Lt die Es la Oradéa Por Helen Buchanan Versión al español por Adelina Mendosa M. ‘ "He llegado a la concluiión de que orar no ei solamente estar pidiendo tavorri de Dios constantemente" Hará cosa de tres años que se me dijo que mi hijo sufría una enfermedad incurable y que no podría vivir muchos años más Recientemente había sido sometido a una operación de la cual se había recuperado rápidamente Mi niño se veía tan saludable como cualesquiera otro muchacho de su edad, y no parecía caber en lo posible que se cumpliera el diagnóstico del médico. Yo rogaba constantemente al Señor que dejara al niño vivir, y tenía grande fe en que así seria. Mientras que yo pedia esto a Dios, el niño estaba siendo atendido por los mejores médicos en el país. Con los adelantos diarios de la medicina yo estaba segura que el Señor daría la sabiduría necesaria a ios médicos para que lo sanaran. Por algún tiempo el niño mejoró, pero después de un año su salud comenzó a quebrantarse. Pero aún yo no me resignaba a la idea de que el niño no se aliviara. Finalmente, un dia el niño clamó desesperado por el dolor, y entonces oré porque su sufrimiento cesara; yo dije a Dios; "No mi voluntad, sino la tuya". Después de esto no tardó mucho tiempo en que su espíritu dejara su cuerpecito mortal. Mi hijita lloraba al mismo tiempo que decía: "Pero si yo le pedia a Dios todas las noches que lo sanara, y no lo hizo." Entonces comprendí mi gran responsabilidad. “Tu hermanito está mejor ahora", le dije. "Nuestras oraciones han sido contestadas. No podría estar en mejor lugar que en el cielo, pues ese es un sitio maravilloso. Estoy segura que está feliz allá." Esto fue suficiente para convencerla y satisfacerla. • Msctora de loe Programas para el Culto de Apertura de la Unión de Preparación que aparecen en la revista El Promotor de Edurecúm Cristiane Repentinamente comprendí el gozo que ha de haber experimentado mi hijo al despertar en el cielo, fuerte y completamente sano, en un plano de vida superior. Desde entonces sentí un gran alivio y un gran peso que se quitaba de mi corazón. No puedo expresar con palabras lo mucho que extrañé al niño, pero he tomado la firme determinación de no sumirme en la desesperación y en la compasión por mi misma. Por el contrario, cuando me siento sola y triste, le doy gracias al Señor porque mi niño está bien, sano, seguro y feliz en su morada celestial. Con frecuencia tengo la sensación de que está cerca de mi, y me hace sentir contenta. He llegado a la conclusión de que orar no es solamente estar pidiendo favores de Dios constantemente. El Señor Jesús ocupó mucho tiempo en la oración. Estoy segura que él no ocupó todo ese tiempo en pedir favores. Oración es la comunión del alma con Dios. Debe ser un tiempo de quietud y recogimiento, cuando llegamos a conocer la voluntad de Dios, y cuando nuestro espíritu es ministrado por los ángeles. Este debe ser el momento cuando somos confortados. Todo el que se comunica verdaderamente con Dios obtendrá la paz del alma. No se sentirá embargado por lo que le pase a él o al mundo en general, porque t'ene la seguridad de que al final se transportará a un plano superior donde se reunirá con sus seres amados. La vida, entonces, será un aliciente constante. El sabrá que tendrá la fortaleza para hacer todo aquello que el Señor ponga ante él, y tendrá plena confianza que Dios está con él siempre y que nada lo apartará de su amor. El llegará a la conclusión de que las cosas espirituales son más importantes que todo lo demás; comprenderá más profundamente las bendiciones que el Señor ha derramado sobre él. y será una persona más feliz, porque siempre tendrá el deseo de hacer felices a las personas que lo rodean. La luz de Dios se reflejará en él. — Trad, de la revista Hearthstone OCTUHI A DIClíMIlt DE 1960 5