TOPICOS DEL DIA Don Venustiano Carranza ha promulgado un decreto, con el objeto de dejar establecida una Escuela Nacional de Veterinaria. Antaño, los estudios de médico veterinario se. hacían en la Escuela Nacional de Agricultura; pero no obstante que se han destruido las mejores caballadas de la República, la gran demanda de veterinarios, ha reclamado a grandes gritos, el establecimiento de la nueva escuela. La causa es muy sencilla. Los carrancistas que en fermaban, traían a su cabecera un Médico titulado de la Universidad Nacional, y su pericia y su ciencia eran ineficaces para devolver la salud. José Terrés, Fernando Zárraga, Eduardo Liceaga y tantos otros, que eran tan aptos en remotos tiempos, veían estrellarse toda su sabiduría, enfrente de un enfermo carrancista. Una vez se quejaba un soldado de Don Venustiano de que ni Silva ni Caraza—especialistas en enfermedades de la nariz—podían curarle un catarro. Lo oyó un colega y le dijo: llama a un veterinario e inmediatamente te sanará. Yo también estuve malísimo, y fue inútil todo remedio que me recetaron los médicos; en cambio, tan pronto como me atendió un veterinario, sané como por un milagro. Y efectivamente, aquel carranclán obedeció el consejo y obtuvo su perdida salud. El éxito de los veterinarios se hizo público, y desde entonces hubo tal demanda, que no se daban abasto para servir al ejército pre-constitucionalista. Y hubo necesidad de crear la Escuela de referencia. * * ♦ * . Las fiestas organizadas el último domingo en honor del Primer Jefe, resultaron lucidísimas. El número principal, fueron unos juegos de luces para “simular el incendio del heroico castillo de Cha-pultepec” (palabras textuales de un diario carranclán.) Ya está visto que los soldados de don Venustiano, solamente se divierten simulando incendios. Después de todo están en su papel. * * * El mismo periódico que nos comunica la noticia de la simulación del incendio, nos da cuenta de una función teatral en honor del Primer Jefe, en la cual se pondrá en escena “Baile de Máscaras” de Verdi. Aunque Carranza habría preferido ver “Traidor, inconfeso y mártir” de Zorrilla, por aquello de la traición, siempre fue oportuno escoger algo referente a la mascarada que representan los preconstitucionalistas. ♦ ♦ ♦ Ha empezado a circular el rumor de que Venustiano Carranza y Alvaro Obregón sufrieron un disgusto, en el cual casi llegaron a las manos. Aunque la noticia no ha sido confirmada, bueno es ligarla con el último movimiento revolucionario de Antonio Villarreal—obregonista—y con el disgusto que tuvieron el Primer Jefe y su Ministro de la Guerra— que mucha guerra le está dando en Torreón. Así se comprenderá que el choqjie actual, ya tiene sus antecedentes, y que lo extraordinario es que se haya retardado tanto. Ahora lo que deben tener presente los carranclanes, es que cuando se rompe un tubo, todas las soldaduras resultan defectuosas. Madero y Orozco riñeron en Ciudad Juárez, y aunque después se reconciliaron, volvieron pronto a dividirse. Carranza y Villa, también riñeron desde Mayo de 1914, y aunque luego hubo ternuras, perdones, olvidos, y hasta banda azul de divisionario, pronto resucitó la pugna y se tradujo en crisis. Hoy, se han disgustado Carranza y Obregón; probablemente se reconcilian; pero, pero......sucederá ló de siempre. Venustiano, Venustiano........ "el momento opor- tuno” de que hablaba Obregón está muy próximo. * ♦ * » La moneda constitucionalista bajó hace dos semanas hasta el grado de cambiar cincuenta y siete pesos por dollar. Entonces, el “de facto” tuvo la luminosa ocurrencia de hacerla subir comprando papel, con giros sobre Nueva York. Y empezaron su labor hacendaría. Eero sucedió que los únicos que se beneficiaron en las mismas operaciones, fueron los propios carrancistas que monopolizaron todos los giros puestos a la venta. Luis Cabrera, indignado público unas declaraciones, llamando “conve-nencieros y “defraudadores” a los héroes de la causa. Y la moneda que subió artificialmente al valor de cuatro centavos, volvió a bajar a cincuenta y siete por uno, como hace dos semanas. El esfuerzo financiero sirvió únicamente para que los carrancistas quedasen, por declaración oficial de ellos mismos en calidad de inmorales y explotadores.” * * * El General Scott ha llegado a San Antonio, con el objeto de conferenciar con su compañero de armas el General Funston, sobre la continuación o fin de la llamada expedición punitiva. Es extraño que para adoptar una línea de conducta se haga un viaje especial de la metrópoli norteamericana a esta ciudad; pero una vez" hecho, lo prudente seria que tanto el General Scott como el General Funston, aconsejasen—como lo aconseja el ex-Presidente Taft,—ponerle fin a esta expedición que ni ha capturado ni capturará al bandolero Villa. La expedición, según declaraciones oficiales, no fue hecha en_contra de México. Pero si no hay intención de ofender a nuestro pueblo, resulta ocioso continuar, en una empresa que rechazan unánimamente los elementos de todos los bandos. Porfiristas, huertistas, reyistas, felicistas, maderistas, revolucionarios, reaccionarios: todos están de acuerdo en que los americanos deben retirarse. Y si bien es cierto que Carranza otorgó el permiso, que abrió las puertas de la Patria a los ejércitos extraños, hay que tener presente, que ya sus subordinados lo obligaron a retractarse, y a solicitar la anhelada evacuación. * * ♦ El erudito historiógrafo don Ignacio B. del Castillo, escribe desde una revista metropolitana, un sugestivo artículo intitulado: “Cómo salió don Quijote de México.” Se refiere al robo de que fue víctima don Alfredo Cha-vero, del único ejemplar original de la primera edición del libro inmortal de Cervantes. Sin embargo, el título sugestivo del artículo de Castillo, nos hace pensar en la verdadera salida del Quijote, cuando abandonaron el suelo mexicano, la dignidad, el decoro y el honor. Eso fue el 21 de Abril de 1914. Entonces sí que el ingenioso hidalgo abandonó nuestra tierra, entregada después a la furia de pecheros y villanos. Pero bien pueden temblar los follones, porque don Quijote está próximo a retornar.