lo oe >ro »- ro de 18 »• 0- es e- >n >r r. ts ie i- )8 ► 1- ''' i >8 1-e n o )• n n b 11 b te n O n o i- b b L- >. |i O i- O si ir ó r, H ir n O te i- [o i- ta 8? io 1 le RBGHN1RAC1ON — 3 lia muerte del Grai. Díaz TBAIBÁ una bevolucion? El Dootnr Franaia Los Jesuítas fueron sus maestro» y sus admiradores: bajo sus negras alas emplumó aquel buitre, llama do José Gaspar Rodríguez de Francia, que tanto tiempo; había de tener bajo sus férreas garras la noble libertad de Paraguay. Había en su temperamento algo del cenobita y del César, del asceta y del filósofo. Era una conciencia inmensa, pero oscura. Aquella alma era levantada, pero tenebrosa, como el firmamento en las noches del polo, que no tiene as- afioi de su gobierno para aquel misántropo horrible. Un día hubo más silencio que de costumbre en laa habitaciones del sombrío alucinado. . . . No se vió salir á nadie; pero nadie se atrevió á entrar tampoco. Loa guardias se relevaron en silencio. Al mediar el día siguiente se notaba un mal olor en las habitaciones presidenciales. .. Al fin fué preciso entrar. El déspota había muerto. Al pié de su lecho, rígido, frío, con ademán sombrío, yacía el octogenario dictador. Había muerto como había vivido: sólo en su celda, como un escita, Uad de los problema» que más hondamente preocupan, en leí actuales circunstancia», á lodo» loe que se Interesan por el porvenir de -la patria, e» el enunciado en la pregunta que elr* / ve de títu’o á eetas líneas. Político» é indiferente», patriotas y eervllee, retrógrado» y jacobinos, to-; dos se ocupan de ¿L E» que de la re eoluclón que tenga en lo futuro, depende y con mucho, nuestra vida nar-cionsl. Una convulsión intestina próxima, dado» nuestros millones de deuda,-es la puerta franca á la ínterverción ex tranjera. El aserto brota de casi todo» los labios. Un sociólogo ha dicho con verdad, que la historia »e reproduce: J« ker troa* I puede reencarnar en Spyer y en el el- 7* ti al la «White House» pueden resu- frugal, era un déspota cuyo perfil citar las ambiciones de Napoleón III. tenía algo de la horrible austeridad donde P°nerle un ePitafio-De aquí qua la interrogación del futu- | _______._______ . 1 ro de la patria sea un problema Interesantísimo para loe mexicanos. Tratemos de analizarlo siquiera sea someramente. El Oral. Díaz con su refinado egoísmo de Caudillo vencedor, ha suprimido de su testamento político todo el legado de pez y de tranquilidad. Sus manoe, más diestra» en el manejo de la tizona que en el de lo» códigos, vigorizadas con el hierro de la» metrallas y caldeadas en el fuego de los combates, han convertido la d-cantada oliva en cadet a para el civismo y ariete para la ciudadanía, creando de v este modo un medio estéril y árido para todo lo que signifique libertad y democracia. «No tenemos partidos políticos» olaman oon gozosa desvergüenza los abyectos; y por desdicha ds U patria, es cierta tal afirmación, repugnante en uaa República y fuente de venideros disturbios. Desde que las balas de Tecoac hirieron de muerte las libertades nacionales, hasta hoy que la sexta reelección ha conmovido á la ciudad cen el eetrépito de su champa-fia, en México no ha podido hombre alguno descollar en política, captándose el efecto de las masa»; pues siempre el Oral. Presidente lo Impidió, con no desmentidas energías y prodigiosa esgacldad. Después de nuestro legendario Caudillo, sólo un hombre popular entraría en el* ca»o, pero ese h mbre no existe por athora. En valde se pretende por algunos crear prestigio á determinada» perso-nnlídadoe cuyos nowbre-e circulan ver go cz an te mente. x El voto de loe que quieren apagar su • sed de lucro en el rio de plata de la tesorexía, so ee el voto del pueblo. El voto de lo» que anhelan amamantar la truhanería en lo» sen • exúbero» del Poder, no ee el voto del pueblo. El voto de loe que eutfian trocar la Constitución por la Biblia y disfrazar al empecinado Juan Diego oon la» patillas rubias de Maximiliano, no ee el voto del pueblo. El pueblo, el verdadero pueblo, hoy por hoy, no tiene un hombre. Llmantourvló fracasar su prestigio, ante la traidora indiscreción de una partida de nacimiento. Baranda pugna en vano por disipar la espesa sombra de olvido que lo ro- Ilustrado, pensativo, dominante. P°bre como un fil6sofo- Para Francia no quedó tumba r’l.AX del Dr. P. E. Rodríguez I¿ para enfermedades de laá Señoras, cura mejor que ningún otro remedio el Infarto, la Hipertrofia, Ulceraciones. Flujo blanco, Cáncer, 4os trastornos de la Menopausia ó edad crítica y en general todas las afecciones de la cintura. • ¡Nd hay qua da jaras Los tiranos osan soñar con la gloria y piensan en la inmortalidad de su miseria. Mas pasa la justicia de los siglos y la tempestad de la historia, y derribándolo todo, sólo dejan en descubierto sobre la piedra desnuda: Tirano. Para todas las tumbas tiene la humanidad una lágrima; para éstas no tienen más que un anatema. Sería un sacrilegio llorar á un muerto, que ha hecho tanto llorar vivo. La tiranía es un delito que no prescribe ni con la muerte. Los tiranos son desertores de la humanidad, que ni muertos tienen „ / , , derecho á refugiarse bajo el perdón una, comunicación de la clemencia humana. * J. M. Vargas Vila. X- recnnacBr ni aparar! La pólvora sin humo de los Reservistas, fué una mina de ridículo que dió al traste con la amb'ció»,* tanto tiempo elaborada, del Oral. Reyes. Los héroes soportan su senectud en el indiferentismo de la vida privada. Quedó solo Corral oon notoriedad repentina de su juventud relativa. ¿Será esto una garantía de la pee? no tal; el novel Vloeprecidente no satisface las aspiraciones del pueblo. El pueblo quiere libertad; exige libertad; eepera libertad; y Corral tiene actos de tirano y ha prometido en solemne ocasión continuar la actual política de centralismo.... Entreunto, los militares ávidos de poder y de gloria, se ejercitan afanosos, penssndo 'efi el motín y en el cuartelsso; y • en la tenebrosi- I dad de las sacristías, los frailes, trágicamente meditabundos, atiaban el momento de ^profanar nuevamente la beatitud del divino Jesucristo, oolo oándolo sobre el sillón guerrero del I corcel de un Miramón ó de un Zuloa- ¿Será Inevitable el cao»? ¿Tendrá que ser fatalmente una reyuelU? Comprenda el pueblo su peligro y reaccione. H-y todavía una esperan xa de salvación: la ley. Hay todavía un baluarte contra la revuelta: el sufragio. Despierten los ciudadanos á las práctica» demócratas. Que se forme un partido sostenedor de un hombre que no» garantice libertades y ese partido •erá eln duda el de a Nsk*íód, pudlen-do evitarla sangre y la contienda. ENJOLRA8. «El Colmillo Público.»—México, I de Robespierre: era como éste, severo y feroz, implacable y duro. Estos déspotas así. tienen la casta ferocidad de la £}iana Mitológica. Son como las nieves de las altu-xas, inmaculadas, pero inclementes. Había estudiado para cura, siu llegar á sedo; pero llevó siemprfe en su alma ese tinte sombrío de todo el que ha meditado largo tiempo á la sombra de los claustros. Esa tendencia monacal se extendió á su política, haciendo del Paraguay un inmenso monasterio. Su siniestra aspiración fué el despotismo; sü único ideal el silencio. Tirano marmóreo, rígido,sin com-, pasión y sin entrañas, puede decirse de él lo que Paul de Saint Víctor decía de Cirios XII de Suecia: «Examinadle bien, y no encontraréis ni una sola vena de carne en aquel hombre de bronce: para él no existía ni la mesa, ni el lecho, ni los placeres.» Para este otro no había más que el poder. Detener el progreso: héahí su aspiración. Tuvo la manía del obstruccionismo. Jerjes azotaba el océano; él quería abofetear la civilización. Igualdad de locuras; reproducción de neurosis á través de los siglos. Era sin embargo, puro y honrado. «Las altas moutafias tienen esa virginidad siniestra.» Blancura sombría como la de un cadáver, palidez de espectro, pureza de sudario. No tuvo más amor que el de la autoridad y se abrazó á ella con frenesí. Se desposó con la tiranía y le fué ferozmente fiel. Bra el bus*o de Marat hecho austero. Inaccesible á la corrupción como á la piedad, era estoicamente impla-i cable. Odiaba á la civilización como el buho á la claridad. Cual uu aguilucho salvaje en la grieta de una roca; inmóvil la roja pupila, crispadas las garras, y eri-¡ zado el plumaje; así, hosco irritado, vivió veinticinco afios aquel dictador sombrío en el fondo de su casa en la Asunción, lleno de sueños, desconfianzas y temores, desesperado al ver como á su despecho se aclaraba lentamente el horizonte. . o- —— — • • J Cuando, sin avanzar todavía bien otra, sosteniendo periódicos venales su espantosa figura en el escena- como El Occidente, El Demócrata rio político, se hizo nombrar cónsul, ’ Fronterizo y otros igualmente he-con el inmaculado ^patriota \ eros, diondos y cobardes que se arrastran estableció dos cúrales, llamadas de y muerden al mismo tiempo al Die-«César» y de «Pompeyo,» y él ocu- tador, hace una labor oposicionista pó la de «César.» que repugna por su tartufería. -Yeros que ocupaba la de Pompe- El hecho de haberse negado Re-yo, no tardó en desaparecer, no co- yes á aceptar el cargo que le encomo aquel otro vencido en Farsalia, mendó el Autócrata, es grave, porsiendo fusilado con cuarenta com-, que significa que el héroe del 2 de pañeros por aquel «César» asustadi-1 Abril en Monterrey conserva intac- tas sus odiosas ambiciones de mando. Reyes solo, escarmentará cuando el pueblo lo haga sentir su poder. zo y deforme. Los jesuítas fueron su gran fuer- Su despotismo místico los tuvo por columnas y sostén. Ellos hacían la noche en la conciencia del pueblo para que aquel vampiro, harto de sangre, pudiera vivir y revolotear á su antojo sobre aquel pueblo asustado. Su aislamiento lo condujo misantropía, su misticismo ál rio, su temor á la alucinación. Sólo pensaba en la muerte y veía por todas partes conj uredos y puña- deli- ■' 111 BUSQUESE El proximo numero de “Re genersoion.** Había llegado al último grado del despotismo: la locura. Aquel elefanciaco del poder huía del contacto humano: él mismo se hacía justicia. Así transcurrieron los últimos < Tómese antes «LA SALVADORA,» con la seguridad de encontrar la salud. —En Droguerías y Boticas, á un peso el pomo.— Los pedidos al por mayor, diríjanse al Consultorio del Dr. P. E Rodríguez L, 2a de Santa Catarina número 9.-*Dirección por Correo, Apartado 1187. México .El Dr. Rodríguez no atenderá pedidos menores de una docena. Depósitos! En Guadalajara, Droguería Continental de Silva Berrueco y Co—En Puebla, Drogueríade Mercaderes, de A Roig Sues.— En Orizaba, xa de la Reforma No. 36. J. Contel.—En Veracruz, Droguería Veracruzana, de Muller Sues.—En Mérida, Droguería Peninsular de J. D. Díaz y Díaz. ZUUiUUUiUiUUlUZiKUUlUUUUUUUlUX del Gobierno Reyes m goitre «robarse Amenazas embozadas- Las elecciones Municipales reciente mrnte verificadas en Coahuila, han dtdo lugar para que las autoridades, comenzando por el Gobernador, hagan alarde de despreciar la ley. Nuestno» lectores recordarán que en San Pedro, Coah, el Presidente Municipal y sus panlaguados cometieron infinidad de Infracciones: triplicaron la fuerza pública, contraviniendo lo que previene el Artículo 28 de la Ley Electoral: instalaron casillas en case's de empleados del Gobierno, violando el Artículo 30; no abrieron el registro que manda el Art. 20, para loe que han de formar la Junta de Escrutinio; el Presidente Municipal no con cumió á presidir dicha Junta, como lo preceptúa el Art 21, ni avisé donde iba á celebrarla, sino que de un modo misterioso, la verificó con algunos de sus manequíes, en ua despepltador situado en los suburbios de la población. . En vista de todas estas circunstancias, loe independientes celebraron su Junta de Escrutinio en la Plaza de San Pedro, siendo hostilizados por la policía, y una vez terminados sus trebejos, enviaron á la Secretaría del Gobierno del Estado los expedientes respectivos, denunciando loa abusos Pasó ya el mes de Diciembre y Nuevo León continúa bajo la garra crispada de Bernardo Reyes. Se tenía la esperanza.de que el fatídico impulsivo se marcharía á Europa con un cargo diplomático, pero tan bella esperanza se ha frustrado: Bernardo Reyes no se marcha. El Dictador nombró á Bernardo Reyes Ministro de México en Berlín, pero como Reyes no tiene deseos de dejar el puesto que actualmente ocupa, se negó á aceptar el cargo. Lo que desea Bernardo Reyes es escalar la Presidencia de la República y por esa razón no aceptó el nombramiento. Comprende que Porfirio Díaz quiere alejarlo del país para evitar sus intrigas y nulificarlo quitándole el poder que hoy tiene, y por eso se rehúsa á marchar. Reyes es un enemigo hipócrita de Porfirio Díaz. Es hipócrita porque ostentosamente declara en toda oca- de las autoridades locales y Justifi-sión que es incondicional servidor cando enteramente su conducta. -del Autócrata, y recomienda, como lo hizo en la circular que mandó á diferentes personas de Coahuila y que reprodujimos en el número anterior, que se siga la política de Díaz. Se ve que, por una parte, Reyes finge adhesión al Presidente, y por La Secretaría del Gobierno de Coa-hulla contestó * los electores de San Pedro con la siguiente comunicación, «Dada cuenta al Superior Gobierno del Estado con la Hila y nota loficlal suscrita por üd. y demás firmantes, cuyas plexas se recibieron en esta Se cretaría bajo cubierta certificada el 23 del sonriente ó sea el día de ayer, en respuesta ha tenido * bien disponer se diga * Uds. que dadas las prescrip clones del Art. 30 de la Ley Electora) reformada por el decreto k9 286 de 17 de Agosto de 1869 cuya parte final preceptúa que las Juntas d* Escrutinio se reunirán en el local que designe la primera autoridad política local; y en vista además de lo dispuesto por el Art. 33 de la citada Ley Electo signa ti hecho * la autoridad judicial respectiva para los efectos * que ba- Lamentahla iociieate. El Sr. Juan de la Rosa, que está radicado en Zaratoga, Tex, iba á contraer matrimonio con la Srlta. Eulo-gia Rodríguez, de New Berlín, y de acuerdo con dicha Scflorita y con sus padre» Don Francisco Rodríguez y Dofia Láxara Sánchez de Rodríguez, había hecho los preparativos y gastos necesarios para que el enlace tuviera A última hora, y cuando todo estaba arreglado, la Srlta. Rodrigues rompió su compromiso no decldiéndo- Nada tenemos que observar en cuanto al final de esta comunicación: es procedente qu% se consigue el asunto á un Juez para que se abra la averl-gustión respectiva; para que los independientes puedan exhibir los abusos é infracciones cometidos por las autoridades, y para que esta» sean castigadas conforme ai Art 33 de la Ley Electora), citado en el oficio. Lo que si noe llama la atención es la cita que se hace también del Art. 30, cita Inmotivada, que parece envolver una amenaza. Se dice allí que eee Mr tí cu lo preceptúa que la Junta de Escrutinio se reunirá en un local designado por la au;oridad, y eso no es ex ase to. Lo que dice á la letra el Art. 30 en lo siguiente. «Ninguna asamblea electoral podrá sbrirse en un edificio público, ni en las casas de loe empleado» en cualquier ramo de administración. La» junta» de escrutinio* se reunirán donde fuera posible, en un local independiente á toda autoridad.» Lamentamos lo que ha pasado al Sr Los oposicionistas do infringieron este artículo, como pretende darlo* entender la comunicación del Gobierno, y este artículo tiene Un espíritu muy distinto al que parece atribuirle dicha comunicación. Eee precepto no manda que los dudados se sometan á la autoridad, sino precisamente que trabajen con independencia de toda autoridad. Los oposicionistas no infringieron el Art. 30 de la Ley Electoral, porque se reunieron donde lea fué posible, ya que el Presidente Municipal no les indicó el local de la junta, á pesar de las múltiples y tenaces interrogaciones que es le hicieron. Se ve con claridad que los dudada dos Independientes de San Pedro han marchado siempre apegados á la Ley, siendo las autoridades las que han a-tro pel lado descaradamente los preceptos legales. Hoy se ha abierto una a veriguaclón, y es tan patente la razón que asiste * los oposicionistas, qpe, aunque nos es conocido el cinismo de los funcionarlos coahullense», no nos atrevemos á creer que lleguen al exceso de hacer responsables á loa independientes de las faltas que han cometido precisamente las autoridades. E-sas autoridades deben ser castigadas; pero si no lo son, si se dejan impunes sus atentados, el se legalizan sus chl canas, si se declara triunfante la candidatura oficial, que fué derrotada por el pueblo, si se persigue á los ciudadanos después de,haber ultrajado sus derechos,podremos, con más razón que nunca, proclamar que el Gobierno de Miguel Cárdenas es un Gobierno 11-berttolda que solo se sostiene sobre los fraudes más burdos y los más es candaloroe atropelles. Gran oportunidad. Minas de carbón. Recientemente se ha abierto una mina nueva en Cannel, Texas, 24 millas al N O. de Laredo, que ofrece más ventajas que ninguna otra de la» conocida». El carbón es. sumamente grueso. Cualesquiera hombre trabajador pueda gansrse de II 50 á 32 0C oro por dia pues te paga la Tonelada á 31.00 oro. La maquinarla es la más moderna que se ha conocido, puede sacar 300 ó 400 Tonelada» por día. Al contratista que saque más de 65 Tonelada» por mes »• le pagM á 75 ote. yarda de cuele y slgunas otras garantías. La tiranía es la muerte L os oropeles de la Dictadura- Mientras el pueblo perece de hambre, los gobernantes procuran atesorar millones, y ofenden la miseria y la desnudez del .pueblo con los esplendores de un lujo escandaloso, y los derroches criminales del dinero arrancado á la fatiga de nuestros compatriotas. Cada moneda qtie cae á los sórdidos arcones de los gobernantes tiene una historia de lágrimas, perqué á efectiva por medio de amenazas de cárcel, de persecuciones y de otros atropellos. Cada moneda con que se enriquecen los gobernantes significa: la venta que hace un hombre de su trabajo por un año, para pagar su rescate en el Ejército; el raquitismo en las familias privadas de buena alimentación porque las contribuciones son enormes y los jornales son misérrimos y los alimentos carísimos; la desnudez y el desamparo de pobres personas desalojadas de sus propiedades, como en el Vaquí, como en el Fuerte, como en Pa-pantla, como en toda la República, por aventureros de corazón encallecido y autoridades dignas de la horca; la prostitución de jóvenes mujeres que venden sus gracias, que ofrecen sus pudores, para llevar á sus familias paupérrimas un pan a-margado por el vicio y condenado por los criminales tartufos que con sus rapiñas, que con sus exacciones, que con su explotación inmoderada, procuran la miseria, el hambre, el raquitismo, la degeneración de la raza, el vicio, la prostitución. Todo esto acontece, mientras en las arcas nacionales hay un superávit, según el último Informe, deveinticuatro millones y medio de pesos, superávit que representa la salud del pueblo quebrantada por la exacción, por la contribución exorbitante, y que pasará á los bolsillos de los gobernantes y de la turba de parásitos que se redondean de grasa mientras el pueblo suda y se agota en el trabajo y las mujeres sin pan se prostituyen? Este infortunio y esta miseria u-nidos á la absoluta carencia de justicia, forman el bagaje que como herencia maldita pasará á las futuras generaciones de ilotas si no hacemos un esfuerzo por ser viriles, si hemos perdido por completo el amor por la Patria. La tiranía nos deslumbra con superávits que significan la extorsión, -y los gobernantes se oropelan con el dinero arrancado por medio de la amenaza, de la explotación y de la infamia, mientras quedan para ti pueblo el andfajo, la cárcel, el garrote, el prostíbulo y el cuartel. En Zacatecas se ha aumentado el impuesto sobre propiedad raiz á la exorbitante taxa del veinticinco al millar. Los agricultores tratan de vender sus propiedades, y una miseria tadavía más triste y un desamparo todavía más cruel se espera en ese desventurado Estado. Si Genaro García fué un mal'go- ’• bernante, Eduardo G. Paukhurst :* es un gobernante pésimo. García gastaba su tiempo entre beatos y frailes. Pankhurst gasta su tiempo y el dinero del pueblo entre beatos, frailes, periodistas alquila- - --------—<* urtoxv»», iiüiica» periodistas alquila- cada moneda corresponde unamuL -dosy una legión de truhanes que ta injusta que ha tenido que pagarse con el mezquino haber de una familia desvalida, ó bien corresponde á la contribución personal hecha pasan la vida en el ocio y en las prácticas de la adulación más abyecta. Pankhurst. tecesita dinero para