cisión a favor del bautismo. Nuestra copa ya rebozaba; pero teníamos la convicción de que no habíamos terminado. Siempre presentábamos a los primarlos e Intermedios que habían tomado decisiones en sus departamentos. Durante la asamblea geheral de clausura, pero siempre se Iban protestando dos alumnos —una de ocho años, hija de la organista; otro de seis años, hijo del pastor— porque no se daba oportunidad a ellos en sus departamentos, porque al hacer una Invitación general corríamos el riesgo de que muchos párvulos y principlantes se levantaran sin sentimiento, desvirtuando todo. Pero el peligro de "impedir a otros niños" era más grande. Optamos por hacer la invitación general el último día, Insistiendo en que estuvieran seguros antes de dar un paso. Tras una lucha grande los dos fueron adelante casi simultáneamente con un marinero que ayudaba con el refrigerio y un intermedio que había dejado de asistir a los cultos porque "siempre hacían Invitación para manifestaciones de fe." La Escuela Bíblica puede animar a los alumnos a bautizarse. Cuando el pastor de Punta Alta anunció que los que desearan bautizarse podrían entrevistarse con ¿1. la mayoría de los que hablan hecho profesión de fe se presentaron para dar sus testimonios Individuales. Luego hicieron lo mismo delante de la iglesia, para pedir el bautismo. Uno dijo: “Me convertí el verano pa- sado en la Escuela Bíblica y sentí el deseo de bautizarme." Otro dijo: “He estado en la escuela dominical desde muy chiquito; pero durante la escuela bíblica aprendí que esto no me asegura la salvación; también que el bautismo es un acto de obediencia que tampoco me puede salvar." Otro dijo que quería bautizarse aunque sus padres se opusieran. Otro dijo que antes obedecía a sus padres para cumplir con ellos; y que ahora obedecía a Jesús para agradarlo. Después de escuchar los testimonios, la Iglesia acordó no ser tan severos en la examl-naclón de los chicos en el futuro. La Escuela Bíblica puede transformar una iglesia. Llegamos a San Martín, Mendoza, para enterarnos de que la mitad de los maestros no eran miembros de la iglesia, algunos ni siquiera hablan hecho manifestación de fe. El pastor explicó que entre éstos estaban sus más fieles ayudantes; pero que como la Iglesia no habla hecho mucho por ganarlos no se animaban. También expresó su esperanza de que tal oportunidad de servir podría serles de ayuda. Como la única alternativa era cancelar la escuela, seguimos adelante, invitando a los maestros inconversos a que se quedaran a las reuniones de decisión, con las cuales hicimos mayor énfasis sobre el simbolismo del bautismo y al significado de ser miembro de la Iglesia, y les hicimos ver que muchos primarios e intermedios ya habían aceptado al Señor. Nos alegra- 4 mos por varios primarlos que respondieron; pero la verdadera victoria se obtuvo cuando un joven de trece años, hijo de un diácono, terminó su lucha de cuatro años. Conversó con los diáconos y se bautizó un mes después. Luego, el pastor hizo una invitación y siete jóvenes pidieron el bautismo. Tres años después visitamos esta Iglesia. Hacía nueve meses que el pastor se había Ido. Un seminarista atendía la Iglesia durante el verano, y muchos de los puestos principales de la escuela dominical se ocupaban por estos jóvenes. Nos dimos cuenta de que era una Iglesia en pleno avlvamlento, y que estos jóvenes que están formando sus propios hogares entre ellos, siempre estarán al frente para mantener en marcha a su iglesia. El largo viaje de Bahia Blanca a Rosario se acortaba mientras nos acordábamos de los días felices que habíamos pasado juntas durante el verano. Mencionábamos las contestaciones Inesperadas de los alumnos, comparábamos estadísticas entre escuelas, y recontábamos las muchas bendiciones que el Señor nos dio durante la temporada. Cantábamos de nuevo los himnos que tantas veces habíamos repetido. Nos seguían en el camino el recuerdo de los alumnos que no habían tomado decisiones; con más sinceridad que nunca podríamos cantar: "Sembraré la simiente preciosa... Dejaré el resultado al Señor." Simpatizábamos con los pastores y maestros que tienen la mayor responsabilidad con los alumnos—de cultivar las vidas de ellos y criarlos en el camino del Señor. Concurrí a la reunión de oración de mi Iglesia esta noche. El pastor clausuró la reunión con el himno: "Oh cantádmelas otra vez". Me acordé de unas sesenta veces que lo habíamos cantado para acompañar el saludo a la Biblia. La semana pasada nos preguntaron si no nos aburríamos de repetir tantas veces el mismo culto. Pero llevar a cada grupo a una experiencia de verdadera adoración diariamente, y preparar el camino para que algunos alumnos conozcan a Jesús como su Salvador es siempre diferente, siempre un aliciente, y nunca cansa. Al contrario, los Invitamos a unirse con nosotras ahora mismo para cantar la tercera estrofa del himno misionero que hemos empleado este año. "81 como elocuente apóstol no pudieres predicar... Conducir los niños puedes al benigno Salvador." Y. volvemos a repetir una vez más el Salmo 100: "Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría... Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado... Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno: Para siempre es su misericordia..." EL PROMOTOR DE — 2 de atoólo de 1959 EL DIA DEL SEMINARIO Alberto Marín, Antofagasta, Chile "Tú pues, sufre trabajos como fiel soldado de Jesucristo" (2Tim. 2:3) I. INTRODUCCION. Toda labor o trabajo, aun cuando sea realizado espontáneamente y con toda libertad, necesita ser alentado de una u otra manera. No podemos negar que dentro de la esfera religiosa también existen diversas clases de responsabilidades, a las cuales de antemano Dios ha prometido su correspondiente galardón. Existe un grupo reducido de personas —generalmente jóvenes— que han recibido en su corazón un llamado del Señor más fuerte y más directo en cierta manera que el resto de la población cristiana; "Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos", y habiendo entablado un compromiso con su Salvador, se han dedicado a laborar para el "Señor de la mies". Son obreros en potencia y en verdad; en potencia porque tienen el apoyo del que nunca falta: "Cristo”; y en verdad porque están recibiendo mayor conocimiento de aquella fuente eterna de saber: “La Biblia". Ya sabemos a quién hacemos referencias: a los estudiantes que están cobijados bajo los aleros fraternales de todos los seminarlos bautistas del mundo. Tal vez no hemos pensado lo que significa un obrero preparado en nuestro medio actual; pero basta ml-rr- las diferentes reparticiones públicas (o del Estado), escuelas o industrias, y diferencias sociales o Intelectuales que obligan al Individuo a prepararse más y ron ello a despreciar las cosas espirituales, para llegar a la conclusión paulina contemporánea: "a los preparados debemos ir preparados" con el fin de lograr eficientemente su alma para Cristo. Aquellos que han recibido el llamado para predicar conocen el alcance inmediato y futuro de aquella recomendación: “Escudriñad las Escrituras" (Juan 5:39). De igual modo se comprende que en un plantel dedicado exclusivamente al estudio de la Biblia, existe más facilidad y homogeneidad de pensamiento para ver o entender aquella "verdad" que estamos empeñados en aquilatar. Esta es en pocas palabras la razón por la cual las Iglesias tienen sobre sí una responsabilidad hacia los seminaristas: los pastores futuros, y más aún, aquellos que pueden recibir simbólicamente las palabras de Eze-chias: "Vosotros os habéis consagrado ahora a Jehová: llegaos pues y presentad sacrificios y alabanzas en la casa de Jehová" (2 Crónicas 29:31). II. SUGERENCIAS PARA ESE DIA. Cada iglesia puede manifestar su afecto o reconocimiento hacia los seminaristas de la denominación, conforme sea su capacidad en lo que respecta a la manera EDUCACION CRISTIANA "práctica" de hacerlo; pero todas las Iglesias están colocadas en el mismo nivel "moral y espiritual" aunque su templo sea pequeño o Inmenso, feo o hermoso, con miembros de bastante dinero o pobres. A continuación presento algunas sugerencias para el Día del Seminarista, que pueden servir de ayuda para elaborar su propio programa. 1. Culto con seminaristas.—En aquellas ciudades donde estén radicados más de dos ex alumnos de seminario (pastores, secretarlas, etc.), o donde esté ubicado un seminarlo, no habrá dificultades; pero el resto de las iglesias pueden invitar o simplemente representarlos; pero por personas bien documentadas al respecto. El orden del culto puede ser el siguiente: Preludio: Plano u órgano. Salmo 1. Himno Congregaclonal: "Dad a Dios Inmortal Alabanza." Oración: Dando gracias por los seminarlos, alumnos, pastores, etc. Música especial.: Por seminaristas. Lectura antifonal: Isalas 6:1-8. Sermón: Por un alumno de seminario o un pastor. Música especial: Por seminaristas. Lectura del poema: Plegarla (Francisco de Asisi Bendición. 2. Reunión de camaradería.—Después de Iniciar la reunión con una oración, todo se hará de manera Informal, por lo cual se recomienda que se tenga esta reunión en el salón social del templo. Los seminaristas o pastores egresados del seminarlo presentes se distribuirán la "conversación" en tres temas por lo menos, a) Su llamamiento, b) Sus estudios, o Sus anécdotas o experiencias, etc... Se recomienda también que se sirva algún refrigerio con el fin de dar mayor realce a esta reunión. Cada hermano en la fe que asista podrá cooperar tanto en la participación directa de la charla como también con representación de su afecto personal. 3. Reunión magna de la iglesia— Después de un corto culto devoclonal a cargo de uno de los diáconos, cada organización, de menor a mayor, tendrá su participación con números especiales de música, pequeños dramas, poemas, etc... De Igual modo cada organización dará un obsequio a los seminaristas de su iglesia, o se unirán con el fin de cooperar con el seminarlo más cercano, con una beca, libros o simplemente una carta de estímulo al alumnado actual. Como pueden darse cuenta, amados lectores, estas sugerencias son sencillas y fáciles de realizar. La Idea central de ellas es alentar el esfuerzo y la actitud de los seminaristas en su labor de predicadores de la palabra del Señor. 5