Dice, por medio de Jeeucriito el Señor, lite ee el meneeje de le fe crletiane, un mensaje que debemos llevar a todos en todo lugar. Oración: Padre celestial, ayúdenos a recordar la verdad que enseñó Jesús a sus discípulos: “Nadie viene al Padre, sino por mí". V. 11 de septiembre: Loe gentiles incluidos entre los escogidos. 1 Pedro 2:9-11. A Simón Pedro lo criaron devotamente como judío. De niño se le enseñó que el pueblo judío era el pueblo escogido de Dios, y que el único modo de tener acceso a la gracia de Dios era nacer o hacerse judío. Un día Pedro tuvo una visión (Hechos ll:5-10>, y oyó que Dios le decía: “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común" (Hechos 11:9). Dios estaba preparando a Pedro para el principio de un nuevo día —un día en que no sólo el pueblo Judío, sino todas las razas del mundo— serían invitadas a pertenecer al pueblo de Dios por fe en Cristo Jesús. Hay un corito que dice: 'Todo el mundo debe amar a Cristo". Esta es una gran verdad, y tras esta verdad hay otra: que todos les humanos en todo lugar deben tener la oportunidad de amar a Jesús. A pesar del crecimiento rápido de los medios de comunicación en los últimos años, hay millones de personas que no han aceptado a Jesucristo como el Salvador de todos los que creen en él. Servimos a Cristo fielmente solamente cuando determinamos hacer todo lo que podemos para llevar las buenas nuevas de salvación por el mundo. Oración: Padre celestial, bendice a las naciones del mundo y a tus siervos dondequiera que trabajen hoy. Amén. 8. 12 de septiembre: Misión prof ética. Isaías 61:1-6. Un gran predicador estaba dictando unas conferencias a un grupo de jóvenes ministros. Procuraba grabar en sus mentes el privilegio que tenían como ministros de proclamar las buenas nuevas de salvación. Con gran sinceridad declaró que el ministro no debe nunca allegarse al pulpito sin decirse primero: "¡Algo maravilloso ha sucedido! Dios ha enviado a su hijo al mundo para salvar hombres y mujeres perdidos". Como el profeta de quien hemos leído hoy vivió siglos antes del nacimiento de Jesús, no pudo haber dicho: "Algo maravilloso ha sucedido", pero pudo haber dicho, y en efecto dijo: “Algo admira ble sucederá. Dios redimirá a toda la humanidad de todos loe males". La misión de los profetas de la antigüedad era proclamar las buenas nuevas de redención del pecado y de la desesperanza, misión de cada individuo que ha descubierto a Jesús como Salvador y Señor. Dios sigue diciendo a cada uno de sus seguidores: “Id por todo el mundo: predicad el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15). Oración: Padre nuestro, haz que por medio de nuestro testimonio, lleguen muchos a conocerte. Amén. D. 13 de septiembre: Alábente los pueblos, Oh Dios, Salmo 67:1-7. Un pastor tenia en su congregación un miembro que solía decir constantemente: "¡Alabado sea el Señor!" Un día cuando entró aquel hombre a la oficina del pastor, éste pensó: "Le daré algo a este señor que no lo hará gritar”. Así que le dló un libro de ciencia muy seco. El hombre leyó quietamente por varios minutos y de repente gritó: "Aleluya, alabado sea el Señor". "¿Qué cosa halló usted en ese libro que le hizo alabar al Señor?" dijo el pastor. “Bueno", dijo el hombre, "este escritor dice que en algunos lugares el mar está a una profundidad de varios miles de pies, y yo recuerdo haber leído en las Escrituras que Dios 'echará en los profundos de la mar todos nuestros pecados'" (Miqueas 7:19b). Se ha llamado al cristianismo la religión que canta. Esto es verdad, y gran parte de los mejores himnos son cantos de alabansa y gratitud por la bondad y grandeza de Dios. Oración: Padre celestial, haz que en nuestros corazones podamos alabarte, porque eres el Dios eterno de quien vienen todas las bendiciones. Amén. Lseeiéa de la Eweela D—Inlrsl para si 21 Títele: La ProMSsa de Paz. Pasa*: Zaeariaa 7-14. L. 14 de septiembre: Dios promete paz, Zacarías 8:1-8. El profeta Zacarías describió un hermoso cuadro de la ciudad de Jerusalem después de que volviera el pueblo judio de su cautividad en una tierra extranjera. El dijo que los ancianos andarían por la ciudad sin temor, y que se oiría en las calles la risa de niños felices. Todo esto se realizaría, decía el profeta, porque ti pueblo de Dios había confiado en Dios. 44 IL HOGAR CRISTIANO