■ DE LA RELIGION. 19 la sana política están por la tolerancia. ' Ño el Evangelio que detesta el escándalo; no la razon,^ porque náuy desacatado andaría quien para abrir los ojos á sus hijos, intróduje.se .gentes de malas , costumbres en su casa; lío la sana política, ¡jorque ésta nunca quie-re que.se siembre la división entre los ciudadanos.. Sí, repetiremos ‘ las palabras mismas de los señores del Arco-Iris: !‘/m mftcsima de sembrar la enemistad entre individuos de una misma familia, * será, muy piadosa; pero aquí hay demasiada religion para admitirla.” Esta sentencia arrancada por la fuerza de la verclaid^es la condenación de la tolerancia política de cultos en un pueblo que hasta ahora por dicha está unido en materia de religion. ... f. Se dirá, empero, y se dice en el artículo que insertamos, que se., deben abrir las puertas de la abundancia á los infelices que mueren de hambre y de miseria, y que se conforman con las migajas que caen de la mesa de sus hijos. Si estas figuradas espresiones quieren decir algo, será, el que con el ejemplo de los católicos volverán al buen sendero los disidentes. La esperiencia ha demostrado no ser este el mejor medio para, conseguirlo. Controversistas, misioneros ha habido y hay que han trabajado y trabajan para llevar, no las migajas, sino el bueñ pan de la verdad á los que de él tienen hambre. Pero ¿habría cordura en aquella madre que por enmendar á una cortesana la pusiera en medio de sus hijas, vírgenes y puras? De seguro que la.mala levadura corrompería la buena. Hay que agregar á esas consideraciones, que la mayoría de los mexicanos no estamos por la tolerancia religiosa ; y la prueba de ello es qué sólo unos cuantos son los que la pidéh, mientras que de muchos puntos de la.República nos llegan copias de las representaciones que los ayuntamientos (y algunos de estos pertenecen al Estado de Veracruz) y; los ciudadanos han elevado al soberano congreso de la Unión,'secundando el voto de los vecinos de Puebla. Pronto (dentro de cinco meses), deberá tratarse de tan grande negocio, y estamos seguros de que su resultado será favorable á la causa que defendemos;. mas porque no algunos periodistas tomen en boca la opinion pública desfigurándola, nos esforzamos en esci-tar á las autoridades y á los ciudadanos-ele la República para qüe no dejen de mano una cosa que tan de cerca, nos llega. No seria la primera vez que la prensa se dijese , eco de la voz pública sin serlo. " , En conclusion diremos á los señores del Iris, que al asentar en su artículo que la Religión, sanja en sus fuentes, divina en su origen, grande en su institución, y sublime en su moral, esté des-