11 2 El Mensajero Juvenil Para el tercer año nos hemos propuesto ampliar el campo de acción de nuestro periódico, y principiamos desde luego cambiando su antiguo nombre de “U. B. de J.—Revista Trimestral,” por el de “El Mensajero Juvenil,” que verá la luz mensualmente. El nombre que hemos adoptado indica desde luego que uno de nuestros propósitos es el de que nuestra revista sea mensajera de la juventud, llevando las noticias del movimiento de las uniones, de un extremo al otro de la América Latina, a fin de que se vayan echando los cimientos del intercambio de impresiones, el cual se hace tan necesario para la mejor unificación de los propósitos y de los esfuerzos de las valerosas huestes de nuestra pujante juventud. De manera que esperamos que los comisionados de prensa de las uniones en toda la América Latina, nos manden noticias de los acontecimientos más notables registrados en el seno de las mismas, ya en él desarrollo de algún programa especial, o en la creación de misiones bajo los auspicios de las sociedades, modificaciones en su organización, etc. Nos proponemos, además, para estimular a nuestros jóvenes, publicar en cada número de nuestra revista uno o dos temas de los mejores que se nos envíen, de los que se hayan presentado en las sesiones ordinarias o. extraordinarias de las uniones, con el propósito, además, de que el pueblo bautista se vaya dando cuenta del desarrollo intelectual y espiritual de nuestra juventud por medio de nuestras U. B. de J. Nuestro programa así ampliado reclama por nuestra parte más trabajo y mayor gasto; pero gustosamente hacemos cuanto podamos para la complacencia de nuestros jóvenes, dejándoles a ellos la pequeñísima parte significada en el aumento del precio de subscripción de nuestro periódico, aumento que compensará escasamente el gasto extra en el papel que tendremos que hacer forzosamente, puesto que necesitaremos mayor número de páginas. Por otra parte, y teniendo en cuenta que la obra de las U. B. de J. no está circunscrita al departamento que llamamos superior, y que es la U. B. de J. propiamente dicha, sino que se extiende a las uniones intermedias e infantiles, daremos, para cada mes, la lista de asuntos que deben desarrollarse en ambos departamentos, a fin de que no dejen de crearse en donde no existan, por la carencia de material adecuado. Esperamos que todas estas mejoras de tan grande significación sean del agrado de nuestros favorecedores y que nos sigan apoyando en nuestro esfuerzo, y nos ayuden, al mismo tiempo, a aumentar la circulación de nuestro periódico, no para el beneficio nuestro, sino para el de la gloriosa y potente organización que se llama U. B. de J., la cual ha hecho su lema: “Lealtad a Cristo.” E. G. D. -------o------ EL CURSO DE LOS LECTORES DE LA BIBLIA. Nunca insistiremos lo suficiente en que este curso sistemático de los lectores de la Biblia debe ser implantado en cada U. B. de J. Nos encontramos en una época en que la lectura de la Biblia es una necesidad imprescindible en cada hogar cristiano. Más aún, los jóvenes se encuentran viviendo ahora en tan malsano ambiente que necesitan acordarse continuamente de su Creador, como lo dijera atinadamente el sabio proverbista, para que estén a salvo de Taer en las apostasías que se presentan como lo más moderno y avanzado de la civilización humana. No hay mejor oportunidad que ahora para que los jóvenes se inicien en el hábito de leer diariamente las Escrituras. Hay dos motivos por los cuales deben hacer esto inmediatamente. El primero es que nos encontramos al principio de un nuevo año. ¿No sería verdaderamente hermoso principiar con el año el ejercicio de un hábito más benéfico que cuantos bienes material puediéramos desear? El segundo es que nos encontramos prácticamente en el principio de este Curso Sistemático, el cual comienza ahora cun el primer capítulo del libro de Génesis. El Departamento Educativo Latino-Americano expedirá certificados especiales a todas las personas que terminen la lectura de la Biblia de acuerdo con el plan de dicho Curso Sistemático. ¿Quiénes serán los que al principiar este año se formen el propósito de obtenerlo? El Mensajero Juvenil 3 Sesión Devocional—Nuestra Esperanza Para 1925. Salmo 43 iS. (Génesis 1:1; Juan 1:14; Juan 15:1-7.) Enero 4, 1925. LECTURAS DIARIAS. Lun. Die. 29. Un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra. Rev. 21. Clave: Ver. 23. Mar. Die. 30. La Venida de Cristo y la Eternidad. Rev. 22. Clave: Ver. 27. Miér. Die. 31. Diciendo a Otros de la Misericordia de Dios. Salmo 66: 8-20. Clave: Ver. 16. Jue. Ene. 1. “Sea.” Gén. 1:1-23. Clave: Ver. 3. Vier. Ene. 2. Creación del Hombre. Gén. 1:24-31. Clave: Ver. 27. Sáb. Ene. 3. El Pecado. Gén. 3:1-15. Clave: Ver. 15. -------o------- Introducción. No puede ser más apropiado el asunto sugerido para nuestro estudio de hoy, puesto que es el tiempo más adecuado para reafirmar nuestras convicciones y fortalecer nuestra fe en Dios que es la única esperanza del creyente y la única fortaleza del que quiere obrar su voluntad en todas las cosas. Y se hace indispensable, más que nunca, la confirmación de nuestra fe, porque pasamos por una época tormentosa en que la incredulidad, presentada en mil formas distintas, hace esfuerzos inauditos por desviar nuestras almas y arrancar de ellas la bendita esperanza de la vida futura. Hagamos pues, nuestro voto solemne al principio de este año, el conservar inquebrantablemente nuestra esperanza fija en Dios, y digamos a nuestras almas con toda la fuerza de nuestra convicción, como lo hiciera el salmista: “Espera a Jehová; porque aun le tengo de alabar.” 1. Géneei» 1:1.—Dio3 el Creador. “En el principio creó Dios los cie los y la tierra.” Las alas de nuestra fe en el Omnipotente, nos llevan en poderoso vuelo hasta el mero principio de la existencia de nuestro mundo y nos declara con nuevo vigor que el cielo que vemos y la tierra en que vivimos, son obra de las manos del Todopoderoso. Pero no sólo la tierra fué creada por él, sino todas las cosas que en ella hay. Bien sabemos que en la actualidad se pretende probar que algunas de las cosas que hay en este, mundo no fueron creadas por Dios, sino por el proceso conocido científicamente con el nombre de evolución, y estas doctrinas están arrancando la fe y la esperanza de muchos corazones que han sido desviados hasta el extremo de que ya no “esperan a Dios.” En esta conexión dicen los evolucionistas que el hombre no fué creado, sino que es un producto de la evolución del mono. Tal creencia destruye el fundamento de la fe de los que la aceptan y los deja abandonados sin la feliz esperanza del que confía en la Omnipotencia de Dios, y que, elevándose por sobre todas las tempestades de la apostasía moderna, clama al mundo a voz en cuello que el hombre, tal como lo dice la Palabra de Dios, fué creado a la imagen y semejanza de la Deidad (Gén. 1:26, 27). Al desconocer el hombre la obra de Dios en todas las cosas, exactamente de acuerdo con el plan bíblico de la creación, revela nada menos que una tendencia vanidosa y necia de colocarse sobre Dios. ¿Qué, cuando el hombre hace alguna cosa con sus manos, esa obra suya trata de abrogarse la súperiori-dad de su autor para colocarse a su mismo nivel? No; no sucede tal co- • sa. Pero el hombre va más allá en su desconocimiento de la autoridad bíblica que es la autoridad divina, porque pretende saber más que Dios mismo. Y el hombre, comparado con