178 REVISTA EVANGELICA , Marzo Desinterés de Martín Lutero ----o---- Una de las características de Lutero fue su desinterés; superior a las consideraciones del egoísmo. dejaba los honores y emolumentos de este mundo para los que se deleitaban en ellos. La pobreza de este gran hombre no provenia de la falta de medios para adquirir riquezas, pues pocos hombres han tenido más facilidades para obtenerlo. El Elector de Sajonia le ofreció los productos de una mina en Sne-beg; pero él noblemente los rehusó, diciendo: “No: no sea que dé ocasión al diablo, dueño de esos tesoros, para tentarme con ellos." Ni sus enemigos eran ajenos a este su desprendimiento del oro. Cuando uno de los papas preguntó a cierto cardenal, por qué no tapaban la boca de aquel hombre con plata y oro, su eminencia le contestó: “Esa bestia alemana no tiene consideraciones con el dinero.” Fácilmente se puede imaginar que la liberidad de un hombre tal superó muchas veces a sus riquezas. Habiéndole hablado en cierta ocasión un estudiante de la pobreza en que se encontraba, dijo a su esposa que le diera cierta cantidad de dinero, y al contestar ésta que no quedaba nada, tomó una copa de valor que había a la mano, y se la dió al estudiante que la vendiera y se quedara con lo que le dieran. En una de sus cartas dice: “He recibido cien monedas de oro de una parte, y cincuenta de otra, de modo que comienzo a temer que Dios me esté recompensando en este mundo, así es que yo no podía estar satisfecho y he dado la mitad a P. Priorus, y con ello le he hecho feliz.” ------o----- Stanley y ¡a Providencia El renombrado explorador de Africa, Enrique M. Stanley, escribió acerca de su expedición: “Una verdadera Providencia parece habernos cercado mientras viajábamos. Lo digo con toda reverencia. Nos ha llevado a donde quería, efectuando su propia voluntad; sin embargo, nos ha guiado y protegido Procuraba yo ordenar mi curso lo más directo posible, pero una influencia inexplicable nos dirigía constantemente.” —Entre las más preciosas de nuestras bendiciones, tenemos la libertad de rendir culto a nuestro Creador de la manera que creemos más agradable a su voluntad—Thomas Jefferson.