Una sección de ametralladoras alemanas desfilando por las calles de Varsovia. - Generales y Bilimbiques - DESDE JflUJfl Mi muy estimado colega: A 14 de Octubre de 1915. Entre los problemas de difícil solución que habrán de presentársele al constitucionalismo, una vez que haya terminado su labor de saneamiento social, debe contarse como principalísimo el que se relaciona con las múltiples emisiones de papel revolucionario. Ya sabrás que en esto la prodi galidad ha sido Espantosa. Le tiemblan a uno las carnes con sólo pensar la suma de papel que han hecho circular en Jauja los depuradores. Verdad es que para realizar una labor tan honda, no bastaba echar mano de todos los elementos de riqueza que la ominosa dictadura hubo de esparcir en esta tierra, por más que los renovadores no pusieran límite a la confiscación y al despojo en uso de un derecho legítimo que va contra la vieja fórmula aquella: “La propiedad es un robo."”-1 Si se hubiera tratado de un cambio superficial, el sistema de arreba tarle a cada quien lo suyo, habría sido suficiente. Pero este no es el caso: se trata de algo que lo remuc va todo, que lo limpie todo, para que sólo quede flotando, después del naufragio, aquello que ha de subsistir y perdurar por gu bien aquiltada pur reza, J , De aquí la necesidad de la célebre “maquinita” productora del billete revolucionario, vulgarmente conocido por “bilimbique,” palabreja de cuya etimología no te sabré dar cuenta y razón, y al que por lo genuino de su propia substancia, le estuvo encomendado un papel principal en esta gloriosa tragedia libertaria. No podría^ yo precisar a cuántos m'llones de millones asciende lo emitido, porque en esto de estadística fiduciaria no me considero fuerte; ni débil siquiera. Pero ya te figurarás nue para abastecer todas las plazas de un país tan extenso como Jauja, es indispensable que la maquinita haya funcionado sin sosiego, desde que se inició este admirable movimiento por «1 llamado Primer Jefe, a quien algunos irreverentemente denominan el Primer Chéfere. Aquí se me ocurre que debo rectificar, aminorando mis temores sobre lo complicado de la solución de este problema económipo, porque a salvarnos en gran parte de esta carga para las arcas nacionales, acudirá la sagacidad de estos restauradores, que es muy penetrante. Ellos lo resuelven todo por expedientes rápidos de que no hay ejemplo en la historia de Jauja- ¿Sabes cuál ha sido su procedimiento en esto de aligerarnos la pe* sadumbre de su papel? Sencillamente encantador. Ir declarando falsas estas y aquellas emisiones, por medio de terminantes decruíos. 'Unas veces por lo sombrío o lo pálido del paisaje; otras por el rasgo de la rúbrica tal; hoy por la numeración que parte de cifra determinada; mañana por la serie C; después por este o el otro detalle del grabado; todo expuesto y pormenorizado en los decretos con claridad meridiana, y verdad en los actos of icales. ¿Quién duda de que por este camino irá decreciendo la deuda; y de que la reducción podrá llegar hasta el último límite, en términos de que la totalidad del papel resulte eliminada por haber sido obra de falsificación? ¡Mira, pues, si son astutos o no nuestros novísimos financieros! “Y al que no le guste el, fuste------ etc. etc.”, como diría cualquiera de estos Generalísimos que jinetean sobre bien habidos corceles. Por esto de las falsificaciones hubo ya procesos y fusilamientos, empleándose para todos los delincuentes el mismo rasero. Como que entre las víctimas están dos Generales cafran-cistas, de apellido Bringas, padre, e hijo, oue dejaron de capital, según los penódicos de la propia marca, dos millonea de pesos los angelitos (a millón por barba) como fruto segura-