r Y EM LA TIERRA ¿PAZ? Por el Dr. Samuel Ortegón * La fulgurante Luz de la Navidad penetra a lo más íntimo de la vida humana. Al remontamos a la Navidad original vemos cómo la Luz Divina se reflejó en la came y habitó entre los hombres con gloria y llenó de gracia y de verdad. Cuando esto aconteció, los ángeles, y una estrella, súbitamente rodearon a unos sencillos pastores que velaban su rebaño. El coro que escucharon fue maravilloso, y los extasiados pastores no pudieron menos que caer de hinojos. No es necesario reproducir todas las palabras de aquel coro angelical. Basta tan sólo decir que hay unas palabras de este canto celestial que son todavía muy pertinentes en la Navidad de 1958: “Y en la tierra paz" Pero, ¿habrá paz en la tierra en 1959? O, más bien, ¿habrá paz en el mundo venidero, en el mundo del futuro? Hay una singularidad en la manera que Lucas nos describe este incidente, y sus palabras son bien claras: “y en la tierra paz". Aquí no hay duda. No hay interrogación. Esta es una sencilla declaración. Esto quiere decir que es posible obtener la paz hoy. La paz es un reflejo. La verdadera paz es un reflejo de lo que el hombre es. Es como un espejo que revela el carácter de la persona. La paz nos identifica como hijos de Dios. La Paz vino al mundo por la encamación de Cristo, quien llevaba dentro de sí la naturaleza divina. La naturaleza divina de Cristo cambia nuestro ser, y este cambio produce en nosotros una nueva imagen. La naturaleza divina de Cristo produce en nosotros ese cambio que es el único medio de llegar a ser hijos de Dios. Entonces ya no llevamos dentro de nosotros la imagen de la bestia, sino la ima- • Doctor en Filosofía y profesor de Sociología en nía, X. V. A. 1 gen y semejanza de Cristo, la imagen de la Inteligencia Suprema: Dios. La paz viene, no por medio de una disciplina política o religiosa, sino por medio de la regeneración. En este respecto dice la Escritura: “Y a todos los que le recibieron dióles potestad de ser hechos hijos de Dios a los que creen en su nombre." Esta es la nueva generación que hace factible la paz. Las personas que son de la familia divina no pueden menos que reflejar la Imagen divina. La paz viene por medio de la conciencia, del apercibimiento interior de Dios en nosotros. Decir que Dios está en nosotros es lo mismo que decir que el amor es nuestra identidad. Esto es, el amor es mi verdadero carácter, y lo único que yo puedo reflejar es el carácter del amor. En la oración de nuestro Señor él pide por nuestra identidad con Dios. En ella dice: "Para que sean una cosa, como también nosotros." Tres veces repite estas palabras en la oración, señalando con eso que esto es lo importante en el carácter cristiano. Para encontrar la paz se necesita acudir al recurso de la paz: Dios. Para encontrar el amor necesito entrar al santuario en donde está el amor: Dios, porque para entrar a este amor necesito ser santo como él es santo, perfecto como él es perfecto. Yo, quien vivo sin amor, no puedo hacerme amor a menos que Dios, quien es amor, me identifique consigo mismo. Cuando él manda su propio amor por medio de la Persona de Cristo para obrar en mí y en todo lo que yo hago, entonces soy transformado: he nacido de nuevo. ¡Soy una nueva persona y reflejo todo lo que Dios es! La paz viene por el entendimiento. La paz viene también por el entendimiento. Esto significa tener una idea clara de las KaeUro Baptist College, St. David's, Penmylvs- IL HOGAR CRISTIANO cosas, tener facilidad de comprensión. La paz en la tierra es posible solamente cuando hay entendimiento. Nada hay más ridículo y carente de entendimiento que el frenético deseo de superar en la fabricación científica de armamentos de destrucción. Los Estados Unidos y Rusia parecen estar jugando este macabro juego de destrucción. Los recientes experimentos en Bikini han demostrado que todas estas tácticas están creando una ola de inquietud y disgusto entre las razas. De la superbomba de 1954 todavía tenemos algunas repercusiones desagradables. Los científicos dicen que la radioactividad que produjo la bomba de Bikini ha creado nuevas enfermedades. Esto lo hemos visto en los veintitrés pescadores japoneses que iban a bordo del "Dragón Afortunado", que sufrieron do-lorosas consecuencias, aunque estaban a cien millas de la explosión experimental de una de estas bombas. Es de entenderse por qué los japoneses se oponen a los continuos experimentos en el Pacífico. La paz es posible, además, cuando tenemos una idea clara de las costumbres de los pueblos y las respetamos. ¿Será acaso el destino el que determina la diferencia de costumbres de los pueblos? No, 10 que determina las costumbres es la cultura, el ambiente religioso o social en que vivimos, etc. Hay en esto una buena lección para todos los que anhelamos la paz. La cultura influye mucho en el ser humano. La cultura nos hace portamos de la manera que lo hacemos. El comportamiento humano no es racial, sino cultural. No hace mucho, un joven se paseaba muy perplejo por las calles de Nueva York. El joven no hablaba ni una sola palabra de inglés. Sin embargo, era norteamericano de sangre, porque sus padres eran norteamericanos, pero habían ido a China como misioneros. El joven quedó huér-ano en su infancia y una familia china, de un pueblo muy remoto, lo recogió. A todos les parecía más chino que norteamericano. Sus ojos azules y su cabellera rubia eran menos impresionantes que sus costumbres chinas; aun las expresiones de su rostro y sus pensamientos demostraban la cultura china. He aquí un hecho biológico contrastado con un hecho de cultura. La herencia biológica era norteamericana; pero la cultura era china. ¡El joven se volvió a China! Las diferencias entre las razas no son fundamentales, sino superficiales. Para evitar conflictos raciales hay que conocer la cultura de los pueblos. Originalmente no hay razas superiores ni inferiores. Las razas se superan por el desarrollo de su 11 HOGAR CRISTIANO cultura, Esto debemos entenderlo para poder comprender a los pueblos. La falta de este entendimiento nos hace obrar oo-mo superiores a los otros pueblos. La iglesia apostólica nos enseña una lección en cuanto a este asunto. Ella tenía dos comuniones: la del pan y el vino, por medio de la cual tenían comunión con el Cristo vivo; y la del ágape o celebración de amor, por medio de la cual tenían comunión con los hermanos. En la primera participaban de los elementos simbólicos de la "carne y la sangre de Cristo", en la otra participaban de los alimentos comunes en señal de compañerismo. La sangre de Cristo hace que todas las razas sean una en Cristo. Esta unidad que trae la verdadera paz no se limita a las cosas espirituales, sino también a las materiales. Esto nos indica que la fraternidad es el centro de las relaciones humanas. El amor fraternal se muestra no sólo en lo religioso, sino también en lo económico. La iglesia apostólica era una en espíritu y también en lo económico y racial. La paz sino por medio de la familia. La familia es una institución divina en el mundo. Dios no fundó los sindicatos de obreros, ni las cámaras de comercio, ni los gobiernos políticos: pero al crear al hombre y a la mujer fundó la familia. Lo más extraordinario de la familia tuvo lugar muchos milenios después de su creación. ¡Este evento extraordinario de la familia se efectuó en un pesebre! Esto nos enseña que la paz viene a la tierra no por medio de un gobierno, ni por medio de una iglesia, ni tampoco por medio de la sabiduría humana. No fueron los reyes, ni los principes, ni los sabios, ni los sacerdotes los que trajeron paz a la tierra. La paz vino por medio de la familia, la familia escogida por Dios para encarnar la naturaleza humana de Jesús. Así, pues, en la Navidad de 1958, como en la primera Navidad: la paz viene por medio de la familia. Uno de los principios fundamentales de la sociedad es que la familia tiene el derecho de educar. Es en el hogar en donde primeramente se fundan los principios de decencia, de carácter y de espiritualidad. Es la familia la que enciende la llama de la i moralidad; es el fuego del hogar el que refleja la luz del cristianismo. Hay mucho de paralelo entre la luz de la Estrella de Belén y la luz educadora del hogar. La paz mundial no podrá ser un hecho hasta que lo sea dentro del hogar. Según sean las familias así serán las naciones. Las naciones en conflicto, el desorden (Pasa a la página 9) •