dad con tu pueblo. Pero ¿qué es lo que más te impactó? Porque ese discurso de hoy llevaba un gran marco sentimental, un pro* If undo mensaje humano del hombre que salió de este pueblo y que conquistó, con lechos, a los sonorenses. A mi me quedó de la campaña, una sensación muy especial. Sentí y me conmueve a la mayoría del pueblo de Sonora al lado nuestro. Creo que logramos interesarlo, creo que logramos aumentar la credibilidad de este pueblo. Porque ese era el principal objetivo de mi campaña: conquistar la voluntad de la mayoría de los sonorenses, como un paso previo paro la realización del trabajo del pueblo de Sonora y de su propio gobierno, porque es obvio y elemental considerar que bien poco puede hacerse en una administración si el pueblo mismo no acepta a ese gobierno'. Elemental con sideración es que el desarrollo de la comunidad la hace el pueblo mismo. Entonces el objetivo primario de lo campaña fue el tratar de convencer al pueblo para que nos aj>oyara y para que se solidarizara con nosotros y creo que en gran medida lo hemos logrado. Siempre estuvimos recalcando, siendo reiterativos en que es indispensable unirnos más, consolidar la unidad sonorense, integrarnos para solventar el futuro. El objetivo reiterado nuestro no es otro, en caso de lle-|^r a la gubernatura, que JRvir unidos, y gozando de la confianza, de la credibilidad y la entrega total hacia el que dirija los destinos de la entidad". —Nosotros que te hemos seguido tan de cerca, en estos cuatro meses de campaña y que hemos observado al candidato del PRI evolucionar y reaccionar tan sentimentalmente ante los aspectos de miseria de su pueblo. Que le hemos visto, mós que emocionarse, "sentir" esas carencias en lo más profundo de su corazón, como humano más que político; los que hemos visto a Samuel Ocaña en estos cuatro meses evolucionar de una manera vertiginoso; observarlo convertirse en un político tremendamente sen sitivo, con una profunda madurez. ¿Cuáles son , las causas y motivos que han motivado dicha transformación? —"Mira, Jesús: ese sentimiento de solidaridad, de cariño al prójimo arranca desde mi niñez. Mira: los niños de aquel entonces y muchos de los niños de ahora, vivimos las estrechases, ■las carencias y, las limitaciones, las pobrezas. Nosotros de niños en este pueblo trabajábamos muy duro, ayudándoles a nuestros padres en faenas del hogar, en las faenas del campo. Todos los niños de aquella época recordamos ahora que los tiempos eran duros y había que madrugar para que el tiempo alcanzara. Esas limitaciones, esos peligros para la vida inclusive, ese riesgo para la propia existencia que amenazaba la vida infantil en aquel entonces se graban profundamente en la mente de los pequeños. Y esa estructura no varía nunca. Tal vez por eso resolví estudiar medicina, porque la profesión médica en mi concejrto y según como aplico la profesión es proteger, ayudar, orientar, aconsejar, conducir, es curar, Es decir, es una gama de ofrecimientos que deben ser obsequiados al prójimo. Es pués la profesión médica, según mi concepto, una profesión que brinda la opor tunidad de servir. Y así ha sido en mi vida. Me he dedicado a servir como médico. Y ahora en las tareas administrativas y políticas creo y me siento muy satisfecho conmigo mismo de haber servido a mis semejantes. Y de haber servido con honestidad, con afecto y cariño. Ahora de candidato que he sentido al pueblo que nos ha brindado el afecto y cariño que tú has palpado con entusiasmo inclusive y ver al mismo tiempo ese deseo de superar, de progresar, de manifestar su vehemente deseo de participar. Obviamente que se vigoriza el anhelo nuestro por continuar en ese servicio. Porque observamos con toda su amplitud y profundidad lo que significa ser candidato, por lo pronto y tal vez gobernador después. Pero al observar como lo hemos hecho ese apoyo del pueblo a favor nuestro, recibimos con mucho gusto, con mucha alegría, con mucho entusiasmo ese servicio de solidaridad de este pueblo sonorense tan noble y tan fecundo. Hemos control do ineludiblemente un gran compromiso porque el pueblo espera mucho de nosotros. El pueblo nos ha comprometido cada vez más. Y si contamos con esa fuerza moral, con esa fortaleza que nos brinda el pueblo y además nosotros tenemos la eos tumbre de servir, de solidarizarnos con la gente por convicción propia no habrá problemas para que nosotros nos desempeñemos durante seis años con el objeto de hacer el intenso esfuerzo para poder lograr una fecunda, una vigorosa labor a favor de las causas más sublimes". —¿Cuál es la diferencia que observa el Dr. Samuel Ocaña entre lo que fue el pueblo de su nacimiento y su niñez al que ve hoy en día como candidato y como futuro gobernador de Sonora? —"Ha cambiado mucho. No estoy ahorita muy fami liarizado de la vida actual de mi pueblo. Pero a manera de recordatorio podría decirte que de niños nosotros participábamos en las tareas diarias de la familia. Nosotros nos levantábamos muy temprano y antes de ir a la escuela ordeñábamos y llevábamos' los vacas y las bestias al potrero. Ibamos al río a recoger agua para I o s servicios domésticos. Ayudábamos a moler el maíz para' las tortillas y mientras nuestra madre pre paraba el desayuno. Dábamos de comer a los marranos. Después a la escuela. A la salida nos esperaba otra faena parecida. La lucha era dura. Ayudábamos en las miljxis a nuestros padres. En fin, trabajábamos mucho. Ahora físicamente las cosas han cambiado en mi pueblo. La comunidad cuenta con agua potable, ya no tienen los niños y las mujeres que ir al río, subir la cuesta empinada, para traer agua para las necesidades urgentes de la familia. Existe electrificación. Antes el servicio de alumbrado nocturno era con faroles y petróleo. Existía una escuela primaria, nada mas. Ahora existe la ETA, (Escuela Técnica Agropecuaria). Existe hoy un Centro de Salud por lo que hay servicio médico para todos. Antes era un problema porque el que se enfermaba no encontraba la asistencia mé dica necesaria. Era un problema. Una picada de alacrán por ejemplo ero mortal, nuestros niños se iban inesperadamente, desaparecían, morían por enfermedades que hoy son muy controlables. Ya hay comunicaciones más rápidos, nosotros para llegar a Hermosillo necesitábamos cuatro días, ahora se hacen cuatro horas. Por otro lado hay aviones poro servicios de emergencia. Lo vida era más difícil, más peligroso, en realidad subsistían los más fuertes. Creo que ha cambiado mucho este pueblo desde el punto de vista físico y creo también que ha cambiado también la mentalidad del pueblo: lo gente es más activa, más dinámico. Yo veo a la gente mejor alimentada, mejor vestida, se desempeña y se desplaza mejor en lo vida diaria. En la vida de relación poso lo mismo: la gente es más abierta, más optimista, más segura de sí misma. Antes a nuestra gente yo lo sentía más tímida, más reservada, menos segura. Es decir, hemos avanzado, hemos cambiado". —Sobre todo el cuadro emocionante y revelador que observamos hoy en la Escuela Técnica Agropecuaria, en donde estaban esos jóvenes llenos de bríos, de entusiasmo, de juvenil anhelo recibiendo sus graduaciones como Técnicos Ganaderos y Agrícolas. ¿Verdad? —"Sí, sí, efectivamente, fue un bello acto. Muy bonito acto. Es decir: la escuela y los caminos! Y repitiendo la frase, que se diluye lentamente, pero que llena el espacio casi vacío de la noche, como un presagio revelador: —"La escuela y los caminos. .." —Hoy ha sido un día de grandes vivencias, desde luego. Puedes considerarlo como uno de los días más emotivos de tu vida? —"Naturalmente. No solamente porque fue el día de culminación de la campaña. Sino porque este día se desarrolló EN MI CASA. Qué mayor satisfacción que el terminar la campaña con mi gente, con mis amigos, con mi familia, con la tierra en donde yo nací y que tanto pisé. Fué para mi extraordinario este día. Me satisface mucho y me llena de emoción. Me fortalece el espíritu. Todas estas comunidades que es mi pueblo y mi casa me han recibido con un cariño y un afecto provocador de emociones y de sentimientos de profunda nobleza. Me han demostrado una vez más que para ellos sigo siendo el mismo de siempre y me han dado la oportunidad de que me sienta como de la misma familia, como uno más de ellos. Me siento emocionado y feliz porque ha terminado todo felizmen te, sin un sólo silvido, sin una sola muestra de hostilidad, sin un sólo incidente. Eso me hace sentirme más solidario v agradecido con mi pueblo". La noche ha quedado plasmada en medio de esta confesión de fé Juarista narrada como un susurro, como una orédica, al oerio-dista y al amigo. Allá a lo lejos la orauesta siaue tocando, perdiéndose las notas, en la interminable y negra noche que nos arropa ya a todos en Arivechi.,