Foro Edmundo Lizard! del 6 al 12 de marzo de 1998 /15 FOROCULTURAYESPECTACULOS TIJUANA. BC (Especial para FORO).-' Como en los cuentos: Desde, el vientre materno, absorvió las “tensiones creativas" de la cabina de transmisiones; vino al mundo entre los micrófonos y las voces que. a partir de los años 30, habían empezado a escribir la historia de la radiodifusión bajacaliforniana. La recia figura del abuelo. Luis Enrique Enciso Clark, fundador, en 1934, de la XEC Radio Enciso, fue definitiva en la formación y en la definición vocacional de la avispada nieta. Don Luis Enrique, un “self made man” de origen sonorense, había llegado a la frontera, vía San José del Cabo y Ensenada (donde conoció a la que fue su esposa, la bella dama estadunidense, Herminia Power), en calidad de Jefe de la Oficina de Telégrafos y Correos, cargo que ejerció tres años para luego dar el salto definitivo al fascinante campo de la comunicación e inaugurar la emisora que se convertiría en una productiva empresa familiar, en la obra que representaría la “razón de ser" de su fructífera existencia. Además del hombre de acción y exitoso empresario, la pequeña Marcia Jiménez Enciso, hija de la locutora, Gloria Enciso Power, descubrió en el abuelo un talento histriónico que le daba un toque muy especial a su estilo radiofónico. Don Luis Enrique convertía la cabina de la XEC en un pequeño teatro donde los guiones, los argumentos, el drama, eran -además del radioteatro humorístico de su autoría, “Juana la Loca”- los comentarios parroquiales y el caudal informativo que se lanzaba al entonces diáfano aire de la pequeña ciudad de Tijuana. A los cinco años, Marcia tuvo lo podríamos llamar su primera incursión profesional en el terreno de ¡a radiodifusión. Fue la voz infantil de uno de los primeros comerciales radiofónicos produ- Personajes fronterizos: Marcia y el teatre radiofóaho cias, totalmente actuadas, de carreras de caballos, en las que ganaba la montura (señalada con un número) que recibía más llamadas. cidos en BC. “Galletas Gamesa.JQué bueeeeenas soooon!”, fue su primera frase ante los micrófonos de la XEC, donde tiempo después conocería a muchas estrellas del medio artístico, farandulero, social y político mexicano. Después de este “sensacional debut”, Marcia se replegó tras bambalinas, convirtiendo el cuidado del tesoro discográ-fico de la empresa familar, en uno de sus juegos favoritos junto con el de repartir la correspondencia que llegaba a la estación, oficio que le valió el mote de “Cascabelito”, por la estela rumorosa que dejaban las sonajas de sus veloces zapaticos. “Cascabelito”: Un personaje que, a la vuelta de los años, cobraría una significativa presencia en el cuadrante fronteri- zo, dentro del programa “Comunicación”, conducido por el prestigiado hombre de radio, Amoldo López Salcido. Aquí, la ya veinteañera Marcia, entraba en comunicación interactiva, didáctica con el público infantil, poniendo en juego sus ideas creativas, sus tablas escénicas, su experiencia adquirida en los años de aprendizaje teatral en el Southwestern College, de San Diego, y en el San Femando Valley College, de Los Angeles, donde estudió Historia del Arte. De sus tiempos de “Cascabelito”, Marcia recuerda aquellas crónicas ficti- “La verdad es que yo siempre quise ser actriz -señala Marcia-; la imagen de mi abuelo que hizo de su estilo radiofónico todo un derroche de actuación, de vena histriónica, fue definitiva. Yo nací y crecí en el ambiente de la radio y, como muchos de mi generación, fui adicta a las radionovelas. Me imaginaba los personajes, los ruidos, la atmósfera, las pisadas". “Por otra parte, yo vivía dos mundos: la cultura estadunidense de mi abuela y la mexicana de mi abuelo. Me fui a Estados Unidos a estudiar arte y actuación, porque me interesaba mucho el “american way of life": práctico, objetivo, y muy profesional”. “Creo que he logrado combinar las dos culturas. Pronto me di cuenta que si bien era nativa de Tijuana, el mundo no se acababa aquí, pero tampoco se agotaba en los Estados Unidos: quería ir más allá." Si bien los estudios de arte dramático no la hicieron una actriz en toda la forma, los cursos de interpretación oral le ayudaron a manejar mejor la voz, a modularla, a matizarla, para representar el teatro radiofónico que Marcia quería hacer, y que si bien en cierta forma pudo realizar en “Comunicación,” a través de “Cascabelito”, no desplegaría con pleni tud sino hasta su entrada a ese magnífico “escenario” de “Micrófono abierto". “Esta nueva incursión en la radio -revela la comunicadora- se inició con una invitación que me hiciera el afamado comunicador y cronista taurino, Don Joaquín Díaz Croché, conductor del programa “A quien corresponda", para participar en un debate sobre el graffiti”. “En ese tiempo, yo me había asociado a Fitch Design, una compañía dedicada a la promoción artística y al diseño publicitario, con sede en Los Angeles, y había tenido oportunidad de viajar por diversos países organizando exposiciones y contactando clientes, lo que me había dado una visión muy amplia de esta clase de fenómenos juveniles, que median entre el impulso artístico y la rebelión social.” Durante la participación de Marcia en el debate sobre el graffiti, la respuesta del público fue tan sorprendente que la nieta del fundador de la XEC, decidió quedarse en la cabina y crear su propio espacio. Así nació “Micrófono abierto”. Y Marcia, ya dueña del micrófono, de la cabina -escenario-, empezó a compartirlo con los diferentes actores de la cada vez más compleja realidad fronteriza de los 90. En el programa inaugural de “Micrófono abierto”, la emergente figura del “teatro radiofónico" fue en busca de las víctimas de la injusticia social, y las encontró en la cárcel para menores. Durante la entrevista con una niña acusada de haber asesinado a su bebé, recibió en cabina la llamada del padre del infante supuestamente asesinado, también recluido, quien entre sollozos confirmó la versión de su joven esposa: el hijo de ambos había muerto al ahogarse con una fiema y la joven pareja había sido detenida cuando solicitaban ayuda (Sigue en la próxima página)