Marzo REVISTA EVANGELICA 187 llegué en el preciso momento en que se recibió la noticia de que Toledo había sido tomado por los militares, y era tal la alegría que había allí, que me autorizaron la visa militar, último requisito que me faltaba, y al día siguiente por la mañana emprendí el viaje. Escribo desde Gibraltar pero mañana marcho para Tánger. Llevo más de ochenta días sin saber nada de mi familia; he te legrafiado desde Gibraltar a Madrid y otros lugares y todavía no he recibido contestación. Tengo miedo, verdadero miedo de recibir las primeras noticias, pues mucho me temo que sean terribles. Dejo el asunto en las manos del Señor. N. de la R.: Los hermanos Pa-lomeque han llegado a América, todavía la tierra de la libertad. Están en Cuba. (o)--------- CULTOS ESPECIALES Desde el primero de enero se encuentran en Cuba los hermanos Samuel Palomeque y su señora, dedicándose a cultos evan-gelisticos entre nuestras iglesias. Hemos tenido durante el invierno muchas campañas locales especiales en las iglesias de nuestra convención, en las cuales el Señor ha bendecido grandemente. Pero la labor del hno. Palomeque tiene una nota nueva que nos es muy provechosa, y nos hacía falta. Sus cultos en Mariel, Gua-najay, Artemisa y la Habana, que son los que ha celebrado hasta ahora, han sido bendecidos. Habiendo conocido los problemas de muchos países, y las dificultades que impiden el evangelio en muchas partes, trae a su trabajo una experiencia amplia. El hno. Palomeque trabaja con la seriedad de uno que se considera de “vida prestada,” o prolongada porvidencialmente. Hace diez años estaba en la Habana con la salud tan quebrantada que sus amigos creían que sus días estaban contados, pero hoy es vigoroso e incansable. Hace tres meses estaba en un calabozo español, del cual fue salvado milagrosamente. Habla, como solían decir los antiguos, “como hombre moribundo a hombres moribundos.” Creemos que ha de ser instrumento en las manos de Dios de grandes bendiciones a los miembros de nuestras iglesias, y a muchos más.—La Voz Bautista, de Cuba. ----(o)------ La verdadera cortesía es libre de toda decepción. Pero muchos que tienen una reputación alta por la cortesía, son hipócritas; no sienten lo que expresan por sus modales. La cortesía verdadera brota de un corazón bondadoso y honrado, y se manifiesta en un trato y conversación bondadosos y honrados. Los que son corteses se deleitan en la felicidad de los otros y están dispuestos a seguir la regla de Cristo: /‘Todas las cosas que querríais que los hombres hiciesen con vosotros, Lsí también haced con ellos.” Por esto la cortesía se considera probamente un deber cristiano.