ciados, para procurar por los medios mas prn-ílektes y (dicaces conseguir e| noble objeto (¡ne esa ühintrupica Sociedad so propone. Este.es nuestro humilde juicio respecto de la asociación do pne nos venimos oeupamh*; v creemos sinceramente. Inclinada la frente por el peso Del ominoso yugo castellano, Surgiendo de la noche éntre lo espeso El puñal parricida del tirano; Ahogando los impulsos de progreso En su abatido pecho el mexicano; Vencido por la fuerza y nó: el derecho, Venganza solo alimentó sil-pecho; IV. La dignidad de un pueblo se abasnlla ('liando una fuerza superior la oprime; Pero ¡giuiy de los déspotas si estalla , La comprimida rabia con (pie gime! (■ada libre en el campo de batalla Es un héroe magnífico y sublime! A al impulso invencible de las leyes, ¡ ¡Ay! del menguado trono de los reyes! i V1 * I Trescientos años vergonzoso lloro ¡ \ '‘rtio mi patria sojuzgada y yerta! ¡ Despierta á la ignominia y al desdoro, A a la venganza y al combato muerta. € on sus divinas gracias y con su oro La codicia del déspota despierta. A uná tíirba de avaros la disfruta Cual si fuera incitante prostituta! VI. I***1'0 n°- • - • .Los que ardiendo en cruda saña Se lanzaron a darte inicua muerte, Incendiando el palacio y la cabana. Pensando en su codicia escarnecerte, Eran bastardos hijos de esa España' Que invocando el derecho del mot; fuerte. Dobla la cerviz con vil cinismo Ese yugo inquisidor del fanatismo* VII Yá las balas de aquellos que altaneros. Entre triunfos, escándalos y alarmas. Pretendieron domar á tus guerreros Con el brillo fastuoso de sus armas, Opusiste los bélicos arqueros Con que el poder conquistador desarmas, 1 el mundo vio con estupor profundo Que era pequeño á tu venganza un mundo! VIII. Pero aquella nación que te afrentaba Con e^e lujo de crueldad que asombra. Cuando tu heroico pabellón befaba En su orgullo sirviéndole de alfombra, No es la misma que un tiempo te humillaba, i hoy con respeto á su pesar te. nombra, Admirando tu gloria y tu bandera Que hoy en tu suelo con orgullo impera! IX. La España de hoy con dignidad camina A la voz del progreso sacrosanto 1 en nuestro ser político, adivina * • Un porvenir de luz y de adelanto; Por eso nos respeta y nos destitiá ' • 1 hio de admiración robustocáfitó,' 1 I .oando a la nación heroica y brava, v >? Que cediendo it la fuétia fné su éschva! X. .. Libres somos? Honor al heroísmo De ajuél humilde cura de Dolores, Que iniciando la guerra al fanatismo, En vencidos trocó los=vencedores! De nuestra esclavitud en el abismo ib ’lió el sol-libertad con sus fulgores, en nuestras horas dulces y serenas’ No suenan del esclavo las cadenas. xl Aquella noche de ansiedad profunda " ’' En que era^eljporvenir triste y oscuro, Por que Ift libertad, en paz fecunda, /' Plegó su maiHo celestial y puro, V Del d espótismo la inferniií coyunda Criijió; pües*su poder era inseguro; ‘ Y avergonzado en su cobarde encono El dictador se estremeció en su tronó?