y sufrimiento por las verdades que acabamos de estudiar. Un antiguo historiador escribe: “En Italia, Alemania, Suiza, Francia, Inglaterra y en casi todos los países en Europa, los bautistas han sido siempre torturados y asesinados por estos principios. Ellos no someten lo que creen que es la verdad de Dios; pueden renunciar a la vida, pero jamás a la verdad. En Inglaterra, durante el reinado de Maiía la Sanguinaria y de Elisabeth protestante, muchos sufrieron el martirio sólo por abrigar estas ideas.” En los_ Estados Unidos, hace doscientos años, los puritanos persiguieron severamente a aquellos que tenían opiniones religiosas distintas, y los bautistas sintieron muy especialmente la* fuerza de sus persecuciones. En 1651 Abdías Holmes y Juan Clark, en Lynn, Mass, intentaron celebrar un servicio y fueron arrestados por negar el bautismo infantil, se les impuso una fuerte multa, y luego fueron azotados porque no tuvieron con qué pagarla—“el verdugo los hirió con todas sus fuerzas con un azote de tres cuerdas, dándoles a cada uno treinta azotes.” Los bautistas en Rusia están siendo azotados hoy día y desterrados por su apego a la Biblia. Vale la pena hablar de tal “sucesión;” estemos agradecidos por tal linaje. El Mensajero Juvenil Sesión Doctrinal—Enseñanzas Bíblicas Acerca de las Reuniones de las Iglesias. (Fil. 1:1; Act. 14:23; 15:22; 1 Tim. 3:1-10; Tito 1:7-11.) Febrero 15, 1925. LECTURAS DIARIAS Lun. Feb. 9. Macpela. Gén. 50:7-26. Clave: Ver. 7. Mar. Feb. 10. La Escuela Preparatoria de Egipto. Ex. 1:1-14. Clave: Ver. 12. Miér. Feb. 11. Moisés Salvado. Ex. 2: 1-15. Clave: Ver. 10. Jue. Feb. 12. Zarza Ardiendo. Ex. 3: 1-12. Clave: Ver. 10. Vier. Feb. 13. La Tarea de Moisés. Ex. 4:18-23; 6:1-4. Clave: 23. Sáb. Feb. 14. Cargas. Ex 5:4-14. Clave: Ver. 7. -.....O-------- introducción. El mes pasado tuvimos una lección doctrinal acerca de las enseñanzas bíblicas relativas a una iglesia. Tratamos acerca de los requerimientos para la membresía de la iglesia, los tipos de control eclesiástico, y las relaciones de unas iglesias con otras. Ahora vamos a estudiar acerca de las reuniones de las iglesias y las relaciones que los jóvenes tienen con tales reuniones. 1. La Parte del Pastor. Hablamos de “ir a la iglesia,” o de “ir al culto,” o de “asistir a los servicios,” y por regla general nos referimos al servicio del culto público en el cual predica nuestro pastor» Si nos referimos a cualquiera otro servicio como la escuela dominical, el servicio de oración o la reunión de la U. B. de J., designamos tales cosas por sus nombres. Teniendo en cuenta que en nuestro pensamiento y en nuestras palabras exaltamos la parte que le toca al pastor, veamos lo que el Nuevo Testamento enseña acerca del pastor y su parte en la vida de la iglesia. (1) El pastor también puede llamarse anciano u obispo. *' El Nuevo Testamento habla de sólo dos oficiales, pastores o ancianos (la palabra obispo significa lo mismo que pastor), y diáconos. El obispo o anciano era el pastor de la iglesia, y algunas veces había más de uno para la misma iglesia. Las cualidades para este oficio están descritas en 1 Tim. 3:1-7, mientras que pueden encontrarse referencias generales al oficio de obispo o pastor, en Ac-20:17-28; Tito 1:5-7; 1 Ped. 5:1,2; 1 Tim. 4:14. El pastor tiene que predicar, administrar las ordenanzas y tener la dirección general del gobierno y los asuntos generales de la iglesia. Los pastores pueden ser llamados obispos; la diferencia en nombre se debe al diferente aspecto de su obra que puede estar en consideración. (Véanse Tito 1:5-7; 1 Tim. 3:1-7). Cuando no se piensa mucho acerca del pastor como pastor del rebaño, o como un director de los negocios e intereses del rebaño, puede ser llamado obispo o sobreveedor. Pero cualquiera que sea el nombre que se le dé, los deberes son los mismos. Un obispo no es pastor de una clase o rango particular; cada pastor es un obispo y cada obispo es un pastor. (2) “No como teniendo señorío sobre la herencia de Dios.” El obispo novotestamentario no era “señor sobre la herencia de Dios,” en autoridad sobre varias iglesias y ministros en un distrito grande, sino simplemente el pastor o uno de los pastores de una iglesia. Pablo, escribiendo a la iglesia de Fili-pos, se dirige a “los santos en Cristo Jesús con los obispos y diáconos.” Los términos “obispo” y “anciano” se usan como sinónimos. En el discurso de Pablo en Mileto a los ancianos de la Iglesia de Efeso (Actos 20), dice: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño sobre el que el Espíritu Santo os ha puesto por subreveedores” (epiecopue). Se usa aquí la misma palabra que en otras partes está traducida por obis-