Los Enfermos Me Han Enseñado
7. B. Hawkins, Rosario, Argentina
Hace varios años vengo dedicando la mayor parte de mis esfuerzos religiosos a visitar enfermos. La mayor parte de este trabajo lo he hecho en hospitales y sanatorios; pero de cuándo en cuándo he visitado a algún enfermo en su hogar.
Los enfermos mismos me han enseñado gran parte de lo que sé. en cuanto a cómo trabajar eficazmente con ellos. En este articulo me propongo presentar algunas de las lecciones que ellos me han enseñado.
1.	He aprendido a escuchar con paciencia todo lo que el enfermo quiere dec'rme. Esto le da la oportunidad de desahogarse, y asi aliviar mucho su condición.
Me han enseñado a no discutir con ellos, ni oponerme a lo que ellos dicen. He encontrado que el oponerme a ellos empeora su condición.
He visto que ellos esperan y desean que yo hable muy poco. En muchos casos he notado que ni me prestan atención cuando procuro decirles algo.
Los asuntos principales de los cuales hablan los enfermos que yo visito son los siguientes: sus enfermedades <especialmente cualquier condición que les causa sufrimiento agudo*, dificultades que ellos han tenido con otras personas (especialmente con otros enfermos*, el fallecimiento de otro enfermo en la sala, el trato que reciben del persona) de la institución, inconveniencias en cuanto a la comida. el estado del tiempo (generalmente esto afecta mucho a los enfermos* y mil y un asuntos más que serian demasiados para mencionar.
2.	Procurar ver el problema desde el punto de vista de él, y no desde mi propio punto de vista.
3.	Ser amigable con el enfermo, sin ser demasiado intimo.
4.	Mostrar un interés especial en sus males. Por medio de las explicaciones del enfermo y del estudio de
semejantes casos en libros de medicina procurar comprender la condición en que se encuentra.
5.	Procurar comprender bien a los que por causa de su enfermedad no hablan claramente. Por ejemplo, casi todos los paraliticos son difidles de entender.
6.	En general uno debe alabar el trabajo de los médicos y de las enfermeras; pero siempre sin contrariar al enfermo, y alentarla éste a cooperar con los que lo atienden.
7.	El visitador debe orar constantemente por cada enfermo, de acuerdo a su condición y necesidades.
8.	Ha de pedir a Dios que le muestre cómo visitar y ayudar al enfermo.
9.	Debe pensar de antemano cómo va a trabajar con cada enfermo, pero estar siempre listo para cambiar su plan de trabajo cuando sea necesario.
10.	Ha de aprovechar toda oportunidad para relacionarse con nuevos enfermos. Por ejemplo, uno de los enfermos que yo siempre visito a quien le llevo libros con qué distraerse, me fue recomendado por otro enfermo amigo de él que está en otra sala.
11.	Si existe la necesidad, tiene la capacidad y las condiciones del caso se prestan para poder hacerlo, debe ayudar a enfermos que padecen de dificultades mentales. Por ejemplo, se internó en la sala de neurología de un hospital que yo visito un hombre que habia sido asaltado y golpeado en la nuca y a consecuencia de esto le quedó un dolor fuerte constante. El neurólogo lo examinó bien y no pudo encontrar ninguna causa para el dolor tan intenso que padecía. El me habló del asunto y yo le dije que posiblemente le habia quedado el temor intenso del momento del asalto, aunque actualmente no corría ningún peligro de ser asaltado. Le di al enfermo una afirmación positiva y un texto para que llenara su mente con la convicción de que actualmente no corría ningún peligro, y que Dios le
ayudaría a vencer el temor que experimentaba. El resultado fue que en menos de 24 horas el dolor desapareció completamente y no volvió a tenerlo.
«2. Cosas que he hecho para diferentes enfermos:
A.	Tengo una pequeña biblioteca circulante de varias clases de libros y revistas. Para muchos enfermos es más agradable distraerse por medio de 11 lectura que mirar siempre el cielo raso y pensar tan sólo en sus males.
B.	Muchas veces salgo y hago algunas compras para enfermos.
C.	En muchos casos les he comprado remedios. Esto nunca lo hago sin la receta médica.
D.	A muchos enfermos les llevo azúcar y galletas. Los hospitales públicos de Rosario no proveen azúcar para nadie.
E.	En algunos casos les consigo ropa. Para un enfermo compré algunas camisetas de lana, para otro camisetas sin mangas, para otro camisas, para uno zapatillas, para otro sombrero, para otro un espejo.
F.	Visito a algunos enfermos que se interesan en coleccionar estampillas y les llevo todas las estampillas que puedo encontrar.
13. El lado religioso de la obra con enfermos:
A.	Llevo el asunto hasta donde el enfermo desea y es capaz de ir.
B.	Distribuyo evangelios (generalmente para estaciones especiales del año. como Navidad y Pascual.
C.	Muchas veces consigo Evangelios, o Nuevos Testamentos o Biblias para los que los piden.
D.	Constantemente oro en particular por cada enfermo, y algunas veces los guio en oración.
Ore por las Cruzadas de Evangelización en 1959
LAS UNIONES VARONILES como Agentes en la Evangelización Alfredo Lerín
Es evidente que a través de los siglos Dios ha escogido algunos hombres y mujeres para que proclamen su voluntad y sus planes divinos a las gentes que no los conocen. Sin embargo, juzgando por lo que leemos en las Sagradas Escrituras, inferimos que son más los hombres que las mujeres a quienes Dios ha llamado y ocupado para desempeñar esa divina tarea, tanto en los tiempos del Antiguo Testamento como en los del Nuevo.
Asentado esto, recordemos que fueron unos hombres, los pastores, los primeros que "hicieron notorio lo que les había sido dicho del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían." (Lucas 2:17, 18*.
Transcurridos algunos años, fueron también hombres quienes recibieron la comisión de predicar las buenas nuevas de salvación, pues el Señor Jesús "llamó a sus discípulos, y escogió doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles." (Lucas 6:13-16; Mat. 10:2-4; Marcos 3:16-19).
Bien podríamos decir que estos doce hombres, organizados en grupo por nuestro Señor Jesucristo, formaron la primera Unión Varonil, o Sociedad de Señores, como se le quiera llamar. Lo que estos hombres tenían que hacer era estar con su divino Maestro y Salvador, y aprender de él para que después los enviara a predicar (Mar. 3:14*; y el mensaje fundamental de su predicación debía ser: “El reino de los cielos se ha acercado" (Mat. 10:7*. Este mensaje era el que predicaba Juan el Bautista: “Arrepentios, que el reino de los cielos se ha acercado." (Mat. 3:2*. Aunque cada uno de los componentes de la primera Unión Varonil debía predicar, no todos eran Igualmente "buenos predicadores" o "buenos oradores sagrados" en el sentido en que ahora lo decimos. No todos tenían iguales facultades oratorias, ni era necesario que las tuvieran: lo principal era que delante de las gentes dijeran lo que debían decir en nombre de su divino Maestro y Señor; pues no otra cosa significa predicar. sino publicar claramente una cosa, o sea decir algo delante de cierta gente. En otras palabras, como decimos ahora: tenían que dar su testimonio. Es decir, tenían que ir a sus parientes, a sus amigos, y contarles —como pudieran— cuán grandes cosas habia hecho el Señor con ellos, y cómo había tenido misericordia cíe ellos. Asi debió hacerlo, asi debió predicarlo el endemoniado gadareno (Marc. 5:18, 19*. Esto era lo que debían hacer los miembros de aquella primera Unión Varonil: ¡Y lo hicieron! Y. ¡cuán grandes maravillas hizo el Señor por medio de ellos! Después de que dieron su testimonio lo mejor que pudieron, regresaron a decirle a su Señor que habían hecho milagros y que hasta los demonios se les habían sujetado cuando ellos, los miembros de esa Unión Varonil, habían predicado en el nombre de él.
Las uniones varoniles que haya en nuestras iglesias podrán hacer algo parecido a lo que hicieron aquellos varones.
Pero, ¿cada iglesia tiene ya una Unión Varonil? Si no la tiene, entonces bueno será organizaría inmediatamente. Los hombres de nuestras iglesias — por pocos que sean — pueden organizarse en Union Varonil, tener su mesa directiva, y recibir el buen consejo y la dirección del pastor para que desempeñen trabajos que contribuyan al extendlmiento del reino de Dios. Los varones, mediante su predicación o testimonio, pueden ganar almas para Cristo.
Estamos en "El Año de Evangelización: 1959", y en este año los hombres de nuestras iglesias, organizándose como uniones varoniles, pueden rescatar almas de la condenación eterna y conducirlas a Cristo Jesús que da vida eterna.
Asi pues, hermanos varones, miembros de la iglesia: ¡A organizarse en uniones varoniles! Pedid instrucciones a vuestro pastor. — ¡Hermano pastor: a organizar a los varones miembros de su iglesia en Unión Varonil!
¿QUE ES UN MUCHACHO?
Es una persona que va a llevar a cabo lo que usted ha empezado. Ha de ocupar el lugar que usted ocupa hoy, y atender las cosas que usted considera tan importantes.
Usted puede adoptar todos los criterios que guste, pero la forma en que se sigan después depende del muchacho. Aunque usted haga alianzas y tome acuerdos, él es quien tendrá que cumplirlos.
El va a ocupar su curul en el Senado, o su lugar en la Suprema Corte de Justicia. Asumirá la dirección de sus ciudades, estados, y nación; se hará cargo de sus cárceles, iglesias, escuelas, universidades y compañias.
Todo el trabajo de usted lo juzgará y lo aplaudirá o lo condenará. Su reputación y su fortuna están en las manos de él; toda su obra es a favor de él, y el destino de la nación y de la humanidad está en sus manos.
De modo que vale la pena hacerle caso.
—Seleccionado
EL PROMOTOR DE
EDUCACION CRISTIANA