El Mensajero Bautista 5 Ecos de la Convención de Texas 4»-—...... , .......... . —. . —... ... .... .. . ....... . —..... . — — San Marcos es un pueblo pintoresco yj-isueño, discretamente oculto entre verdes y frondosos árboles. Gran parte de su caserío descansa muellemente cual rebaño de blancas ovejas sobre una colina exuberante. Aprisionado este pueblo por una vejetación voluptuosa, parece una perla engarzada en una enorme montadura de esmeralda. El espectáculo que presentan sus valles y cañadas, vistos desde la cima de uno de sus montículos, es soberbio y casi fantástico. Allá, sobre el pináculo de un macizo promontorio, como atalaya que explora los vastos orizontes, se yergue altivo, entre otros, un magnífico edificio de color pálido y elegante estructura; es la “Academia Bautista de San Marcos". “La Perla del Suroeste" debe tener unos seis o siete mil habitantes que, espiritual e inútilmente, se han nutrido por más de media centuria con los ricos manjares del Evangelio de Jesucristo, sin que por esto sus almas dejen de ser raquíticas endebles y apocadas respecto al prójimo que no sea un “white", como si el cielo estuviera dispuesto sólo para recibir blancos, y la diferencia había de establecerse acá en la tierra. Aunque San Marcos es un pueblo pequeño, está, sin embargo, cerca de dos grandes poblaciones; San Antonio a cincuenta millas y Austin a treinta. Aunque carece de la cualidad divina de una hospitalidad sin miramientos, carece también del humano defecto de la embriaguez; pues no hay cantinas en San Marcos. En este pueblo conservador de sus tradiciones se reunió la Convención Bautista Mejicana de Texas, los días 18 al 22 de Julio de 1917. El miércoles en la noche se iniciaron los trabajos con una reunión puramente formal. En esta reunión se dió la bienvenida a la convención en nombre de la ciudad y de las iglesias bautistas americanas del lugar, y alguien habló en nombre de alguna otra iglesia evangélica. Nuestra Iglesia Bautista en San Marcos también nos dió su calurosa bienvenida por medio de su representante. Un miembro de la Convención contestó a estos cumplidos. El dia siguiente, a las 9:30 a. mn después de un culto preliminar se pasó al nombramiento de la nueva mesa directiva de la convención para 1918. Resultaron electos los siguientes: Presidente, A. Vélez; Secretario, J. É. García; See. de . Es a-dística, D. S. Barocio; Tesorero, J. Barro; Primer Vocal, M. C. García; Segundo Vocal, S. P. Mireles. Instalada la nueva mesa directiva se procedió a considerar los negocios en su órden. Debo decir que por circunstancias imprevistas tuvo que alterarse mucho el programa que previamente se había trazado, y así, para evitar conflictos con los que tengan programa en su poder y no hayan ido a la convención^ el cronista, descartando fechas, se limitará a narrar unos cuantos hechos. En la discusión del tema: “Misiones Foráneas", tirados los hermanos por una cadena de consecuencias naturales se dejaron llevar al terreno de la desigualdad de razas, allí sentaron sus reales y atacaron al enemigo en sus propias trincheras. El hermano M. C. García, como quien había ya discurrido por alguna de las calles de San Marcos a caza de una idea fija, conminó con profunda y significativa convicción la injustificable antipatía racial. El hermano C. D. Daniel dijo que el único ariete con que se puede demoler el muro de distinción racial,