8 de Noviembre de 1953 LA ESPERANZA Página 15 de una terrible pesadilla. Abrió los ojos desmesuradamente, y haciendo un esfuerzo trató de poner en orden sus ideas. Aquella habitación de techo bajo, paredes desconchadas y pobre mueblaje no era la suya. Sobre una mesa de pino blanco,, cubierta de hule del mismo color, vió una botella de aguardiente y dos vasos de vidrio ordinario. Tirado sobre un sillón tapizado de bayeta roja, dormía el Pitoche con la boca abierta y el jopo pegado a la sudorosa frente. La Pura lo miró algunos instantes sin comprender. Luego, lanzando un grito, escondió la cara entre las manos. —¿Qué he hecho, Dios mío, qué he hecho? —clamó, mesándose el enmarañado cabello. El Pitoche saltó del sillón, y aproximándose, trató de calmarla. —Pureta, ten sentío, no te azares; no hay por qué. Nadie sabe na..., y yo estoy aquí, a tu vera, para sacar la cara por tí. ¡Ea, niña, valor! ;Lo pasao, pasao, y a vivir! Y quiso besarla. Ella lo apartó bruscamente. —Por lo que tú más quieras, no me toques exclamó con tan honda y visible repugnancia, que el Pitoche quedó como petrificado. —Pureta —dijo al fin—, ¿va a continuar lo de anoche? Yo a quererte y tú a golverme las espaldas. Por mí hiciste lo que hiciste, y alue-go... No te comprendo, Pureta. —Yo tampoco me comprendo, Pitoche. No puedo comprender lo que pasó; no comprendo nada. ¿Por qué herí a Paco, queriéndole con toda mi alma? ¿Por qué estoy aquí, en tu casa, aborreciéndote? ¿Es posible, Señor? —Y luego añadió sordamente:— Y tan posible... ¡Pero no puede ser; yo sueño, deliro, estoy loca.,.! El Pitoche reflexionó algunos instantes, y luego dijo: —Eso de que me aborreces, Pureta, es una figuración tuya. Por más que lo digas, yo nunca lo creeré, porque te conozco y sé que tienes muy güenos centros. Tú no me aborreces, o mejor dicho, me aborreces y al mismo tiempo, allá en tus adentros, me guardas constancia. Sí; me quieres, aunque tu amor propio no lo quiera y no te lo confieses por orguyo. Lo que ha habió entre los dos no se orvida, Pureta. Nunca podrás orvidá que yo soy el primer hombre que te tuvo en sus brazos, el hombre que te hizo mujé y que fué contigo mu malo y mu güeno. Tú me llevas en la sangre y en la sangresita de mi cuerpo yo te llevo. Lo demás son infundios y pamemas. La bailadora no oía las palabras del gitano. Escudriñando en los pliegues y recovecos de su conciencia, oscurecida por mil sentimientos contradictorios, trataba de recordar y explicarse lo sucedido. Pero no podía; la angustia y el horror impedíanle pensar. Sólo veía a Paco en el momento de desplomarse abriendo los brazos; sólo oía el sordo lamento que se escapó de su boca al caer. El resto se le aparecía confuso, lleno de lagunas y como imágenes achatadas contra la memoria y no nítidas y de bulto. Cuando pegándose a las paredes y sigilosamente descendieron la escalerilla de “El Tronío” le pareció a la Pura que los escalones gemían y que un negro abismo se abría a sus plantas y la tragaba. (Continuará) CASA IMPRESORA BANDURRAGA Especialistas en toda clase de Obras Tipográficas. Nuestra larga experiencia en el ramo es la mejor garantía de satisfacción. Teléfono P fi H C MUtual UULU Atención Personal del Prepieterio Señor Ruperto Bandurraga 704 N. Grand Ave. Los Angeles 12, California Broadway Photographers Especialidad en retratos de Matrimonio (dentro de la iglesia y en el estudio) Teléfono: Michigan 3811 414W S. Broadway (enfrente de la tienda Broadway Dept. Store) Los Angeles 13, California