■e aproximara aquel día. Confiaban en ■u eeturldad y tetaban aproximando m*e rápidamente eu deetrucción. Su fortaleea eerta deetruida y eerían llevados cautivos ■i no se arrepentían y establecían justicia. H. L. Oración: Padre, ayúdenos a darnos cuenta que el pecado mata al que lo posee. Amén. V. 23 de agosto: ün llamamiento al arrepentimiento, Joel 2:12-17. n pueblo de Judá tenía miedo. Estaban seguros que les esperaba el hambre, y esto loe hizo desear escuchar al profeta Joel. En su mensaje les dijo que su única esperanza yacía en el arrepentimiento. En los siguientes versículos de este capítulo leemos que el pueblo se arrepintió y Dios derramó sus bendiciones sobre ellos. Por medio de su arrepentimiento pudieron recibir aquellas bendiciones. Del mismo modo, Dios espera derramar las bendiciones del espíritu sobre aquellos que se vuelven a él con corazones cambiados. Ven con el santo pueblo fiel, Dejando todo mal; Así la paz de Dios tendrás, y gloria inmortal. J. H. Stockton Oración: Padre nuestro, te damos gracias porque tú siempre estás dispuesto a perdonar nuestros pecados. Amén. 8. 24 de agosto: Justicia requerida. Amos 6:18-27. Amós fue un gran predicador de justicia. Encontramos el tema de todo su libro en el capítulo 5:4: “Antes corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo." La justicia de Dios es resistir y destruir aquello que es malo y pecaminoso. El juicio de Dios en contra de la maldad es seguro y terrible. No podemos estar a medias en cuanto a nuestras relaciones con Dios. Jesús enseñó: "El que no es conmigo contra mí es; y el que conmigo no recoge, derrama" (Mateo 12:30). El mundo es de Dios y él lo gobierna según leyes establecidas. Algunas de éstas son ¡oyes físicas, otras morales y espirituales. La justicia de Dios es que estas leyes nunca sean quebrantadas, son inflexibles. La justicia de Dios defiende y protege la más alta libertad del hombre. H. L. Oración: Padre nuestro, te pedimos que más personas de más naciones del mundo lleguen a darse cuente de tu soberanía, justicia y redención. Amén. D. 35 de agosto: Advertencia de Amós, Amós 8:4-12. Las personas consideradas saben que una de las más grandes perversidades que existen hoy día es aquel deseo que tienen muchos de conseguir algo por nada. ¿No era esto por lo que condenaba Amós al pueblo de Israel? La codicia y la falte de honradez no tienen lugar en el corazón de los seguidores de Dios. El pueblo de Israel pretendía ser religioso, sin embargo, no tenía compasión de los pobres. Disminuían la medida y aumentaban el precio, y forzaban a la gente a la esclavitud cuando no pedían cubrir sus deudas. Dios es el Dios de los pobres. 8e compadece de los oprimidos. Pero aquellos que “tragáis a los menesterosos" seréis castigados. “Evite el pecado, procura agradar A Dios, a quien debes por siempre ensalzar. No manche tus labios impúdica voz, Tu corazón guarda de codicia atroz. Horatio R. Palmer Oración: Padre nuestro, haz que seamos honrados con nuestros prójimos y contigo. Amén. Leeelén de la EeceeU Dweinical para el le. ée Septiembre. Títalo: Joeíae: Estadista Reformador. Pasaje: 2 Reyes 23:1-23:38 ; 2 Crónicas 34, 35. L. 26 de agosto: El reinado de Josías, 2 Reyes 22:1-7. Existen algunas cosas que nadie puede hacer por otra persona. Uno no puede comer por otro. Uno puede simpatizar con otro; pero no puede soportar su tristeza o dolor. Ninguna persona puede arrepentirse por otra, cada persona tiene que arrepentirse de sus propios pecados y hacer "frutos dignos de arrepentimiento." Josías, con todo su corazón procuró hacer volver a Israel a Dios. Destruyó los ídolos paganos; pero no pudo cambiar por completo los corazones del pueblo. Hoy día las iglesias cristianas están instando a la gente a volver a Dios, y están atacando el mal; pero las iglesias no pueden forzar a las personas a arrepentirse. No pueden forzarlas a asistir a sus servicios ni amar a Dios, sólo pueden invitarlas y mostrarles el peligro del pecado. Cada persona tiene que decidir por sí sola si amará y servirá a Dios. H. L. 31 EL HOGAR CRISTIANO