Una Biblioteca Modelo Luis M. González Peña La mejor biblioteca de iglesia que conozco en Cuba se encuentra en el pueblo de Consolación del Sur. que cuenta con 1.500 volúmenes bien seleccionados y clasificados en todas las secciones del saber humano. Su propulsora ha sido la veterana misionera Miss C. Garnett, quien en menos de cinco años ha realizado un notable trabajo en ese olvidado campo de las actividades de una iglesia. Ha sido una labor sencillamente admirable su organización, crecimiento y desarrollo, llegando a ocupar un puesto significativo no sólo en la iglesia y escuela dominical, sino también en la vida del mismo pueblo. Eso se debe a la importante sección de libros de texto oficiales de los planteles de enseñanza secundaria y superior, libros todos muy costosos (oscila el precio entre cinco y quince dólares cada ejemplar) que están fuera de! alcance del estudiante medio y pobre de nuestros pueblos. Por una módica cantidad e^tos estudiantes pueden obtener el libro en periodos de diez dias y volver a renovarlos. Ese es propiamente el departamento circulante de la Biblioteca Garnett, denominada asi por su iglesia en honor de su creadora. Dos sabias medidas han influido poderosamente para que desde su inicio la Biblioteca Garnett haya sido un éxito; en primer lugar, las donaciones que se han hecho en dinero y no en libros, lo cual ha evitado que todo el que tenga deseo o compromiso de regalar un libro, en lugar de ir a su biblioteca particular y escoger el libraco que más le estorbe y lo done, tiene que regalar una cantidad suficiente para invertirse en un libro previamente seleccionado. En segundo lugar, una comisión asesora hace dichas listas, toma el dinero en fondo compra los libros y después los pone a la vista de los futuros donantes, quienes los irán " comprando" y regalando a la Biblioteca. Con esa sabia politica se ha conseguido una bien seleccionada y nutrida colección que no de a vacíos deplorables en ningún capitulo o sección. Tal ha sido el auge de la admirable Biblioteca Garnett que actualmente la iglesia acomete la em-pr'sea de con truir un salón especial para ella, con capacidad de 6 por 6 metros. También todos los libros se están forrando con papel especial de celofán. Todos los libros están debidamente asentados en un Índice general, luego clasificados por secciones, y además se ha tomado buena nota de los donantes, fechas, etc. He querido ofrecer esta amplia información para introducir e ilustrar el tema importantísimo de la biblioteca que debe tener el maestro de nuestras escuelas dominicales. Es raro encontrar en nuestras iglesias buenas bibliotecas que auxilien a los maestros en la penosa tarea de proveerse de los datos y conocimientos indispensables para desempeñar su misión educativa. Como saben todos, en la reunión semanal de maestros, para el estudio de la lección, hay un aspecto o "ángulo" importante, llamado el geográ-fico-histórico. en el cual se procura iluminar la lección en tiempo y espacio, con datos de la geografía e historia de las tierras bíblicas, entrando en detalles costumbristas, y de ciencias sociales en general. ¿Cómo va a presentar un maestro su ángulo" en tan dificil materia si no cuenta con buenos comentarios, tratados, especialidades, etc? El pastor, el superintendente y la iglesia deben proveer los medios para que sus maestros estén bien documentados. Hace algunos años que la cantilena de nuestras iglesias era la siguiente: "no hay libros buenos en español: todo está en inglés.’ Sin embargo, ya ese refrán está pasando al mero mito, pues las diversas casas editoras evangélicas de América están produciendo una magnifica aportación al campo de las letras cristianas en nuestro continente. Lo mismo en México. Buenos Aires o en El Paso, tenemos una bibliografía siempre creciente y los catálogos de estas ca^as se nutren constantemente de buenas obras propias para llenar cumplidamente las exigencias del progreso de la educación religiosa en nuestras iglesias. Ese obstáculo, pues, ha sido ya vencido y desde ahora en adelante los hermanos no podrán quejarse de la escasa producción en lengua española de buenos libros para la edificación espiritual. Hay otro obstáculo quizá peor de vencer todavía: el poco apego a la lectura que la generalidad de les miembros de nuestras iglesias demuestran por el libro. Hay que tener en cuenta que todavía en la América Hispana prevalece el analfabetismo en un porcentaje sumamente alto. Países como por ejemplo el mió, Cuba, con una vida republicana de medio siglo y un gran programa cultural (el Ministerio de Educación de Cuba tiene un presupuesto de 53 millones de dólares) sin embargo hay una proporción de analfabetos que se calcula entre el 40 y 60 por ciento, lo cual es algo inexplicable. De ese modo, la mayoría de los miembros de iglesias pertenecen a las clases pobres y media, que generalmente están desprovistos de la cultura refinada de los grupos minoritarios. Son personas en cuyas casas no hay bibliotecas, que no pueden comprar libros y posiblemente si su localidad no es grande no habrá tampoco una biblioteca pública. Yo vivo en una población de veinte mil habitantes y no hay tal biblioteca. ¿Cuál habrá de ser entonces la actitud de nuestras iglesias? Si tenemos una sana preocupación de mejorar la cultura y la educación de nuestro pueblo. tenemos que acometer la empresa de fundar la biblioteca de la iglesia y ponerla a funcionar. Muchas bibliotecas como la de Garnett es necesario echar a andar entre las clases poco amantes de la lectura, estimulándolas para que cultiven sus mentes y de ese modo la rica alimentación del espíritu llegue a todos en abundancia. Hablando en particular de los maestros de la escuela dominical, nadie como ellos más responsables de cultivarse con buenos libros. Como de seguro ellos tampoco tendrán una biblioteca adecuada en sus casas, tanto el pastor como el superintendente tendrán que atender esa gran necesidad. El maestro hará que su cultura progrese para que su enseñanza mejore, y de esa manera indirecta- EL PROMOTOR DE mente su clase irá progresando también a la par que su cultura. Los alumnos deben comprender que la lección de cada domingo contiene siempre ricas y nuevas enseñanzas, citas preciosas de buenos libros que de otra manera quedarán en páginas amarillentas de libros comidos por la polilla. Si el maestro no ama la lectura y los libros, tampoco podrá inculcarla entre los alumnos de su clase. Si no tienen conocimientos generales de la literatura y las grandes obras, asi como de los libros que van saliendo de nuestras casas de publicaciones, no veo de qué manera podrá hacer que los niños que enseña tengan algún interés o noticia del valor de la lectura. Una competencia ruinosa y desleal tiene el libro en estos tiempo vertiginosos y modernistas: el cine, la radio y las tiras cómicas en colores que publican los periódicos dominicales. Esos tres elementos le han quitado el encanto antiguo de los libros de cuentos, las historias, y las narraciones que nosotros leimos siendo muchachos. Los episodios truculentos, las aventuras por capítulos que sirven el cine y la radio atraen con pasión a la generalidad de la muchachada estudiantil: y el domingo la casa está llena de revistas y periódicos con "muñequitos en colores (como se les conoce en Cuba a las tiras cómicas) que se disputan todos, viejos y nuevos. Esos tres factores están quitando a la lectura el sabor que siempre tuvo y la fascinación que ha ejercido a través del tiempo. Es una dura tarea a la que tenemos que enfrentarnos ahora para conseguir que la niñez y la juventud se aficionen al libro, a la revista, a la lectura. De ahi que necesitemos atractivas bibliotecas, no libros amontonados en obscuros rincones sobre viejos armarios. Hay que llevar también el atractivo novedoso de la vida moderna inclusive a las portadas de los libros, a la presentación y colocación de los mismos en la biblioteca y hasta la manera de leerlos. Debe haber en el presupuesto anual de la iglesia un capitulo, lo más generoso posible, dedicado a la biblioteca de la escuela dominical o de la iglesia. Una partida fija, aparte de los donativos que se puedan conseguir, para de ese modo tener asegurada la compra de ¡os libros buenos que se vayan publicando. Considerando la ayuda a los maestros en la preparación de sus lecciones, durante la reunión semanal de maestros, se hace imperceptible que la biblioteca cuente con la colección completa de los comentarios de la Biblia, del Dr. Carroll. Esta obra es de obligación para la biblioteca particular de cada pastor y maestro bautista; si el maestro no puede tenerla o tampoco el pastor, la biblioteca de ¡a iglesia si debe poseerla. Para suplementar a esos comentarios, debe añadirse la preciosa colección biográfica de Meyer, que abarcan casi todos los grandes personajes bíblicos, en un estilo tan dulce, tierno y elevado como para fascinar a cualquier lector que tenga buen gusto. Junto a Meyer pondremos también las biografías escritas por A. S. Rodríguez y asi tendremos un conjunto de libros muy capaces de resolver el problema de cualquier maestro que tenga que ofrecer una lección modelo de escuela dominical. Un diccionario bíblico, una concordancia y un atlas o mapas de Palestina son parte esencial de la biblioteca del maestro, siguiendo en orden a los comentarios y biografías. Tenemos entonces —una vez dominado el contenido— los libros de la pedagogía o psicología de educación religiosa, indispensables para tener los cursos normales de estudio, EDUCACION CRISTIANA Luis M. González Peña para la mejor comprensión y preparación del alumnado. Después de muchos años de avance en la pedagogía, hay ciertos libros de texto que permanecen invariables en su mérito, como obras clásicas de obligado estudio y consulta para el maestro de la escuela dominical. Tal es el camino del magnifico libro "Las Siete Leyes de la Enseñanza." de J. M. Gregory, bella exposición de leyes que resumen prácticamente la metodología de la enseñanza de la escuela dominical: está también otro clásico sobre psicología del niño. "El Discípulo,” de Lea-vell, que por tanto tiempo ha figurado en el libro del Manual Normal y que ha sido publicado ahora aparte. Otras obras que necesariamente deben estar en la biblioteca del maestro son. a nuestro juicio, las siguientes: "Principios de Enseñanza en la Educación Cristiana." por H. C. Stuntz: "Un Estudio del Niño," C. H. Dix: "La Infancia: Edad de las Oportunidades." L. J. Sherrill; "Cómo Conocer Mejor a los Niños," de Hazel A. Lewis. Otro libro importante es "Edificando una Escuela Dominical Modelo." de Arturo Flake, y si se puede conseguir los de Dobbins (muy bueno), H. C. Stuntz Principios de Enseñanza de la Educación Cristiana." Thorndike y Price, se habrá hecho un acopio magnifico para orientar la educación religiosa de nuestra iglesia y la escuela dominical por senderos nuevos, firmes y eficientes. Y tratando de educación religiosa tengo que referirme a los esfuerzos que está realizando el Dr. José M. Sánchez, Director de Educación Religiosa de la Convención Bautista de Cuba Occidental, el cual ha preparado cursos especiales y utilizado folletos muy prácticos, que contienen el resumen de casi todas las obras mencionadas. Por ejemplo, su folleto "Metodología de la Enseñanza Religiosa es un perfecto esquema de todos los métodos visuales y activos a la altura de la pedagogía más avanzada. Hablando de la biblioteca, ¿e tocado todos los asuntos relacionados a la enseñanza, pues las tangencias son inevitables en campos de tan estrechas relaciones. Casi es imposible tratar un asunto sin caer en el otro. (Pasa a la página 39) II