LA VIOLETA. 234 dable abismo, en el cual se sumergirían para siempre los goces como los sufrimientos de la vida, y jamás volverían á aparecer en nuestra imaginación esas horas que hemos pasado posecionados de una completa felicidad .. .. Sin el recuerdo hubiera desaparecido para siempre la memoria gloriosa de los héroes que han dado libertad á las naciones; sus luchas y triunfos se hubieran reducido á polvo y no existiría ni un átomo de sus memorias. Por eso bendecimos mil y mil veces á ese Ser Supremo del Universo, que con su sabia Providencia se dignó darnos el recuerdo, esa dulcísima facultad de la imaginación, porque sin él, no habría ni ideas, ni meditación alguna, todo nos parecería á ca da momento desconocido. El recuerdo es el anteojo del alma, por medio de él se presentan en núes ira imaginación aquellas felices ho ras